sábado, 7 de septiembre de 2024

 ME SIENTO CULPABLE

Hoy

7 de septiembre de 2024

TOMÁS MARTÍN TAMAYO

 

En una España en la que la sorpresa es el plato principal, porque el absurdo se impone por encima de cualquier postura sensata, chirria que a ‘El Garrovillano’, un señor que lleva 60 años vendiendo romero, menta, tomillo, manzanilla, en Cáceres, la Policía Municipal le imponga –¡Ojo, por infracción grave!–, una sanción de 2.000 euros, por el ejercicio de venta ambulante sin autorización. Cristina Núñez lo cuenta en HOY y uno mueve la cabeza y mira al cielo porque algo no funciona en un país que pone alfombras a golpistas, defraudadores, camellos, ladrones…, las infracciones graves las cometan gente que se patea el monte para lograr unos manojos de espárragos y poder llevar a su casa 30 o 40 euros. ¡Tomillo y manzanilla son armas de destrucción masiva!

Me siento culpable porque en Mérida compraba tagarninas en la puerta del mercado, en Badajoz castañas asadas y macetillas de albahaca, junto al parque de San Francisco. Berros cerca del Hospital Universitario, espárragos negros a la entrada de Elvas, criadillas de tierra en Villar del Rey y tomillo, manzanilla, romero, laurel… en Cáceres, a Domingo, ‘El Garrovillano’, que ahora no sabe cómo pagar 2.000 euros por hacer lo que siempre ha hecho y lo que desde siempre se hace. Como se ve, soy un colaborador necesario y es posible que se me pueda juzgar por el delito de receptación ilegal de productos peligrosos. Los siguientes ilegales pueden ser el afilador callejero, los que venden sandías en algunas carreteras, los ‘gorrillas’... ¡España grande si estos son sus delincuentes!

Sin ser cliente de los camellos que se dedican al menudeo de drogas, puedo señalar calles e incluso casas en las que venden porquerías con muchos muertos dentro. Sabemos de normas constitucionales que se cambian por votos y delitos de malversación que se premian. De un delincuente reclamado por la Justicia que anuncia su vuelta, llega y sale porque es muy listo y nadie pudo detenerlo. Nos han enseñado a pedir perdón a delincuentes políticos y a aplaudir a los que roban y amenazan, si tienen el respaldo de algunos votos. El Código Penal lo modifican a placer cacos sin antifaces y se roba a los pobres para dárselo a los ricos, como hacía el hijo tonto de ‘El Tempranillo’. Pero, sobre el papel, cualquier aberración es legal porque la ley es un chicle y la Constitución una chistera de la que salen ristras de chorizos. Desternillante resulta que lo peligroso es que se venda menta y laurel en las plazas y que los enemigos sean la tía Encisa, Coque Tieso, el Garrovillano… ¿También el gallo Manolo y el que hace malabares en los semáforos? Lástima que no tengan un Tribunal Constitucional que los ampare ni diputados para chalanear con ellos. A esos eficaces policías cacereños, deberían haberlos llevado a Barcelona para seguir al huido golpista.

No importa si la Justicia es cuestionada desde el Gobierno, ni si Tribunal Constitucional y fiscal general están en posición de firmes y esperando órdenes. Da igual que al jefe del Estado pretendan ningunearlo y que un ridículo zascandil como Zapatero, al que pagamos más de 100.000 euros en el Consejo de Estado, se dedique a llevarle las toallas a Maduro. El problema es que ‘El Garrovillano’ y otros maleantes, están echando tierra en los cojinetes para que España no funcione. 2.000 euros me parecen pocos.


sábado, 6 de julio de 2024

 

APOCALIPSIS DE FLORIÁN RECIO

 

 

                                                             Tomás Martín Tamayo

 

                         Apocalipsis imbécil

                        112 páginas

                        Éride Ediciones

                        Prólogo de Pepe Viyuela

                       

 

 

Florián Recio, el autor extremeño más prolífico, acaba de publicar dos libros de teatro: “El enemigo del pueblo”, “La aparición” (que se está representando en el Festival de Teatro Clásico de Mérida) y el ensayo “Apocalipsis imbécil”, la obra que reseño.

 Pepe Viyuela, en el lúcido prólogo que escribe para “Apocalipsis imbécil”, hace una afirmación futurista: “Pensar ha sido considerado muchas veces como una actividad peligrosa, pero con los avances de la inteligencia artificial, es posible que incluso acabe siendo abolida por la ley”. Es una apreciación muy optimista, porque llevamos camino de que el vicio de pensar decaiga por sí mismo y no sea necesario empujón alguno para abolirlo por ley. Como la fruta madura, está al caer.

 Por ahí van los quince dardos que Florián Recio lanza al aire en este ensayo que, hasta ahora, es lo mejor que le he leído. Este, en su pequeñez, es un libro de esencias, para deleitarse en su lectura sin precipitaciones. Una obra profunda y vibrante que solo puede salir de un analista riguroso, estudioso, de vasta cultura y con un conocimiento hondo de nuestra sociedad y de los antecedentes que la condicionan para que, pudiendo ser la del “homo sapiens”, haya devenido, sin solución, en la del “homo imbécil”. La genética tiene memoria y en la nube global en la que flotamos, es posible encontrar restos de Agamenón y de su porquero. También de Edipo, de don Quijote y Sancho, del chimpancé que seguimos siendo, San Agustín, Sócrates, Platón…, Pero al final del listado, el sedimento más abundante en el cubo de la trituradora, es “el homo imbécil”.

 Florián Recio, en su “Apocalipsis imbécil”, lo apunta con un estilo condescendiente y desenfadado, no dramatiza ni fiscaliza, pero, desde el atisbo que le haya correspondido del “homo sapiens”, en el fondo, aunque él haga distinciones, muestra su indignación e incluso su desprecio por el gilipollas, el idiota o el imbécil de todos los que, desde todos los confines y épocas, jugamos un partido en el que, hasta los más afamados, llevan el gen predominante de “el homo imbécil”. Pudimos inclinarnos por el “sapiens”, pero exigía más esfuerzo.

 Novelista, autor de teatro, narrador, ensayista, columnista… Florián Recio (licenciado en Filología Hispánica y máster en Lexicografía Hispánica), es un escritor que se dedica a escribir con la disciplina del que ficha a la entrada y a la salida. Ha ido enlosando su creatividad con una producción literaria en la que siempre deja su particular sentido de humor. A veces ácido, otras sarcástico, grotesco, fino, emocional y siempre divertido, para restar solemnidad a lo que denuncia porque lo suyo no es el púlpito. No lo consigue, pero si logra que se vea el esfuerzo por conseguirlo, porque parte de la premisa de que en este castillo kafkiano en el que siempre ha vivido la humanidad, con algunos “homo sapiens” en sus almenas, la mayor estancia la ha ocupado siempre “el homo imbécil”.

 “Apocalipsis imbécil” es un ensayo divertido, didáctico, de lectura fácil, que hace pensar y sonreír. Una oportunidad para disfrutar leyendo y conocer a uno de los escritores extremeños con más recorrido.

 

sábado, 29 de junio de 2024

 
La calma del encinar

¡CUIDADO CON LOS FANTASMAS!

               Tomás Martín Tamayo

 

Con el verano ha vuelto la serpiente de la mocita -esta vez de Mataró-, que asegura haberse quedado embarazada por bañarse en una piscina... Supongo que habrá sido por bañarse en una piscina y por algo que ocurrió dentro de ella, pero si la amnistía es constitucional todo es posible... También han salido las serpientes de los fantasmas y con ellos vamos:

En el décimo  quinto aniversario de su muerte, una psiquiatra inglesa aseguró, en un programa de televisión, que está casada con el fantasma de Michael Jackson. Tras el silencio inicial le preguntaron y ella, de verbo fácil y convincente, entró en materia: "Yo estaba en mi dormitorio, él me lo propuso y como a mi también me apetecía, le dije que sí". ¿Y tenéis sexo? "Bueno, lo normal en un matrimonio, después de tantos años". Kathleen Roberts, una afamada terapeuta, muy reclamada en los medios, afirmó que "tenemos una relación estable, comemos, bailamos, cantamos, discutimos"... "El siempre admiró a Marilyn Monroe, pero al encontrarme y comprobar que yo era Marilyn, me desposó y no se separa de mi ni cuando tengo que ir al baño". También señaló dos defectos de Jackson: "Se atiborra de galletas e insulta con mucha frecuencia, pero está corrigiéndose". ¿Hablas en serio? "Sé que es dificil de creer". ¡Toma, como la amnistía!

 Kathleen Roberts, terapeuta y ensayista muy activa en programas de televisión, lejos de rechazar al presunto espíritu que se apoderó de su cuerpo, se siente “especial y afortunada por compartir mi vida con alguien a quien quiero y admiro”. Según indicó al diario Daily Star, de Gran Bretaña, el espíritu del cantante no sale de ella, lo que da lugar a interpretaciones diversas.

¿Todo normal? ¿Por qué no, si la amnistía es constitucional? Desde que hizo pública su relación amorosa con Michael Jackson, su consulta se ha desbordado, multiplicando por diez los pacientes que solicitan sus servicios terapéuticos.

 Y ya que vamos de espíritus y fantasmas, este no se queda atrás: En Montreal, un tipo, muy excitado y nervioso, abordó a un policía: "Oiga, me acaban de violar". ¿Dónde, quién? "En los servicios de ese centro comercial. Entré para lavarme las manos y el tipo me empujó hasta uno de los cubiles, cerró la puerta y me penetró". Al policía, un incrédulo de ultraderecha que no sabe que la amnistía es constitucional, le pareció inverosímil e indagó: ¿Puede identificarlo? "No, claro que no, es que ni siquiera lo vi, era un fantasma, me empujó y me violó" ¿Y sigue allí? "Supongo, hasta puede que esté violando a otro porque conmigo fue un visto y no visto". Parece que el "violado"  quería más recorrido.

 ¿Otra más? Una joven espera un bebé y afirma que fue embarazada “por un espíritu”. La joven, de 15 años, contó que no había tenido relaciones sexuales pero que “de repente dejé de menstruar, mi mamá me llevo al centro de salud y salí embarazada”. De canal en canal jura no haber tenido relaciones sexuales con nadie, pero que un día sintió algo y percibió a un espíritu que la estaba forzando... ¿Imposible? ¡Pero si la amnistía es constitucional!

 Y con permiso de la autoridad competente, si el tiempo lo permite y no quedo embarazado en la piscina, volveré el siete de septiembre. Buen verano.

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sábado, 22 de junio de 2024

 

Diferentes

Al salir de unos grandes almacenes sonó la alarma y, como descolgados del techo, acudieron a mi encuentro dos guardias de seguridad, mientras que me señalaban todos los ecos de la estridencia. Me conocieron o no me vieron pinta de ladroncillo porque, incluso antes de comprobar lo que llevaba en las dos bolsas, ya estaban disculpándose: «Perdone caballero, es que la alarma, a veces, salta sin motivo que lo justifique». A pesar de la prudencia con que me habían tratado, el estrépito atrajo la atención de los más cercanos, que me miraban con atención. Agobiado por aquella situación, me dispuse a enseñarles el contenido de mis bolsas, pero me lo impidieron: «No es necesario, puede marcharse y, por favor, disculpe las molestias». Así lo hice, pero, con la sensación embarazosa de «tierra, trágame», al cruzar la puerta, la alarma saltó de nuevo y como la gente seguía mirando, entré y sobre uno de los mostradores cercanos comencé a depositar el contenido de las bolsas, a pesar de que los de seguridad insistían en que no era necesario. Con casi todo el mostrador lleno, al sacar un paquete de jamón envasado, uno de ellos lo identificó como el culpable del estropicio, porque ya habían comprobado en otras ocasiones que al pasarlo por la caja no se desactivaba el código de seguridad. Para demostrarlo, cogió el paquete, lo acercó a la puerta y la alarma se disparó, pero la gente seguía mirando con mucho interés y yo me sentía culpable sin saber de qué. Aclarado todo, me marché, recibiendo toda clase de disculpas y atenciones: «Es posible que salte de nuevo cuando cruce la puerta –me dijeron–, pero no le haga caso». Efectivamente, cuando salía, volvió a saltar y los de seguridad, con una sonrisa abierta, me indicaron con las manos que siguiera.


