sábado, 28 de diciembre de 2019

DOS SANTOS INOCENTES


            La calma del encinar
           DOS SANTOS INOCENTES
           


                                             Tomás Martín Tamayo
                                             Blog Cuentos del Día a Día
                                             tomasmartintamayo@gmail.com


Uno: Estaba en la cárcel por haberle dado un mamporro al municipal de su pueblo. Con frecuencia se achispaba y siempre le daba por cantar a grito pelado, lo que molestaba a los parroquianos del bar. Como otras muchas veces, llamaron al municipal, que se personó con el ánimo de acompañarle hasta su casa. Pero el vino tiene respuestas diferentes incluso en las mismas situaciones y aquel día se negó a seguir al uniformado, que además era su amigo. El municipal insistió cogiéndole de un brazo y él soltó el puño del otro, que se estrelló contra la nariz de la autoridad. Rotura de gafas y de tabique, desacato, escándalo, agresión a la autoridad…  De  penitencia dos años y un día de cárcel, dictada por un juez de Castuera que no quiso ensañarse.
 
Un pobre hombre, sencillo, inocente y bueno hasta la exageración, al que le quitaban todo lo que tenía porque en la cárcel, como en un corral de gallinas, siempre picotean al que muestra una debilidad. Acudía a mí para que le escribiera cartas a su madre, a una hermana y al municipal, que fue a visitarlo muchas veces. Al margen de la realidad, su inocencia le hacía creer que todos los días le iban a dar la libertad y, para no perder tiempo, recogía todas sus pertenencias  en una maleta de madera  y se situaba cerca de la puerta. Le decían “el tonto de la maleta”. Después de horas de espera, volvía a la celda con su maleta, pero sin perder la esperanza de que al día siguiente lo iban a llamar… Seis meses después, cansado de esperar una libertad que no llegaba, trenzó una cuerda con tiras de sus mantas… Sobre su camastro, la maleta de madera, cerrada con un candado y la última carta que yo le había escrito para el municipal.

Dos: En la cárcel no hay inocentes, por lo que en su vientre se acaban las negaciones que se mantienen fuera, pero DFG la sostuvo incluso en sus conversaciones conmigo. Siempre. Aclaro que era alumno mío y de los mejores, con una capacidad poco común para las matemáticas. Jamás, en ningún momento dejó de defender su inocencia, aunque nadie, yo tampoco, lo creía porque la sentencia por “agresión y violación” estaba muy documentada y la víctima lo reconoció sin duda alguna. Sobre todo por la leyenda que llevaba tatuada en su brazo desde sus tiempos de legionario: “Amor de madre”. Además, como era un tipo raro, introvertido y silencioso… Pero a los seis años, después de haber perdido a su esposa y a un hijo en accidente de tráfico, cuando iban a visitarlo desde Mérida, la policía detuvo al verdadero culpable, por otras dos violaciones. El violador, con el tatuaje en su brazo de “Amor de madre”, confesó otras cuatro violaciones y, entre ellas, por la que DFG llevaba seis años en la cárcel. Le pusieron en libertad de inmediato, dejando en todos los que no le habíamos creído una molesta sensación de culpa. En la cárcel también hay inocentes.

DFG, a los pocos meses de conseguir la libertad y mientras su abogada gestionaba ante el Ministerio de Justicia una indemnización por el error judicial, desapareció. Cuando la abogada denunció su desaparición, entraron en su casa y allí encontraron una cartera con 2000 pesetas, su DNI y una foto de su mujer y su hijo. Veinte años después sigue desaparecido. Para mí que desapareció seis años antes,  el día que entró en la cárcel…
_________________________________________________________


*Si desea recibir mis artículos directamente envíe un correo electrónico a: tomasmartintamayo@gmail.com.  Todos los envíos se efectúan por consentimiento expreso del solicitante.  Si los recibe y no quiere seguir recibiéndolos, indíquelo a ese mismo correo.

*A excepción del correo electrónico facilitado, no dispongo de ningún otro dato, en la mayoría de los casos ni siquiera de la identificación del titular del mismo.

*En los artículos remitidos no se incluye ninguna publicidad y su reenvío es absolutamente gratuito.

*Todos mis artículos están abiertos en el blog Cuentos del Día a Día y se publican en la edición impresa y digital del periódico HOY.



No hay comentarios: