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El son de los asombros
TRILEROS
Tomás Martín Tamayo
Blog:
Cuentos del día a día
Desde el comienzo de la legislatura vengo
sosteniendo que el duende vasco, que como una garrapata cabalga sobre la oreja
de Monago, no tuvo nada que ver con la subida del PP en las elecciones
autonómicas, municipales ni generales, que el valedor del Partido Popular en
aquellas elecciones fue el gran necio ZP y que por la ley del bipartidismo, cuando
el PSOE baja sube el PP. Y al revés. En las municipales el PSOE perdió pueblos
tan emblemáticos como Almendralejo y Olivenza y el PP consiguió por primera vez
la Diputación cacereña, sin que el tipo de las ocurrencias participara en el desalojo.
Pocos meses después, con el mismo viento y por las mismas causas, Rajoy lograba
una holgada mayoría absoluta en las elecciones generales y, que se sepa, el
tipillo tampoco participó en estrategia alguna. Vamos, que con inventos y sin
inventos, sin motos, sin casco de bombero y sin subasta de zapatillas, el
resultado hubiera sido parecido. Yo creo sinceramente que los pocos votos que
le faltaron al PP para alcanzar la mayoría absoluta en las elecciones
autonómicas, los perdió el candidato con esas idioteces.
Pero Monago, como todos los descreídos que
enfangan con su relativismo la política, porque en el fondo no creen ni en
ellos mismos, a veces resulta tan crédulo como previsible y cuando vio los juegos malabares del gran ocurrente, se
entregó a su causa, convencido de que lo había conducido hasta la tierra de
promisión. Monago está convencido de que no le debe nada a Zapatero, ni al PP,
ni a los alcaldes, ni a los militantes, ni a los diputados, ni…, porque todo es
causa/efecto de las estrategias del duende, al que no tardó en nombrar
consejero de Ocurrencias, con mando en plaza para supervisarlo todo. El caso es
que a su minoría logró sumar los votos de IU y, como bien ha reconocido
recientemente en el capítulo de los agradecimientos emocionados, gracias a
ellos nunca se ha sentido en minoría absoluta, mérito personal que hay que
reconocerle y demérito para IU por el desnorte de sus tres/dos diputados que
durante toda la legislatura han comulgado con ruedas de molino, cayendo en la
contradicción de querer estar en misa y repicando las campanas. El último
episodio se visualizó el jueves pasado, paralizando una vez más el pago de la
Renta Básica que ellos mismos presumen de haber propuesto. Pero si Monago tiene
la cruz de Redondo, Escobar lleva la de Nogales y los cuatro, Monago, Redondo,
Escobar y Nogales, se irán cogiditos de la mano dentro de unos meses. Han
demostrado tener vocación de trileros, pero son tan torpes en el manejo de los
cubiletes que hasta los ciegos aciertan dónde esconden la bolita.
Con cartas o cubiletes, el trilero es un fulano
que, ayudados por cómplices con los que comparte botín, se dedica a engañar -
engañabobos- a los ingenuos que con palabrería y juegos malabares creen que se
pueden vencer la ley de la gravedad. Todavía andan los trileros en plan
furtivos por ferias y mercadillos, pero donde han sentado sus reales a cara
descubierta, con absoluta desvergüenza e impunidad, es en la política extremeña,
en la que gozan de un proteccionismo especial. A los trileros de feria los persigue
la policía, pero los que se dedican al engaño oficial y desde las
instituciones, están protegidos e incluso escoltados por los mismos policías.
Es decir que, aunque la RAE no lo recoja, trilero es sinónimo de trolero.
¿No resulta nauseabunda por trilera la añagaza
de los 300 euros anuales para las mujeres sufrientes de las consecuencias de la
Guerra Civil, bla, bla, bla? La propuesta es tan idiota que ha alumbrado menos
tiempo que un cohete de feria, pero estas son las ocurrencias que se condimentan
en la factoría y Monago, menos reflexivo que temerario, se presta a poner su
tenderete donde le dice el que le elige las corbatas. El genio.
¿Trescientos euros para 35.000 mujeres mayores
de 75 años? ¿Para pagarles la deuda histórica por los sufrimientos de la
guerra, pío, pío pío…? Pero si en Extremadura tenemos a más de 70.000, ¿cómo
van a hacer el espulgo para excluir a la mitad? ¿Y los hombres mayores de 75
años no sufrieron las mismas o mayores consecuencias? Bueno, mejor lo dejo
porque creo que es de gilipollas analizar gilipolleces. Gilipolleces de
trileros.
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