Días después, cerca de la misma puerta y mientras compraba un cinturón, la alarma saltó y, como en mi caso, los mismos guardias de seguridad cayeron sobre la nueva víctima, una jovencita quinceañera, con pantalones vaqueros rotos y desgastados, botas militares, una mochila, dos calaveras plateadas como pendientes, un piercing en la nariz y el gesto de haber sido sorprendida «llevándose el carrito de los helados». ¿Mala pinta? No era buena.


Los guardias de seguridad la cogieron del brazo y aunque ella se resistía, la obligaron a entrar, mientras que la muchacha suplicaba angustiada «¡Yo no he robao na, yo no he robao na!». Sin delicadeza alguna, convencidos de su culpabilidad, le descolgaron la mochila y sobre el mismo mostrador donde yo deposité mis compras, uno comenzó a vaciarla, mientras el otro la sostenía agarrada fuertemente del brazo. Como en mi caso, muchos mirones, yo entre ellos, esperábamos el desenlace: un paquete grande de clínex, un desodorante de barra, sal, nueces y… ¡el dichoso jamón envasado! Todo con su correspondiente justificante de compra. La muchacha lloraba avergonzada y ante la evidencia del nuevo error, el guardia que la sujetaba del brazo la soltó, mientras su compañero comenzó a meter precipitadamente en la mochila todo lo que había sacado, sin consentimiento de la víctima. Ni una disculpa, ni una justificación, ni una explicación. Nada, mientras que la muchacha seguía llorando, evidentemente avergonzada. Un tardío «tranquila, no llores, posiblemente haya sido un error». ¿Posiblemente? Eso fue todo.

sábado, 15 de junio de 2024

Publicado en HOY 15/06/2024

 


La calma del encinar

SENTENCIAS DE PUEBLO

 

                          Tomás Martín Tamayo

 

No hay diccionario capaz de ofrecer descripciones tan ajustadas como las que circulan por nuestros pueblos.  A la hora de señalar situaciones, conductas o personajes, los motes populares gozan de una economía verbal insuperable, porque suelen definir con un solo epíteto que, aunque no lo recoja el diccionario, todo el mundo entiende. ¿Se puede abreviar más para señalar a alguien que en su pueblo le llaman “Malafé”? ¿Se necesitan explicaciones complementarias para hacerse una idea sobre alguien a quien llaman “Témpano”? ¿Y “Cogorza”,”Biemplantao”, “Cachopena”? Son tan ajustados algunos nominativos que el diccionario quedaría muy menguado si tuviera tal capacidad de síntesis.

 Voy a omitir el nombre de muchos pueblos para evitar susceptibilidades, pero ayer mismo me presentaron a un señor de la Serena como “Buentiempo”. ¡Bingo! Alegre, optimista, campechano, dicharachero… Salió el tema de los motes populares y me contaron que, en un pueblo cercano, también de la Serena, a una familia la siguen conociendo como los “Chupasangre”, por la fortuna que el abuelo acaparó durante la Guerra Civil. A otra familia, esta vez de la zona de Llerena, todavía le cuelga el “Manolito Judas”, por los listados delatores que el padre había hecho. En la comarca de Almendralejo están los “Topamí, gente que, en los años de dificultad, prestaba a un altísimo interés y acababa quedándose con todo.

 En mi pueblo, Campillo de Llerena, había una familia de tez morena, conocida como “Los Negritos”. También teníamos a “Borrachouzo”. Muy cerca, en Valle de la Serena, están los de “Don Juan de Momento”. Me dicen que se trataba de un minero que, por su afán de superación, logró ser capataz de la mina y exigía a sus antiguos compañeros el “don”. Estos, que no estaban dispuestos a darle semejante tratamiento, fueron a consultar al ingeniero, que dejó la moneda en el aire: “Bueno, lo pensaré, pero llamadle don Juan, de momento. Y “Donjuandemomento", se quedó”.

 En Cáceres había un abogado que era un liante, capaz de llevar la defensa y la acusación a la vez: “El Arrebuja”. Era tan popular que él mismo se encargó unas tarjetas con el nombre de Luis Arrebuja. Abogado y procurador”.

 Los “Risanegra” son de la comarca de Castuera y parece que el origen está en el campo de concentración que allí había. A un herrero de Zafra le llamaban “Pichatiesa” y por razones parecidas, un alfarero de Salvatierra era conocido como “Badajo”, sin Z. En Villanueva de la Serena tuvieron, por razones obvias, al “Sargento Garrafa, a “Pelaespiga” y a “Capricho. “Chicharra” le decían en Villafranca de los Barros a uno que no dejaba de hablar. Los “Salsipuedes” proceden de Fuente de Cantos. Dicen que un padre, cansado de las “salidas” de su hija, la encerró, tapiándole la puerta: “Ahora, sal si puedes”. “Salsipuedes” se quedó.

 Los políticos tampoco se libran: “Mariano Chupito”, “La Chiqui”, “El Tableta”, “El Nenaza” “El chuletón de Ávila”, “El Coletas”, “La Llorona”, “Su Sanchidad” o “Doctor Cum Fraude”. ¿En Extremadura? “El Bellotari”, “Fray Papilla” “El Monaguillo Canario”. ¿Y yo? Nosotros somos “Los Calmitas”.

