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La calma
del encinar
UN MUNDO MODERNO Y FELIZ
Tomás
Martín Tamayo
Blog Cuentos del Día a Día

No solo se sigue crucificando en Arabia Saudita, también
en Yemen y en Sudán... El año pasado el Estado Islámico crucificó en Túnez a
cinco miembros de una familia, entre 50 y 17 años, con la grave acusación de
“ser cristianos”. Resulta paradójico que todavía nos estremezcamos hasta el
llanto con los pasos procesionales que representan los sufrimientos de la
crucifixión de Jesucristo, hace más de 2000 años, mientras seguimos permitiendo
réplicas de aquella salvajada, entre aplausos, abrazos y sonrisas complacientes,
al día de hoy y al lado de casa. ¿Y la comunidad internacional? Bien, gracias.
¿Qué diría Jesucristo?
La barbarie sigue anidando entre nosotros y el
primate del que procedemos no acaba de abandonarnos. ¿Tienen algún sentido los
atentados terroristas del pasado martes en Bruselas? ¿Solucionan algo esos
muertos, heridos y mutilados? En todo caso tiene el sentido del sin sentido
porque, aunque el terrorismo es difícil de combatir, se hace imposible cuando
por causas que se nos escapan no se va a la raíz del mal que lo alienta y solo
se ponen cataplasmas. Parece evidente que detrás de él se mueven intereses
estratégicos y económicos que nos superan a los que finalmente solemos ser sus
víctimas. Comemos y digerimos los que nos sirven en el plato y, en un acto de
fe cegato, aceptamos lo que nos dicen como verdades indiscutibles. Ahora,
mientras procesionamos vestidos de penitente, toda Europa buscando al tercer
brazo de la masacre de Bruselas, al tipo con sombrero y chaqueta que acompañaba
con un carrito a los dos fanáticos que se inmolaron. Hay que cogerlo, claro,
pero ¿eso resuelve algo? Hipocresía en EE.UU, en la Europa comunitaria y
cinismo en cada uno de sus integrantes, todos de perfil a la hora de juzgar
según un rasero de conveniencia. Escupimos hacia arriba y después nos
lamentamos de que el escupitajo nos caiga encima.

En 1968 se encontró en el noroeste de Jerusalén la
tumba de un hombre llamado Juan, hijo de Haggol, que murió crucificado hace
unos 2000 años. Tenía una osamenta fuerte, una estatura de 1´67 y cerca de
cuarenta años…El hallazgo se considera muy importante porque puede aportar
datos novedosos sobre la crucifixión y sus consecuencias… ¿Y por qué no
estudian en vivo y en directo las crucifixiones y sus consecuencias en los
crucificados de hoy? Material no falta y podían incluso monitorizarlos para
estudiar la evolución en cada paso. Misterio.
Domingo de Ramos, Semana Santa, Viernes Santo,
Domingo de Resurrección y el lunes romerías. Y no olvidemos el arroz con leche
y las torrijas.
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