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El
son de los asombros
EL PESCADO ESTÁ VENDIDO
Tomás Martín Tamayo
Blog Cuentos del día a día
“Hasta el rabo todo es toro”, dicen en la jerga taurina para significar
el peligro del astado hasta que cae apuntillado, pero cuando el animal se
arrima a tablas, duda, baja la cabeza y mira vidrioso, todo en el toro es menos
toro, aunque aún le queden fuerzas para dar un cornalón mortal. A esas alturas
de la lidia ya saliva el del clarinete para anunciar el siguiente, las mulillas
de arrastre se muestran nerviosas, el picador es ayudado a subir a su jaco y
parte del público comienza a silbar o a mover sus pañuelos. Y el torero respira
mientras mira de reojo al tendido para conocer la sentencia del respetable
sobre su faena, porque, como suelen decir, cuando ahí se llega, “todo el
pescado está vendido”…
En esas estamos, en el último
tramo de una legislatura en la que no hemos tenido respiro ni sosiego, porque a
empujones nos han llevado de circo en circo, de romería en romería y de feria
en feria. Hoy, como ayer, en Extremadura todos los caballos, hasta los dos del
Citröen, llevan doce cascabeles para hacer ruido. Cohetes, altavoces, redobles,
trompetas, palmas, cintas de colores, farolillos y algarabías hasta para
anunciar un estornudo, pero la legislatura, como el toro, ha bajado la cabeza,
mira vidriosa y busca las tablas. Todo el pescado está vendido, lo que se ha
hecho es lo que se pagará, aunque en ese afán estúpido de asestar un último
cornalón, considerando necio al electorado, pretendan sacar conejos de la chistera
en forma de paguitas a las ancianas o rebajas fiscales apresuradas.
Lo que pudo ser no ha sido. El fatuo “gobierno de los mejores” fue
mediocre desde su origen, sin pulso individual, sin iniciativa y fiándolo todo
al tirón de un vocalista sordo y empeñado en cantar los corridos de un
ocurrente de mercadillo. La sobreactuación ha sido el nexo entre la realidad
que atosiga a Extremadura y la ficción de los que no teniendo nada que ofrecer
nos han dado pan mohoso y circo de cabra callejera sobre taburetes y latas
vacías. Han sumado paro al paro, deuda a la deuda, despilfarro al despilfarro,
enchufismo al enchufismo y lo han hecho con alevosía, premeditación y, lo que
es peor, con prepotencia clasista, envuelta en falsa sencillez. No ha habido
coordinación ni frentes comunes para las verdaderas prioridades y han gastado
cantidades millonarias en luminarias y Ceres, mientras aumentaban las colas de
los comedores sociales y los parados alcanzaban dígitos históricos.
Monago ha sido un fiasco, una mala copia del fanfarrón barbado que se
fue y no se ha ido, un desclasado pero porque no ha tenido clase alguna y su
único afán ha sido buscar el trampolín más alto, compitiendo él solito en un
ridículo “mira quien salta” para lucir su palmito. Su egolatría lo ha llenado
todo y en venderlo han gastado a espuertas
un dinero que no les dolía porque era nuestro. Gobernar es priorizar y
ellos han priorizado, sostenidos incomprensiblemente por una IU con la boca
abierta, como pajarillos que esperan la pitanza en el nido. Si Monago se
conformó con poco, estos “rojos” de tintorería se han conformado con nada. Dos
lombrices y unos granitos de cereal.
Ya es tarde para rectificar en tan poco tiempo tanto desatino. Y no han
fracasado por haberse confundido sino porque ni siquiera lo intentaron. Desde
el primer día, con la toma de posesión en el Museo Romano, ya comenzaron a
imprimir una carta de presentación que ha devenido en patrañas y mentiras. La
corrida acaba y ni se restituye la sangre que se fue a borbotones, ni existe
moviola para que los toreros ensayen un arte que no tuvieron. La suerte está
echada y todo el pescado está vendido. Mal que les pese.
1 comentario:
Creo que hay mucho resentimiento
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