sábado, 12 de diciembre de 2020

Especial miguel delibes d El Norte de Castilla

 

Especial Miguel Delibes

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La X somos todos

100 ESCRITORES, 100 ARTÍCULOS

Tomás Martín Tamayo: «En Delibes nos damos cita los que admiramos su obra, nos sentimos retratados en la rotundidad de sus personajes e inmersos en el agreste de sus paisajes. Delibes es un lugar de encuentro»

Tomás Martín Tamayo. / CASIMIRO MORENO

TOMÁS MARTÍN TAMAYOSábado, 12 diciembre 2020, 08:44

Cada verano, la familia Delibes de Castro celebra en Sedano (Burgos) la Clásica MAX , una carrera ciclista que rinde homenaje a sus padres. Se inicia el recorrido con un grito común de todos los participantes: «¡La X somos todos!». Así se recuerda a Delibes, como esforzado ciclista, que llegaba a recorrer más de 100 kilómetros para poder estar con su novia un par de horas. La X, como incertidumbre, está en todos nosotros, porque en Delibes nos damos cita los que admiramos su obra, nos sentimos retratados en la rotundidad de sus personajes e inmersos en el agreste de sus paisajes. Delibes es un lugar de encuentro.

Cuando Ángel Ortiz me dijo, confidencialmente, que en unos meses iba a dejar el periódico 'Hoy' porque pasaba a dirigir El Norte de Castilla, lo primero que me vino a la mente fue un «¡Ostras, el periódico de Delibes!». No sabía nada más de El Norte, pero ya era mucho que lo hubiera dirigido uno de mis autores predilectos, autor de 'Las ratas', una novela que leí cuando no debía y que, como 'Un mundo feliz', me marcó por el desgarro de una realidad que ignoraba. Yo no tenía el cuajo suficiente para asimilar 'Las ratas' y su lectura no fue gratificante. Hay libros que necesitan su tiempo y no es bueno adelantarse, por eso, a la hora de leer, a mis hijos les sugerí un orden. Antes de correr hay que superar el gateo.

Pude conocer personalmente a Delibes porque el poeta Santiago Castelo me ofertó la posibilidad, pero surgieron algunas dificultades y mi interés por el personaje quedó enquistado. Antes, también de la mano de Castelo, conocí a Gonzalo Torrente Ballester y al maestro Joaquín Rodrigo, fallecidos los dos en 1999. Cuando lo intentamos de nuevo, MAX (así llamaba Castelo a Delibes) enfermó y ya no pudimos concertar una cita que para mí habría sido muy gratificante. Espero que el encuentro se retrase hasta donde sea posible, pero pendientes quedaron media docena de preguntas sobre 'Las ratas', por el contraste entre la crudeza del texto y el romanticismo del autor que, como se sabe, llegó a firmar con el acrónimo de MAX (M de Miguel, A de Ángeles y X por la incertidumbre de un futuro que siempre le inquietó). Pospuestas también las preguntas que me importan como extremeño porque, aunque se da por hecho, creo que Delibes nunca lo confirmó: ¿Para 'Los Santos inocentes' encontró en Extremadura el modelo en los paisajes y personajes? ¿Conoció a Azarías? Creo que Azarías es uno de los personajes mejor construidos de la literatura universal y que Paco Rabal supo darle vida con su mejor interpretación.

Repasando estos días la obra de Delibes, me encuentro con una curiosidad que había olvidado. Tengo un ejemplar de 'El disputado voto del señor Cayo' firmado por Eduardo Punset. Lo llevaba en el posabrazos del coche y cuando lo vi me aclaró: «Enseña mucho, me lo regaló Íñigo Cavero, pero quédate con él». Yo lo ojeé, abrí por la primera página y Punset escribió: «Para Tomás, con efecto. EP».

Después de haber disfrutado y sufrido con la obra cumbre de Umbral, 'Mortal y rosa', pensaba que no era posible describir mayor desgarro por la muerte de un ser querido, hasta que llegó a mis manos 'Señora de rojo sobre fondo gris', donde Delibes narra el vacío en el que cayó tras la muerte de su esposa. Su tono narrativo es tan intimista que logra comunicar sus sentimientos hasta compartirlos con el lector. A mí me pasó y, como con 'Mortal y rosa', muchos años después, aún conservo un poso de desolación y pena por el hijo de Umbral y por la esposa de Delibes. Ángeles de Castro se nos murió a todos un poco, aun sin haberla conocido. Y si, como se afirma, Delibes escribía por ella, al dolor por su muerte se une el agradecimiento por su vida. Tan fructífera.

Especial Miguel Delibes 1920/2020

 

 

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