La ventana
indiscreta
CUANDO SOLO SÍ ES NO
Tomás Martín Tamayo
“Pan para hoy y hambre para mañana”. No le ha salido bien al Gobierno la estrategia de mover el estiércol con el dislate del latido fetal en Castilla y León. Como buitres carroñeros descendieron sobre una posible presa, apenas vislumbrada, pero, después de mucho redoble de tambor, en nada se agotó la ilusión del festín porque, más allá de unos despojos, había poco que jalar y a duras penas tuvieron que retroceder y levantar el vuelo hasta mejor ocasión. De bochorno en bochorno, ¿cuánto tiempo tardarán en inaugurar otro trenecito en Extremadura? Después de ponerse seriecitos, incluso amenazando con recursos ante el tribunal celestial y dejando caer el peso del 155 de la Constitución, como la respuesta, ciertamente tardía, fue un corte de mangas, el Gobierno de don Pedro recoge velas, pelillos a la mar, se da por satisfecho y dice algo así como “¡Ah, en ese caso, vale, lo damos por concluido porque consideramos que la respuesta ha sido satisfactoria!”. Vaya papelón, torpe estuvo Mañueco al no exigir, en medio de la trifulca, algún tramo de autovía o una reformita ad hoc del Código Penal, que se ha quedado como moneda de cambio para limar diferencias.
Mientras
el latido fetal quedaba en un suspiro de comadre que busca ruido, las ellas,
sabiamente distribuidas por todas las cadenas, seguían con su credo: “Ha
nevado” “Sí, pero ¿y lo de Castilla y León?”. “¿Bomba sobre Kiev” “¿Y lo de
Castilla y león?”. “El cuponazo en Trebujena” “¿Y lo de Castilla y León?” …
Y de postre, el catecismo monclovita sobre la ley bodrio del “solo sí es
sí”, que lleva camino de ser “solo sí es no”: “Es una ley bien
intencionada”, canta el coro monocorde y casi se felicitan porque “solo” ha
puesto en libertad a 35 delincuentes sexuales y rebajado las penas a otros 321. La ministra de Justicia, Pilar
Llop, ha admitido que el texto “no ha tenido los efectos deseados” y nos
descubre la cara más perversa del error: “Aunque ahora se introdujera algún ajuste en la Ley, eso ya no serviría
para evitar las rebajas de penas, porque los condenados podrían acogerse
siempre a la normativa más favorable, que es la actual”. Y adelanta el remedio del Gobierno: “Las víctimas de agresores que hayan
sido excarcelados por la reforma legal, pueden pedir dispositivos de control
telemático”. ¡Bingo! En
unos meses, todos los excarcelados estarán buscando la papela electoral de doña
Irene Montero para votarla, que un delincuente sexual también puede ser
agradecido.
¿Y cambiar la
Ley, ajustarla con unos retoquitos para evitar que los malvados jueces, todos
confabulados contra la señora ministra de Igualdad, sigan haciendo tropelías?
No, eso nunca porque la soberbia infantil -Manuela Carmena, dixit-, impide una
rectificación que evidenciaría que la señora ministra se confunde. Siempre se
ha dicho que rectificar es de sabios y el erre que erre de la ministra confirma
que ella no está en el camino de la sabiduría. Antes pone a todos los
delincuentes sexuales en la calle que admitir un error por su parte, que eso es
cosa de parias. ¿Tampoco puede rectificar el Gobierno? Es que es una suma
de gobiernitos y don Pedro no puede mover un dedo sin que se le tambalee
el Falcon. La solución, un volquete de pulseras telemáticas que, si las decoran
con la cara de doña Irene, hasta pueden marcar tendencia.
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