La calma del encinar
¿EL GOBIERNO, QUÉ
GOBIERNO?
Tomás Martín Tamayo
Durante la confusa
etapa de transición entre Augusto y Tiberio, le cortaron el cuello a Agripa
Póstumo, un jovenzuelo, majarón perdido, desterrado por orden del emperador, su
abuelo. ¿Por qué tomó Augusto tan drástica medida con el hijo de su hija y del
general Agripa, su mejor amigo? (Marco Vipsanio Agripa promovíó la construcción
del Teatro romano de Mérida). La criatura, además de brutal y despiadada, era
de piel tostada, labios carnosos, pelo ensortijado… Se parecía mucho a un
esclavo de su madre, que en asuntos de cama era de pocos remilgos. Cuando
el Senado quiso saber del incidente, el soldado que lo había degollado
asumió la autoría del crimen, “por órdenes del imperator”. ¿De qué imperator,
de Augusto que se había ido o de Tiberio, que había llegado? Nunca se supo
porque al ejecutor lo “suicidaron” horas antes de comparecer para
aclararlo.
Si allí se
preguntaban qué emperador había dado la orden para ejecutar a Agripa Póstumo,
hoy, aquí, con los desbarajustes de un Gobierno en el que cada ministro va por
libre, podemos preguntar algo parecido: ¿El Gobierno, qué Gobierno? ¿El
del PSOE, el de Podemos, Pedro Sánchez, el de Yolanda Díaz, Nadia
Calviño, el de La Chiqui, Ione Belarra, Irene Montero…?
Tenemos un
Gobierno de gobiernos en el que incluso los ex siguen teniendo
protagonismo, porque parece que se fueron diciendo “ahí queda eso”. En el
Consejo de Ministros nadie sabe nada de lo que los otros llevan y, por ejemplo,
los indultos a los secesionistas catalanes no los aprobó el Gobierno, aunque lo
aprobaran en el Consejo de Ministros del Gobierno. Según dice el Gobierno, el
responsable fue el proponente, un tal Juan Carlos Campo Moreno, ex ministro de
Justicia. Vaya, vaya. El encuentro con nocturnidad entre Delcy Rodríguez,
la vicepresidenta de Venezuela y Ábalos en el aeropuerto de Barajas fue cosa
del exministro de Transportes, Movilidad, Agenda Urbana y Fomento.
Vaya, vaya.
¿Qué los gobiernos
son solidarios y lo que en ellos se aprueba lo aprueba todo el gobierno?
Concepto trasnochado y carca. El “sanchismo” ha venido para romper
antiguallas, ya lo adelantó “pedroprogreso”: “Somos un Gobierno
eminentemente progresista”. ¿Que qué es eso? Pregunta fascistoide.
Debemos confiar en un presidente que no ha mentido jamás y es esclavo de su
palabra.
En un gobierno
progresista cada ministra/o va a su bola y el problema surge cuando no se
sabe bien a quién pertenece la bola, como la Ley Laboral, que no saben si
mejorar, anular, corregir, retocar, simplificar o dejar como está. Lo normal es
que la mejoren, la anulen, la corrijan, la retoquen, la simplifiquen y la dejen
como está. Un gobierno progresista es capaz de eso y de mucho más.
“Pedroprogreso” lo garantiza.
El Tribunal Constitucional anuló el Impuesto municipal de Plusvalía, sí,
pero en la portería tenemos a La Chiqui, ministra de Hacienda, que coge todos
los balones: "El lunes arreglo lo de las plusvalías. Lo llevo al Consejo
de Ministros. ¡Vamos, dicho y hecho!”, dijo ante un enfervorecido PSOE que,
puesto en pie, beeeeeeeee…ndecía su desparpajo. Habla en primera persona porque
ni ella ni ninguno de los veintiún ministros del Gobierno cuentan con el Gobierno
para hacer lo que les dé la gana en el Gobierno. El Consejo de Ministros no
está para coordinaciones fachas ni se resiente porque una parte apoye a los
separatistas y fugados de la Justicia o se manifieste en favor de los presos
terroristas. El progreso es el progreso.
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