 Para mí el mejor viene de Montijo. Un médico que se llamaba Alfonso, pero al que todos conocían como “Don Prevenido”, porque al llegar dijo que él ya venía prevenido de que allí le ponían motes a todo el mundo. “¡Adiós, don Prevenido!”, -le dijo el primer paciente. Nadie más se acordó de don Alfonso.

sábado, 8 de junio de 2024

Publicado en HOY, 08/06/2024

 

La calma del encinar

 SECRETILLOS A VOCES

 

                                                                Tomás Martín Tamayo

 

En la Casa Blanca eran muy selectivos en la elección del personal de servicio y destacaban, por su belleza, las mujeres negras. Estaban tan bien elegidas y resultaban tan tentadoras para sus inquilinos que Anna, la esposa de William Henry Harrison, nada más llegar decidió despedirlas a todas, para elegirlas ella misma, descartando a las menores de 45 años. La esposa del presidente quería evitar los escarceos amorosos del nuevo inquilino, que llegaba a la presidencia con cinco hijos de una esclava negra.  Y lo mismo le pasó a las esposas de otros presidentes, como Martin Van Buren, James Monroe, Woodrow Wilson, Herbert Hoover… que demostraron desde el principio una considerable tendencia a la fusión cromática. Pero el caso más destacado es el de Thomas Jefferson que, mientras redactaba su famosa Declaración de Independencia, se aliviaba las urgencias con Elizabeth, una bellísima esclava negra.

 Elizabeth Hemings, de negritud extrema, en realidad era mestiza porque era hija del suegro de Jefferson y, por tanto, hermanastra de su esposa. O sea, que el bueno de Jefferson se aliviaba con las dos hermanas y pasaba del blanco al negro con tanta celeridad que ambas quedaban embarazadas casi simultáneamente, aunque una pariera en la alcoba presidencial, atendida por un prestigioso equipo médico y la otra en un cuchitril apartado, con la ayuda de otra esclava. Doscientos años después y tras muchas especulaciones, una prueba genética confirmó que los seis hijos de Elizabeth tenían el mismo ADN de la familia Jefferson, aunque esto se sabía porque los puñeteros negritos eran iguales a su padre biológico. La caprichosa genética delataba los pecadillos de alcoba del tercer presidente de EE. UU y mientras que sus hijos legítimos se parecían a la madre, los que paría la esclava negra llegaban al mundo como clones de Thomas Jefferson. Dos de ellos incluso heredaron la inclinación al caminar del presidente.

 Se conocía la paternidad oculta del fogoso mandatario, pero no se había oficializado la consanguinidad hasta que se ha demostrado científicamente, que los Jefferson y los Woodson son la misma familia y por partida doble, ya que comparten genética por parte de abuelo materno y padre. Los mismos genes, aunque unos sean de armiño y otros de carbón. Pelillos a la mar, después de tantos años, un centenar de los descendientes de Thomas Jefferson se han reunido en una de las mansiones que el presidente poseía en Virginia y en la que se dejaba asistir por la esclava negra y su esposa blanca al mismo tiempo. Los descendientes del presidente, blancos y negros, con la misma sangre paterna y materna, corrieron suertes bien diferentes, porque los blancos han gozado, generación tras generación, del privilegio, respeto y fortuna que les deparaba el apellido Jefferson, mientras que los negros, los Woodson Hemings, fueron por caminos sin asfaltar. Su suerte quedó marcada por el capricho de unos espermatozoides que decidieron anidar, alternativamente, en la esclava negra o en la esposa blanca. Un azar, insignificante para la naturaleza, que los marcó por generaciones. Mientras unos estaban bien situados, con estudios y profesiones de prestigio social, los negros pertenecían al sector servicios. En la rama negra el más próspero era propietario de un par de gasolineras. El color sí importa.

 
No ha trascendido si, después del reencuentro y el chin-chin al brindar, los Jefferson blancos se abrieron a compartir más cosas con sus hermanos, los Jefferson negros. Y si no ha trascendido…

 

 

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martes, 4 de junio de 2024

Publicado en HOY, 1/6/2024

 

La calma del encinar

DE CENIZOS Y GAFES

 


                   Tomás Martín Tamayo

 

¿Los cenizos y gafes existen? Eso dicen, aunque, como en la milicia, entre ellos tienen jerarquías, porque hay gafes de vecindad y cenizos universales. Sigámosle el juego: Durante la Exposición Universal de Sevilla se descubrió uno que ya había despuntado en otros ámbitos, pero que, en aquella ocasión, lució con luz propia y se hizo incuestionable su mal fario. Contaban que por donde pasaba se fundían las bombillas, se descolgaban los arcos vegetales y la llovizna artificial que instalaron para que mitigara la sofoquina, se atascaba, acababa rompiendo las canalizaciones aéreas y mojando al que pasaba. Con todos pendientes de él, mala suerte, subió a uno de los barcos y se hundió…

 El torero Juan Belmonte tenía un vecino gafe y cada vez que iba a torear salía por la puerta trasera, para no cruzarse con él. Y lo explicaba: “Cuatro veces que me crucé con él antes de torear, las cuatro me cogió el toro”. El poeta Tomás Chiscano vivía cerca de un cenizo en Villanueva de la Serena y si al salir coincidía con él, volvía a su casa y esperaba media hora: “Una vez que iba a su lado casi me pilla una moto, otra tropecé y caí, en una ocasión se me cayeron las gafas en una alcantarilla y no las pude recuperar…”. ¿Y lo que dicen de una tonadillera, muy conocida, que deja un reguero de mal fario por donde pasa y lleva al hospital, al foso, a la cárcel o más lejos, al que le siguen el paso?

 Me contaba Santiago Parra que en Plasencia había un cenizo que cortaba la lluvia en los tiempos de sequía y al que pedían que se quedara en casa cuando empezaba a lloviznar porque, si salía, no había rogatoria mariana que la retuviera. Y yo tengo un caso que, pese a mi escepticismo, ya me hace dudar. Un día, jugando al golf, los compañeros de partida me alertaron sobre un gafe que se nos cruzó en una calle: “Mantente lejos de ese, que se te rompe algún palo o te caes a un charco”. No hice caso, un día jugué con él y el resultado fue desastroso porque, efectivamente, se me rompió un driver muy caro, me vino una colitis precipitada y camino de los servicios, metí el pie en un charco y me hundí hasta la rodilla.

Pero también hay gafes internacionales: El matrimonio Jason y Jenny Cairns-Lawrence, tiene el récord de haber estado presentes en tres de los atentados terroristas más sangrientos de los últimos años. Estaban de vacaciones en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, hospedados en un hotel cerca de las Torres, comprando regalos en su base. El 7 de julio de 2005, día de los atentados en el metro de Londres, en los que murieron 56 personas, acababan de salir de él y fueron atendidos en una ambulancia medicalizada. Finalmente, en Bombay, durante los ataques terroristas de noviembre de 2008, tuvieron que refugiarse en un comercio.

 Pero la cofradía de los gafes tiene un hermano mayor: Robert Todd Lincoln “el mata-presidentes”. Estaba al lado de su padre, el presidente Lincoln, cuando lo asesinaron, pero también cuando mataron a los presidentes James A. Garfield y William McKinley. Después fue borrado del listado del protocolo para los actos oficiales. No debemos creer en ellos, pero “haberlos haylos”.

 

 

 

 

sábado, 25 de mayo de 2024

Publicado en HOY, 25/05/2024

 

La calma del encinar

EL PELOTÓN DE LOS TIESOS

 

                           Tomás Martín Tamayo

 

En la Sociedad de Plateros de la cordobesa calle Cruz Conde, solíamos juntarnos funcionarios, maestros, dependientes, policías… con el nexo común de pertenecer al “pelotón de los tiesos”, apelativo que nos dábamos los que sorteábamos la dificultad para estirar la escasez hasta final de mes. Era una constante que llevábamos con naturalidad, porque algunos teníamos extras que empinaban la cuesta. En mi caso afrontaba la quita de una máquina de escribir, una Olivetti (Pluma 22), que había comprado a plazos, pero los otros tampoco andaban muy sobrados. De tarde en tarde, se sumaba al pelotón Julio Anguita, que también comía en “El Pelitos”, dos platos y manzana por 25 pesetas. Si era comunista o del Rayo Vallecano, nadie lo sabía. Muchos años después volví a verlo, en televisión y como alcalde de Córdoba.

 Con este panorama se entenderá que a primero de mes abundaran los finos, la japuta, los boquerones en vinagre…, que iban decayendo a medida que el sobre adelgazaba, pero había dos excepciones: la de Pepe Castro y Pepe Rubio. Los dos “pepes” tenían “posibles de familia”, para vivir sin agonías. Pepe Castro, funcionario de la prisión cordobesa, aprobó judicatura y con el tiempo, fue uno de los jueces más famosos de España, como instructor del caso Nóos, que afectaba a la infanta Cristina y a Urdangarin. Pepe Rubio, hijo de un apoderado de toreros, regentaba un hostal de su padre y llegó a dirigir uno de los hoteles más prestigiosos de Madrid, donde desapareció en 1988. Y hasta hoy. Su único rastro, cinco años después, lo dio un suicida canadiense, que se arrojó desde la planta veinte de un edificio en Filadelfia y que llevaba en el abrigo el pasaporte de Pepe Rubio, pero que no lo era.

 Aquellos años, no se recuerdan hoy por sus dificultades, sino por las ilusiones inconcretas que estaban por hacerse realidad. Si finalmente llegaron no importa, porque nos alimentaron y empujaron mientras estuvieron. Uno de los mejores, “Shiquillo”, quiso ser torero y aunque no pudo pasar de novillero prometedor, porque un morlaco le destrozó un tobillo al pisarlo, murió en un cubículo que tenía en el alto de su tasca, en el cordobés barrio de El Brillante, rodeado de fotos de sus años de luces con Palomo Linares, El Cordobés, Paco Camino… Nunca fue uno de ellos, pero en las fotos eso no se ve y seguro de que acabó su vida saboreando el sueño.

 Hoy, los sueños se envuelven en intereses diferentes porque, aunque no falte empuje, todo está materializado, se busca la inmediatez, se pone precio a cualquier suspiro y se ha perdido la sabia espera del que sabe que despacio también se llega. España casi duplica la tasa de paro de la UE, pero no se encuentran camareros, conductores, albañiles, informáticos, mecánicos, electricistas, carpinteros…¿Qué estamos haciendo mal? El mundo es más global y eso nos ha hecho perder rasgos propios y el santo temor a las fronteras que no se pueden pisar. Algo incuestionable, como aceptar la dificultad, el respeto a la autoridad, a los mayores, se relativiza porque todo es cuestionable y no hay principio que no pueda ser pisoteado.

 Cualquier tiempo pasado no fue mejor, porque cada época tiene su impronta, pero sería bueno no “progresar” retrocediendo. La escritora Eva Baltasar, decía en Hoy el miércoles pasado que “vamos a una sociedad cada vez más medievalizada”.

 

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sábado, 18 de mayo de 2024

 

La calma del encinar

SITIO DE LOBOS

 

                        Tomás Martín Tamayo

 

Nadie pensó en los lobos y planificaron el viaje como si nada pudiera interponerse. El propósito era pasar la Navidad en el campo, en “La piedra del Santo”, la finca de un familiar de Zalamea. Mis padres andaban de médicos por Sevilla y entre tres posibilidades, quedarme en Campillo, irme al Valle o al campo con el tío Manolo, yo elegí campo.

