sábado, 11 de diciembre de 2021

Publicado en HOY, 11/12/2021

 



La calma del encinar

LA TASCA DE LAS BOGAS

 

                                     Tomás Martín Tamayo

 

A primeros de año, un amigo cordobés, poeta, catedrático emérito de la Universidad de Granada, me lo comunicó con un SMS: “Ayer se ahorcó “Siquillo”, el  cojito de la  “La Boga”. ¿Te acuerdas? Solo yo estuve en el sepelio”.  Me acuerdo. Íbamos a la tasca “La Boga”, en un barrio cordobés de los 70, porque era barato, servía un vino con mucha alegría dentro y porque en un lateral del mostrador tenía un lebrillo lleno de bogas y cada dos o tres rondas, a capricho, nos ponía de aperitivo uno de aquellos peces de ojos enloquecidos, amargos y algo picantes, que él mismo aliñaba. Mientras la clientela hablaba,  él, como un autómata, pasaba el trapo húmedo por la madera del mostrador. No entraba  en conversación, atendía con gestos de entendimiento, pocos, pero en lo que decía estaba el deje de su Salamanca campera.

 

 Se casó con la viuda, muy mayor, del dueño de  “La Boga”, que lo hizo viudo al poco y allí se quedó, toreando la resignación mansa de un destino que no había imaginado. Nunca conocí un vivo tan muerto y tan triste como “Siquillo”. Cuando llegaba la hora del cierre apagaba y encendía las tres bombillas mortecinas sobre el mostrador y si la salida se dilataba, segundo aviso, se acercaba con un “¡Vamos que nos vamos!”, que no admitía última ronda.

 

El aliñador de bogas picantes había conocido días de gloria como promesa del toreo y la prensa recogió en titulares el vaticinio de El Cordobés: “Ese siquillo tiene mucho que decir”.  “Siquillo” se quedó para siempre. Allí estaba la sentencia, enmarcada en un titular del Diario de Córdoba. Las desconchadas paredes de su tasca daban testimonio de un pasado que apenas tuvo presente. Fotografías amarillentas con Paco Camino, Palomo Linares, El Viti, El Cordobés, Victoriano Valencia… Pero no llegó y, como tantos, el eco de los aplausos quedó prendido de su memoria, allí dentro, zumbando como un enjambre de abejas. Clemente Matas, “Siquillo”, apenas dijo algo en ese mundo y enmudeció de una forma despiadada para uno señalado como futuro “grande”.

 

Sin las fotos delatoras de las paredes nadie hubiera imaginado que el cojito de las bogas, muy pocos años antes, había recibido la bienvenida de las figuras consagradas del toreo. La mala suerte le llegó en  la pisada de un novillo, que le descompuso para siempre el puzle de  huesos del pie izquierdo. No hubo solución ni con una novillada de ayuda  y después de entregar lo poco que había ahorrado en sus días de cuatro horas, dijo adiós a un sueño que lo enclaustró en una tasca, para que hiciera el paseíllo de gloria entre el mostrador de madera y las botellas que dormitaban cubiertas de polvo, en una repisa a su espalda.

 

En septiembre he vuelto a Córdoba y en una mañana vacía -“llenan mis recuerdos la taberna”-, fui a buscar un sitio que puede que nunca existiera. No encontré ni la calle, pero cerca, más o menos, en una cafetería impersonal,  nadie sabía del novillero de los sueños cojos. ¿Qué habrá sido de las fotos de “Siquillo” con las figuras del toreo? ¿Y del mostrador de madera? ¿En qué vertedero estará el lebrillo de las bogas? En el cementerio de Córdoba, el enterrador me señaló un nicho en  tercera planta, con las iniciales CM arañadas sobre el cemento.

_____________________________________________________

 

*Si desea recibir mis artículos directamente envíe un correo electrónico a: tomasmartintamayo@gmail.com.  Todos los envíos se hacen por consentimiento expreso del solicitante.  Si los recibe y no quiere seguir recibiéndolos,  indíquelo a ese mismo correo.

 

*A excepción del correo electrónico facilitado, no se dispone de ningún otro dato sobre los suscriptores. En la mayoría de los casos se ignora incluso la identidad del titular.

 

*En los artículos remitidos no se incluye ninguna publicidad y su reenvío es absolutamente gratuito.

 

*Todos mis artículos están abiertos en el Blog Cuentos del Día a Día y se publican en las ediciones, impresa y digital, de los  periódicos  HOY y El Norte de Castilla.

 

 En virtud de la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de Diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, tanto este mensaje como todos los posibles documentos adjuntos, son confidenciales y están dirigidos exclusivamente a los destinatarios de los mismos. Por favor, si no es uno de ellos notifíquemelo y elimine el mensaje de tu sistema.

 

 

 

No hay comentarios: