Tomás Martín Tamayo
Es verdad que Rajoy nos ha
mentido de palabra, obra y pensamiento, que ha hecho lo contrario de lo que
prometió y que se está deslegitimando porque se le votó para una cosa y está
haciendo la contraria. Y es verdad que el Gobierno está demostrando que carece
de ideas, que escribe al dictado, que es incapaz de suprimir estupideces y que
hasta pueden igualar (superar es imposible) los desastres del anterior. Lo que
está pasando en España convoca al llanto colectivo, pero de él deberíais excluiros
vosotros, carroñas, cómicos repugnantes, buitres sobrevolando siempre algún cadáver
para descender a la pitanza. A vosotros no os importa nada de lo que ocurre
fuera de vuestro ombligo, aunque lo aprovechéis todo para engordaros el
bolsillo.
Vosotros, sí, los que habéis estado callados
cuando, en los dos últimos años de Zapatero, se pusieron en la calle a 500.000
familias, desahuciadas por los mismos bancos que ahora os parecen tan denigrantes.
Apartaos, tened un gesto de dignidad y no acudáis al entierro de los que ahora
se ahorcan o se precipitan buscando la liberación de un presente que no ven y
un futuro que no tienen, porque son los mismos de antes, lo único que ha
cambiado es vuestro interés mezquino, pesetero, repugnante y vergonzante. No
rajéis vuestros ropajes escénicos representando una comedia que nadie quiere
ver y nadie se cree. No confundáis la pasarela y vuestra vida holgada de
subvenciones por obras que no llegan ni al estreno, con el drama de miles de
familias que, éstas como aquellas, antes como ahora, se ven arrastradas a una
calle que también las desprecia. ¿Por qué os duelen los desahuciados de hoy y
no mirasteis a los desahuciados de ayer?
No os
manifestéis por lo parados de Rajoy, los que comprendíais y justificabais los
cinco millones de parados de Zapatero. No os agarréis a la teta de la
solidaridad tardía los que callabais cuando se engordaba la cuerda de la
esclavitud, del paro y la exclusión social. ¡Tartufos, solidarios de pacotilla,
plañideros a tanto la hora, no ofendáis con vuestras representaciones, ni
con vuestros histrionismos caritativos a
los que ahora engrosan la cola del paro, cuando mirasteis para otro lado y os
pusisteis de perfil mientras el gran pánfilo al que aplaudíais con el dedito en
la ceja, se lo gastaba en cúpulas y regalías viajeras, esquilmando a España
para firmaros cheques con los que os tapaba la boca. Un parado, dos, tres…
hasta cinco millones y no os enterasteis de nada. ¿Qué puedes decir tú, Pedro
Almodóvar, si has estado ocho años a lo tuyo, encerrado en tus promociones,
engordando beneficios y propagando tus patologías? ¡Pero si hasta te inventaste
un golpe de Estado!
¿Dónde estabais cuando se
congelaron las pensiones, se menguaron las ayudas sociales, se bajó el sueldo a
los funcionarios, se subió el IVA, se protegió a la banca o se sentó al Estado
en la misma mesa camilla de ETA? ¿Qué dijisteis cuando el Tribunal
Constitucional les puso alfombra electoral a los terroristas? Mejor que sigáis
a lo vuestro, no os falta capacidad ni experiencia para ordeñar a Rajoy como ordeñasteis
a Zapatero. Como nos ordeñáis a todos, porque lo vuestro, carroñas, es el
ordeño.
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