Tenía que trasladarme en “La Viajera”, que llegaba a Campillo desde Llerena y, a la vuelta, pasaba por La Higuera y El Retamal. El autobús me dejaría cerca de Zalamea, en una explanada con un pozo conocido, donde me recogerían para, siguiendo un atroche entre matojos y encinas, llegar hasta el cortijo. Todo era bajar en el sitio acordado, a la hora más o menos prevista y subir a las mulas con Lucio, el capataz.

¿Qué podía fallar? “La Viajera”, tuvo que parar muchas veces porque del motor salía humo y llegamos al pozo con tres horas de retraso. Más de dos horas estuvo Lucio esperando, pero al anochecer se volvió, convencidos de que, como tantas veces, “La Viajera” habría suspendido el recorrido por sus constantes averías.

Cuando llegamos a la explanada del pozo lloviznaba y el conductor, que no quería dejarme allí solo, esperó casi una hora, tocando a intervalos la bocina, pero algunos pasajeros comenzaron a inquietarse y después de ofrecerme la posibilidad de llevarme hasta El Valle, arrancó y se alejó, porque yo insistí en que el cortijo estaba cerca y conocía el camino. Y allí quedé, en una noche sin luna y bajo una lluvia espesa como una cortina. Yo tenía trece años.

No se veía nada y sólo se oían mis pasos en el insistente chapoteo del agua. Yo creía que estaba cerca del cortijo, salí de la carretera y subí a una loma entre la maleza mojada, que me acuchillaba las piernas. Convencido de que el cortijo aparecería pronto, decidí aguantar y seguir.

Anduve mucho tiempo, posiblemente andando en círculos, porque dos veces llegué a la carretera. De madrugada, agotado, divisé una roca enorme y en ella me refugié, bajo un saliente que parecía esculpido para dar refugio a los perdidos.  Me senté en el suelo, viendo como las gotas hacían un círculo a mi alrededor y agotado, me dormí.

Me despertó un ruido extraño, como un jadeo o un aliento entrecortado. En la penumbra distinguí unas sombras que se movían rápidas, tapando el entrante donde me encontraba. Comencé a sudar, estaba agarrotado por el frío y el miedo. Me incorporé apoyando mi espalda en la roca y las sombras se alejaron, dejando colgadas dos ascuas intermitentes, que me recordaron a los gatos en la oscuridad. Comprobé que los fogonazos se aproximaban, pero si me movía y agitaba los brazos, se escondían entre los matojos que rodeaban el entrante de la roca. Poco a poco mis ojos fueron penetrando en la oscuridad y supe que lo que se movía, como yo, también tenía miedo. Yo no sabía lo que había fuera, pero aquello tampoco sabía lo que había dentro. Grité, tiré piedras, golpeé el suelo con un palo y los ojos encendidos se alejaron.

 Amaneció calmoso y con las primeras luces, recorrí el saliente. En un extremo, debajo de ramas y hojas secas, dos lobeznos me miraban extrañados. Ellos no parecían tener miedo. Salí de allí, mientras los matojos se movían a mi alrededor y horas después, la silueta del cortijo se elevó ante mí.

Todavía me pregunto si aquella noche transcurrió así o fue una pesadilla, pero aquellas brasas que se encendían en la oscuridad… 

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sábado, 11 de mayo de 2024


 

La calma del encinar

LA COLONOSCOPIA, SEGUNDA PARTE

                     Tomás Martín Tamayo

 

  He vuelto a pasar por el trance de la colonoscopia, que me ha servido para comprobar que, después de quince años, el protocolo establecido para efectuarla apenas ha cambiado. Parece demostrado que la colonoscopia es la mejor prueba para adelantar un diagnóstico precoz del cáncer colorrectal y que si pasados los sesenta años, todos nos sometiéramos a ella, el cáncer de colon se reduciría considerablemente. El problema es que, según dicen, sería muy costoso para el sistema, aún sabiendo que el gasto que supone el desarrollo de la enfermedad es muy superior al de la prueba que podría detectarla. Pero no voy a seguir por estos derroteros, porque de lo que yo quiero hablar es de la cara que no recogen las estadísticas.

 La colonoscopia es una prueba clínica que consiste, que los especialistas del ramo me perdonen, en meterte una cámara por el culo y recorrer con ella los intestinos, en busca de pólipos y otras adherencias. La cámara le enseña al especialista, en vivo y en directo, cada centímetro de la autopista intestinal y además de señalar los baches, fija su localización para que la brigada de mantenimiento los retire de inmediato. Es algo físicamente inocuo, porque incluso lo hacen con sedación y el paciente no se entera de nada, excepto de los antecedentes y de los consecuentes, a los que hay que sobreponerse para olvidarlos de inmediato. Yo lo escribo como terapia liberadora. Intentaré explicarme, aunque el bochorno todavía me acompaña y confieso que, cuando he visto a la enfermera por la calle, me ha cambiado de acera.

Los previos exigen una limpieza total del intestino, con lo que, durante días hay que evitar la ingesta de frutas, verduras, fibras… Doce horas antes comienzas a ingerir un potingue que hace que te vayas de vareta, un mínimo de veinte veces. ¿Me siguen? Dan ganas de irte a vivir al baño, por el riesgo cierto de no llegar a tiempo en una de las urgencias. Superados los trámites burocráticos, llega la hora de la verdad y te llaman por un altavoz atronador, de tal forma que, cuando te levantas, todos te miran con algo de conmiseración. Una enfermera te coge del brazo, yo creo que para que no te escapes, y te guía a una habitación en la que otra te recibe con una sonrisa amable, pero que yo traduje en un “te vas a enterar”. Abre un armario y te pide que te desnudes. Lo haces mientras ella permanece a tu lado y, cuando estás en pelota viva, te ofrece una mini bata verde, abierta por atrás, que no cubre las rodillas. Con ese traje de faena te guía hasta una sala donde permaneces de pie, con patucos de plástico verde, en minifalda y con el culo al aire. Si alguien hizo foto, me iré de Europa, porque una imagen así acaba con todas las dignidades.

