sábado, 28 de enero de 2023

 


La ventana indiscreta

CUANDO SOLO SÍ ES NO

 

                                             Tomás Martín Tamayo

 

“Pan para hoy y hambre para mañana”. No le ha salido bien al Gobierno la estrategia de mover el estiércol con el dislate del latido fetal en Castilla y León. Como buitres carroñeros descendieron sobre una posible presa, apenas vislumbrada, pero, después de mucho redoble de tambor, en nada se agotó la ilusión del festín porque, más allá de unos despojos, había poco que jalar y a duras penas tuvieron que retroceder y levantar el vuelo hasta mejor ocasión. De bochorno en bochorno, ¿cuánto tiempo tardarán en inaugurar otro trenecito en Extremadura? Después de ponerse seriecitos, incluso amenazando con recursos ante el tribunal celestial y dejando caer el peso del 155 de la Constitución, como la respuesta, ciertamente tardía, fue un corte de mangas, el Gobierno de don Pedro recoge velas, pelillos a la mar, se da por satisfecho y dice algo así como “¡Ah, en ese caso, vale, lo damos por concluido porque consideramos que la respuesta ha sido satisfactoria!”. Vaya papelón, torpe estuvo Mañueco al no exigir, en medio de la trifulca, algún tramo de autovía o una reformita ad hoc del Código Penal, que se ha quedado como moneda de cambio para limar diferencias.

 

 Mientras el latido fetal quedaba en un suspiro de comadre que busca ruido, las ellas, sabiamente distribuidas por todas las cadenas, seguían con su credo: “Ha nevado” “Sí, pero ¿y lo de Castilla y León?”. “¿Bomba sobre Kiev” “¿Y lo de Castilla y león?”. “El cuponazo en Trebujena” “¿Y lo de Castilla y León?” …  Y de postre, el catecismo monclovita sobre la ley bodrio del “solo sí es sí”, que lleva camino de ser “solo sí es no”:  “Es una ley bien intencionada”, canta el coro monocorde y casi se felicitan porque “solo” ha puesto en libertad a 35 delincuentes sexuales y rebajado las penas a otros 321La ministra de Justicia, Pilar Llop, ha admitido que el texto “no ha tenido los efectos deseados” y nos descubre la cara más perversa del error: “Aunque ahora se introdujera algún ajuste en la Ley, eso ya no serviría para evitar las rebajas de penas, porque los condenados podrían acogerse siempre a la normativa más favorable, que es la actual”. Y adelanta el remedio del Gobierno: “Las víctimas de agresores que hayan sido excarcelados por la reforma legal, pueden pedir dispositivos de control telemático”. ¡Bingo!  En unos meses, todos los excarcelados estarán buscando la papela electoral de doña Irene Montero para votarla, que un delincuente sexual también puede ser agradecido.

 

¿Y cambiar la Ley, ajustarla con unos retoquitos para evitar que los malvados jueces, todos confabulados contra la señora ministra de Igualdad, sigan haciendo tropelías? No, eso nunca porque la soberbia infantil -Manuela Carmena, dixit-, impide una rectificación que evidenciaría que la señora ministra se confunde. Siempre se ha dicho que rectificar es de sabios y el erre que erre de la ministra confirma que ella no está en el camino de la sabiduría. Antes pone a todos los delincuentes sexuales en la calle que admitir un error por su parte, que eso es cosa de parias. ¿Tampoco puede rectificar el Gobierno? Es que es una suma de gobiernitos y don Pedro no puede mover un dedo sin que se le tambalee el Falcon. La solución, un volquete de pulseras telemáticas que, si las decoran con la cara de doña Irene, hasta pueden marcar tendencia.

 

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