martes, 4 de junio de 2024

Publicado en HOY, 1/6/2024

 

La calma del encinar

DE CENIZOS Y GAFES

 


                   Tomás Martín Tamayo

 

¿Los cenizos y gafes existen? Eso dicen, aunque, como en la milicia, entre ellos tienen jerarquías, porque hay gafes de vecindad y cenizos universales. Sigámosle el juego: Durante la Exposición Universal de Sevilla se descubrió uno que ya había despuntado en otros ámbitos, pero que, en aquella ocasión, lució con luz propia y se hizo incuestionable su mal fario. Contaban que por donde pasaba se fundían las bombillas, se descolgaban los arcos vegetales y la llovizna artificial que instalaron para que mitigara la sofoquina, se atascaba, acababa rompiendo las canalizaciones aéreas y mojando al que pasaba. Con todos pendientes de él, mala suerte, subió a uno de los barcos y se hundió…

 El torero Juan Belmonte tenía un vecino gafe y cada vez que iba a torear salía por la puerta trasera, para no cruzarse con él. Y lo explicaba: “Cuatro veces que me crucé con él antes de torear, las cuatro me cogió el toro”. El poeta Tomás Chiscano vivía cerca de un cenizo en Villanueva de la Serena y si al salir coincidía con él, volvía a su casa y esperaba media hora: “Una vez que iba a su lado casi me pilla una moto, otra tropecé y caí, en una ocasión se me cayeron las gafas en una alcantarilla y no las pude recuperar…”. ¿Y lo que dicen de una tonadillera, muy conocida, que deja un reguero de mal fario por donde pasa y lleva al hospital, al foso, a la cárcel o más lejos, al que le siguen el paso?

 Me contaba Santiago Parra que en Plasencia había un cenizo que cortaba la lluvia en los tiempos de sequía y al que pedían que se quedara en casa cuando empezaba a lloviznar porque, si salía, no había rogatoria mariana que la retuviera. Y yo tengo un caso que, pese a mi escepticismo, ya me hace dudar. Un día, jugando al golf, los compañeros de partida me alertaron sobre un gafe que se nos cruzó en una calle: “Mantente lejos de ese, que se te rompe algún palo o te caes a un charco”. No hice caso, un día jugué con él y el resultado fue desastroso porque, efectivamente, se me rompió un driver muy caro, me vino una colitis precipitada y camino de los servicios, metí el pie en un charco y me hundí hasta la rodilla.

Pero también hay gafes internacionales: El matrimonio Jason y Jenny Cairns-Lawrence, tiene el récord de haber estado presentes en tres de los atentados terroristas más sangrientos de los últimos años. Estaban de vacaciones en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, hospedados en un hotel cerca de las Torres, comprando regalos en su base. El 7 de julio de 2005, día de los atentados en el metro de Londres, en los que murieron 56 personas, acababan de salir de él y fueron atendidos en una ambulancia medicalizada. Finalmente, en Bombay, durante los ataques terroristas de noviembre de 2008, tuvieron que refugiarse en un comercio.

 Pero la cofradía de los gafes tiene un hermano mayor: Robert Todd Lincoln “el mata-presidentes”. Estaba al lado de su padre, el presidente Lincoln, cuando lo asesinaron, pero también cuando mataron a los presidentes James A. Garfield y William McKinley. Después fue borrado del listado del protocolo para los actos oficiales. No debemos creer en ellos, pero “haberlos haylos”.

 

 

 

 

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