Unas palmaditas en la cara te sacan de un sopor placentero: “¡Vamos, ya está todo!”. Con una media cogorza, te guían hasta un pasillo transitado y te invitan a que ventosees todo lo que puedas… “¿Aquí? Si, claro, es conveniente que expulses el aire”. Yo compartí pasillo con un señor, auténtico experto, que se inclinaba hacia un lado para gratificarme con su particular tamborada, mientras me invitaba a hacer lo propio: “¡No se cohíba, es mano de santo!”. ¿La colonoscopia? Todo bien que, según me dicen, es lo importante.

 

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sábado, 4 de mayo de 2024

 
La calma del encinar

¿QUÉ SERÁ LO SIGUIENTE?

                 Tomás Martín Tamayo

 

"El único valor que tiene la palabra de Pedro Sánchez es que sirve como pista para adelantar la  realidad que niega, porque lo suyo es puro teatro. Y del malo. El lunes abrirá otro melón de su falsía". Así concluí mi artículo el pasado sábado y el lunes el susodicho me dio la razón. Que por qué lo conozco tan bien,  me preguntó un amigo al que le he ganado una apuesta. Porque para saber por dónde va, parto de tres realidades que se han repetido desde que llegó: La mentira forma parte de su esencia y está anclada en sus ojos. Es ególatra hasta lo enfermizo y su conciencia es tan laxa que justifica todo lo que a él le conviene. ¿Alguien puede entender que se sienta agredido porque se diga que su hermano, enchufado en la Diputación de Badajoz como coordinador de algo, cotiza en Portugal, si cotiza en Portugal? ¿Hay que silenciarlo?

Es un personaje desnortado, sin límites ni limitaciones, que, con su último esperpento, ha instrumentalizado a la sociedad española, al Rey, a los medios de comunicación, a sus aliados, al PSOE, a su propia esposa... ¡Hace falta tener bemoles para montar un circo por una denuncia a su esposa, al mismo tiempo que la utiliza para victimizarse! Ése es su feminismo. ¿Qué podemos esperar los demás, si hace esa utilización de la que está "profundamente enamorado"? ¿Qué puede regenerar el que degenera por norma? ¿Qué medidas contra la desinformación puede arbitrar quien se caracterizar por desinformar? ¿Informará algún día sobre las razones por las que "regaló" el Sahara a Mohamed "el del móvil"?

¿Qué será lo siguiente de este pozo sin fondo, que habla de fango mientras enfanga? Horas después de su contrita reaparición, acudía a TVE y a la SER para seguir enfangando, mintiendo y desinformando. Denuncia ofensas mientras ofende y, capaz de negar cualquier evidencia, dice sentirse respaldado por una "mayoría social", cuando incluso la mayoría social del PSOE se ha cruzado de brazos. Al margen de sarpullidos histriónicos, con apenas 15.000 manifestantes de autobús y bocadillo, ahora sí he vuelto a ver al PSOE de siempre. Han llorado lo justito y los justitos.

Lo de estos cinco días dará para mucho, cuando se descienda a los actores secundarios de la bufonada. El Gobierno a la desesperada, como hormigas que han perdido a su reina, una vicepresidenta, más chiqui que nunca, abierta de brazos y clamando al cielo, como poseída, en trance norcoreano, mientras, ojo al dato, lucía una cruz invertida. Los socios separatistas que lo sostienen, acojonados porque veían peligrar sus privilegios y perder la milonga si el gran falsario era por una vez sincero y unos millares de socialistas, trasladados a Madrid, balando un patético "Pedro no te vayas". ¿Imaginan la cara del Rey cuando oyó decir al presidente del Gobierno que iba a seguir siendo presidente del Gobierno? Seguro que el Rey se dijo para sus adentros: "Lagarto, lagarto, a mí me los vas a decir tú".

¿Todo esto ha sido un salto en el vacío o para acaparar protagonismo en la campaña catalana? Muchos oyen el "ring-ring" de Pegasus, con la información que el rey de Marruecos e Israel tienen de lo que extrajeron de su dispositivo. Y otros vislumbran sarpullidos autocráticos para acabar de controlar a los pocos poderes que aún no manipula. ¿Se vislumbra "El Estado soy yo"? Claramente.

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sábado, 27 de abril de 2024

DESPUÉS DE LA TORMENTA, LA TORMENTA



  La calma del encinar

DESPUÉS DE LA TORMENTA LA TORMENTA


                          Tomás Martín Tamayo


El pasado sábado comenzaba mi artículo asegurando que "Mañana, pese a todo, con ayuda del PSOE, el PNV mantendrá el Gobierno del País Vasco". Nada de autobesos, coincidía con muchos analistas, aunque Tezanos, con su poderosa maquinaria sociológica, sigue anclado en el error perpetuo. Algún día entenderé por qué se propagan sus paridas. También adelantaba  que "Con el desgaste del PNV, una legislatura más y el sueño de ETA se habrá hecho realidad". Me reitero. Paso a paso, los filoetarras van acercándose a sus objetivos y haber conseguido que el Gobierno, al que sostienen, esté más pendiente de Franco que de ellos, es muy importante para el encalado de su fachada. Ha ganado el PNV en votos, sí, pero, si descendemos a la letra pequeña, parece que ese es un yogurt con fecha de caducidad en la tapadera y que Bildu, por el ejercicio de amnesia guiada que han hecho los vascos, se ha alejado de su pasado y está a una legislatura de dar sorpasso al PNV. Está claro que allí, el tiro en la nuca ha perdido su eco.

El testigo de la gobernabilidad se lo pasarán entre PNV y Bildu, porque, gracias a la política de blanqueo, nunca, hasta ahora, habían logrado los partidos nacionalistas el 72% de los diputados. No es descabellado que el candidato de Bildu, que se negó en campaña a reconocer a ETA como una banda terrorista, en su primera intervención adelante que los aberzales irán a por la soberanía y que sus votos en Madrid van a tener un precio diferente: Pedro, prepara la cartera. Parece lógico que sondeen hasta dónde está dispuesto a llegar. Coinciden con Imanol Pradales, el próximo lehendakari, que ya habla de un referendo para dotar al País Vasco de un nuevo estatuto, cara a la autodeterminación. 

Los que piensan que algunos tenemos una fijación enfermiza con Pedro Sánchez, es porque están muy limitados para pensar en mañana. O algo peor. Bildu, que no se moja en apariencias, tiene entre sus diputados  electos a un etarra, condenado por delitos de sangre. Y lleva a otro como cabeza de cartel para las próximas elecciones europeas, pero eso no ha impedido, ni impedirá, que el electorado les regale el "ilustrísimo"  y que la implantación de los radicales crezca en espiral, en cada cita electoral. Ha sido el partido más votado en 162 de los 251 municipios, pero esto, que ya supone el 63% del País Vasco, no parará de crecer a corto plazo, porque el Gobierno necesita la mascarilla de oxígeno que le prestan los filoetarras. Recordemos que el "Plan Ibarretxe" de 2003, fue rechazado por fuerzas que hoy están abiertas a exploraciones arriesgadas, porque el PSOE es el primer impulsor, al mostrarse abierto a cualquier propuesta que le permita seguir respirando un rato más. Hoy Ibarretxe hubiera vuelto a su feudo con más síes que noes.

De momento, antes de que salga el grano, el PSOE ya está poniendo el parche, negando la posibilidad de consultas que tiene sobre la mesa, porque el Gobierno ha naturalizado la mentira y niega cualquier cesión cuando está camino de hacerse realidad. El único valor que tiene la plabra de Pedro Sánchez es que sirve como pista para adelantar la realidad que él niega, porque lo suyo es puro teatro. Y del malo. El lunes abrirá otro melón de su falsía.



                                                       

                                                     

sábado, 20 de abril de 2024

Publicado en HOY, 20/04/2024

 

La calma del encinar

LA DESMEMORIA

 

                    Tomás Martín Tamayo

 

A las elecciones, como a las escopetas, las carga el diablo, pero creo que la sorpresa no irá a mayores y que mañana, pese a todo, con ayuda del PSOE, el PNV mantendrá el Gobierno del País Vasco. Los sondeos dan un empate técnico entre PNV y Bildu, con ventaja para los filoterroristas, pero si las diferencias no son muy sustanciales, lo normal es que el PSOE, que siempre ha sido muleta de los nacionalistas, le de sus votos y todo quede igual o parecido. A Pedro Sánchez le da igual uno u otro, porque a los dos los necesita para seguir, pero apoyará a un PNV que puede enfadarse, retirar a sus cinco diputados y precipitar el adelanto de las elecciones generales. Sabe que a Bildu, todavía, le huelen las manos a pólvora y no va a encontrar a nadie mejor que él para conseguir sus objetivos. Con el desgaste del PNV, una legislatura más y el sueño de ETA se habrá hecho realidad. Ahí están los blanqueados de Otegi, aunque el candidato de Bildu no ha sido capaz de reconocer que la banda terrorista era una banda terrorista. ¿Han olvidado los vascos la trayectoria sangrienta de ETA? En todo caso es un olvido estratégicamente programado. El presente es la gabarra con la Copa del Rey y el futuro seguirá siendo Franco. Siempre Franco.

 El País Vasco es en la actualidad una “confederación de territorios” que, electoralmente, se unen en igualdad de condiciones. El parlamento vasco no representa a los ciudadanos, sino a esos territorios y cada uno, al margen de su población, elige a 25 diputados. La distribución de escaños no es como en Extremadura, donde los 65 se reparten, en función de su población, 36 para Badajoz y 29 para Cáceres. En el País Vasco el voto de un alavés es cuatro veces superior al de un vizcaíno y ese disparate es la principal arma electoral de Bildu, porque en Guipúzcoa y Vizcaya están igualados con el PNV, pero en Álava, según todos los sondeos, se van a distanciar mucho.

 El Gobierno cortoplacista que tenemos, con el objetivo único de sortear las dificultades para poder seguir, entre otros muchos disparates, ha ido blanqueando a Bildu, con la extraña complacencia de un PNV desnortado, que lleva muchos años equiparándose a ellos y sin marcar líneas rojas con los compadres de Otegi. Verse fuera de Ajuria Enea es un abismo que produce vértigo a los nacionalistas porque, como partido sistémico del poder, es difícil mantener su estructura fuera del reparto de prebendas y gananciales. Lo que el vasco va a votar mañana, comenzó a sazonarse hace muchos años, incluyendo la desmemoria selectiva para olvidar a las víctimas de la banda terrorista. Es la ruta de ZP/Pedro Sánchez: Olvidar a ETA y pasear a la Guerra Civil.

 ¿Otros escenarios? En las tres diputaciones forales gobierna el PNV con el apoyo de un PSOE que también ha pactado con Bildu, pero si la diferencia de escaños es de dos o tres a favor de Bildu, que también tiene cinco diputados en el Congreso, los filoetarras pueden adelantar su estrategia, reclamar al PSOE el intercambio de cromos e incluso abrir el escenario del frente nacionalista Bildu/PNV.

 Lo normal es que, con algún susto, el escenario no cambie de decorados, los que critican a Bildu hoy le pondrán alfombras mañana y el tacticismo de conveniencia se impondrá en el País Vasco y sobre todo, en Madrid, porque para Pedro Sánchez lo importante es Pedro Sánchez.

 

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