sábado, 13 de enero de 2024

Publicado en HOY

 

Año de urnas

Puigdemont llegó con el flequillo partido, como una cortina palaciega. Se sentó, un sorbito de agua y al grano: «Os pedí que negociarais pidiendo algo imposible y lo hicisteis con la bobada de traerme al Pere Sánchez hasta Waterloo, para que me rindiera pleitesía. ¡No pidamos lo que nos pueden dar porque corremos el riesgo de que nos lo den!». La dientuda portavoz levantó la mano: «Podemos humillarlo un poco más, exigiéndole que venga, pero envuelto en la Señera, con la Margarita Robles tocando un tambor y cantando ‘Els segadors’». El Comín aprovechó el silencio: «Se me ha ocurrido… ¿Y si exigimos que retiren los leones de la puerta del Congreso y los sustituyan con dos caganers gigantes, con las caras del Pere Sánchez y la Chiqui?». Don Puchi negó con la cabeza: «Si pedimos eso nos lo darán y después ¿qué? ¿No sabéis que en junio tenemos elecciones europeas y que yo tengo que seguir con la sopa boba?». El Jordi 1, dio un paso al frente: «Es verdad, tenemos que distanciarnos y demostrar quién manda en España, pero sin matar a la gallina de los huevos de oro, aunque el Pere, antes de irse, nos entregaría el museo del Prado. ¿Y si pedimos algo imposible, como que se incentive el retorno de las empresas que se fueron de Cataluña y se castigue a las que no vuelvan?». «Hecho –dijo don Puchi, separándose la cortina del flequillo–, amenacemos incluso con votar contra la amnistía y que se jodan, que bien jodido estoy yo en este Waterloo en el que ni los borrachos están contentos».


¿Alguien piensa que, con esta caricatura, más o menos real, Pedro Sánchez va a rendirse? La mayoría de los analistas políticos coinciden en que 2024 será un año difícil, pero ¿difícil para quién? Para Pedro Sánchez no, porque él tiene un solo mandamiento: resistir. Resistir como sea y al precio que sea, pero resistir hasta no se sabe dónde ni para qué. Tiene, salvando las distancias, el mismo manual que el botarate con la tiza. Antes, claro, tuvo que deshacer el jersey ideológico del PSOE, para confeccionar con él un fantasma personalizado y a su medida.


¿No puede haber paz para los vendidos en un año con tres procesos electorales?: Galicia, Euskadi y las europeas esperan. En Galicia, a la desesperada, intentan sacar con las bolitas de plástico el rédito que les dio el chapapote y aunque estas ya están en Cantabria, Euskadi, Asturias y Canarias, toda la culpa es para el PP gallego. Allí la ‘gauche divine’ está dividida en cuatro: BNG, Sumar, Podemos y PSOE, con lo que los populares pueden reeditar la mayoría absoluta que consiguió Feijóo, por cuarta vez, hace cuatro años. En Euskadi los santurrones del PNV comprobarán, otra vez, que la política errática de jugar desde la derecha cristiana con la izquierda comunista, da alas a Bildu. Ellos confían en atar a Pedro Sánchez en Madrid para seguir en el machito vasco, pero el susodicho ha demostrado que pactar con los terroristas no le produce sarpullidos.


Las elecciones europeas se verán contaminadas por los procesos gallegos, vascos y los pactos poselectorales y la moneda está en el aire, pero el numantino sabe esperar y pescar en ríos revueltos, aunque el de Waterloo le pinche la zodiac y tenga que enfangarse y arrodillarse para poner un parche. A Sánchez le da igual Perro que Pedro que Pere.

No hay comentarios: