sábado, 22 de septiembre de 2012

SISTEMA CORRUPTO E INEFICIENTE



Stefanie Claudia Müller, una prestigiosa economista alemana, analizó, para seis periódicos alemanes, la España que se había encontrado la canciller Merkel durante su visita el pasado 6 de septiembre.  No descubre nada que ignoremos, pero creo que es interesante conocer la opinión que en Europa se tiene de nosotros. Parece que en Alemania está asentada la idea de que España es un "país de fiesta", donde la corrupción y la ineficacia política son los ejes esenciales de nuestra precaria situación. Si Alemania y Europa no contribuyen a solucionar nuestro problema económico, poniendo previamente orden en el sistema político que tenemos, España puede convertirse en un paciente crónico, al que habría que abandonar a su suerte, porque nuestra situación puede incluso superar la de Grecia.

En Alemania existe una contestación creciente a que de sus arcas salga un sólo euro para   rescatar a un país como el nuestro, en manos de una oligarquía política, aliada con la oligarquía económica y financiera. Creen que antes de cualquier rescate efectivo el Gobierno español debe reformar a fondo la administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, diputaciones y otras instituciones, costosas e ineficaces, en su mayoría en bancarrota y fuera de control. El sistema autonómico está muy cuestionado porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son responsables de los dos tercios del gasto público, 234.000 millones, frente a los 118.000 del Estado en 2011. Y este gasto se realiza en condiciones de descontrol, despilfarro y corrupción, totalmente inaceptables. Creen que ningún país miembro de la UE puede superar el letargo, con un sistema político asfixiante como el español.

Consideran que nuestra crisis no tiene nada que ver con los salarios, ya que el 60% de la población ocupada gana menos de 1.000 euros mensuales. Tampoco con el sistema de pensiones, porque la media es de 785 euros, que equivale al 63% de la UE. Tampoco con nuestro reducido horario laboral, ni con la falta de talento, capacidad empresarial o creativos... Como única razón, se señala para justificar la situación económica que padecemos, a un modelo de Estado inviable, insostenible, fuente de nepotismo y corrupción, con diecisiete “estados independientes” y con todos los organismos multiplicados, incluyendo 200 embajadas, 4000 empresas públicas que emplean a 520.000 personas, 30.000 coches oficiales  50 canales de televisión... Unos 120.000 millones que “se despilfarran anualmente en un sistema de nepotismo, corrupción y falta de transparencia”. Se afirma que en España no hay separación efectiva de poderes, ni independencia del poder judicial.

La opinión generalizada de la prensa alemana es que no se debe rescatar a los bancos españoles, en bancarrota y politizados. Y se critica que el Gobierno, endeudado hasta la asfixia, haya comprometido el dinero público en socorrer a unas instituciones financieras que deberían haber liquidado. Las soluciones que apuntan descartan más recortes sociales, subida de impuestos o reducción del gasto social, mucho más bajo que el de Alemania. Y cuentan algo definitorio que por aquí no ha tenido mucho eco: Dicen que durante un Consejo de Ministros, el titular de Industría acusó al ministro de Hacienda de favorecer a la empresa de la que había sido asesor y que Rajoy, al que se le entregó amplia documentación probatoria, no dijo ni hizo nada...

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