sábado, 18 de febrero de 2023

Publicado en HOY/ EL NORTE de CASTILLA

 

Legislar al «Pito, pito, gorgorito»

Este Legislativo no debe seguir porque es un peligro para la salud democrática de España. Se impone la disolución de unas Cortes Generales que han demostrado absoluta incompetencia a la hora de legislar, comportándose como una manada de pirañas al servicio de sus exclusivos intereses, personales y territoriales. Legislando al «Pito, pito gorgorito» ocasional, vendiendo reformas a la carta, comulgando con ruedas de molino, votando cualquier disparate, sin reparar en las consecuencias ni en los flecos que las leyes conllevan. Esos diputados y senadores, meros deditos al servicio del amo, que han hecho posibles las aberraciones, deberían figurar en un libreto para que recordáramos sus caretos. Los tipos/as, por la generosa canonjía del sueldo, son capaces de votar contra cualquier principio para seguir mojando.


Si a diario, con lo de «solo sí es sí», estamos viendo el desastre de una legislación fallida, que consigue efectos contrarios a los que se propone, ahora se ha demostrado que no saben amañar las reformas a la carta del Código Penal ni cuando pretenden acomodarlo para calzarlo a conveniencia.


En el pacto con los nacionalistas, separatistas y pro etarras, el Gobierno, para poder seguir en el machito, se prestó a pagar el chantaje, poniendo pétalos de rosas al paso de los secesionistas catalanes. Para que los cabecillas de la «movida» salieran de la cárcel, apresuradamente, vía indulto, dejando sus expedientes penales como una patena, acordaron suprimir el delito de sedición, dejando nulas las condenas que los tribunales habían impuesto. Y con la pomposa justificación de que en las Cortes reside la soberanía popular, creen que pueden hacer cualquier disparate, incluso el de ponerle pasarelas al secesionismo. ¡Y lo han hecho!


Con el pacto vergonzante, pretendieron también que se anularan los flecos de las inhabilitaciones, para que algunos de ellos, sobre todo Oriol Junqueras, pudieran presentarse a las elecciones, recogiendo las mieses como caudillo invicto que vuelve a su pueblo, tras haber sido perseguido y encarcelado por defenderlo... ¡En algunos huertos he visto espantapájaros más creíbles!


El acuerdo dejaba a España a los pies de los socios del Gobierno –lo peorcito de cada casa–, pero ni sobre un folio en blanco han sabido arbitrar las medidas que perseguían y con la misma incapacidad legislativa que ya demostraron con el «solo sí es si», han seguido enfangándolo todo, hasta el punto de conseguir que una necesaria ley de protección animal se convierta en un vodevil chirriante. Después de legislar a la carta, el Tribunal Supremo ha vuelto a dejarlos en evidencia, porque, con lo que han hecho, se mantiene la inhabilitación del caudillo de cartón piedra hasta 2031. Ni cortándolos ellos, son capaces de hacerse un traje medio decente.


Pero, además, el Tribunal Supremo, alerta de que el Gobierno deja impune el intento de sedición y que, si no media violencia, las acciones futuras de los golpistas no podrán ser perseguidas: «La deslealtad constitucional y el menosprecio a las bases de la convivencia, incluso cuando fueran seguidos de un alzamiento público y tumultuario, no necesariamente violento, no serían susceptibles de tratamiento penal».


El resultado de la legislatura no puede ser más lesivo para los intereses de todos, pero las previsibles consecuencias están aún por llegar, porque se han despenalizado los intentos golpistas y estos ya conocen el camino. ¿Qué tiempo tardarán en montar el siguiente circo?

No hay comentarios: