Monago prometió rebajar a la mitad el número de consejeros, pero con
Iván Redondo y Juan Parejo, ya son nueve y, hasta donde yo sé, nueve no es la
mitad de once. Somos muchos los que pensamos que sin los esperpentos
electorales de Iván Redondo, Monago hubiera logrado los pocos votos que le
faltaron para la mayoría absoluta y que aquellas zarandajas de la moto, los
zapatos subastables, el casco y la indumentaria de roquero, fueron la causa de
que mucha gente centrada cuestionara a un candidato que con tanta facilidad se
prestaba a hacer de la campaña electoral una caja de sorpresas. Pero lo pasado
pasado está y mirando al futuro, también creemos que don Iván, el recién
nombrado consejero de Ocurrencias y Despropósitos, va a ser la causa de que
Monago no concluya la legislatura o, si lo hace, va a ser a trompicones y con
alto riesgo de no revalidar la exigua mayoría que hoy tiene. Al tiempo.
La pasada semana la actividad política de Extremadura se encerró entre
las paredes del Teatro Romano de Mérida. Primero con el estrafalario invento de
unos premios Ceres que ni nos van ni nos vienen, pero que nos costaron más de
800.000 euros. El gremio teatral ya
había intentado en otros foros tener sus “goyas” particulares, pero la
situación económica les había cerrado las puertas, porque nadie quiso acoger un
evento tan costoso. ¡Eureka!, llamaron a Extremadura y ahí estaba la Junta para
pagar las facturas, entregando premios a actores y a obras que jamás habían
pasado por Extremadura. Se estrangula económicamente a empresas a las que se
les debe mucho dinero, pero en una noche de jarana la Extremadura de los 165.000
parados, el 34%, tira de talonario como un nuevo rico.
Y después de los Ceres llega el día de las medallas y ahí tuvimos a
Monago recitando, con latiguillos melodramáticos, el texto que le habían
preparado en la consejería de Ocurrencias y Despropósitos. Pases hasta aburrir
al respetable y al final, a la hora de la verdad, la última milonga
desenterrando el agotado recurso de atacar a Cataluña -¿de qué me suena a mí
eso?- y subrayando hasta el ridículo que “en
Extremadura no habrá un IVA cultural del 21% como en el resto de España,
Extremadura tendrá un IVA a la cultura del 13% como el resto de los países de
nuestro entorno”. Después de leer esto, que yo creo que está meridianamente
claro, ante los capones que le llegan de
todas partes, desautorizándolo, Monago recula y dice que no habrá insumisión,
sino ayudas, subvenciones bla, bla, bla. Nada.
¿Nadie calibró en la Junta el precio de la ocurrencia? Posiblemente sí,
pero lo que se pretendió fue la escandalera mediática para distraer al personal
con dimes y diretes que finalmente no irán a parte alguna, porque en
Extremadura vamos a tener el mismo IVA que los demás. Incluso la prensa
extranjera se hizo eco del despropósito de la “rebeldía”, alertando a Europa de
que en España hay sarpullidos incontrolados por el Gobierno de Rajoy. ¿Objetivo
cumplido? Conociendo a Monago creo que sí, que se sentirá muy satisfecho del acierto
de su nuevo consejero. ¿Cuál será la nueva ocurrencia?: Todo está en las
hemerotecas, inventado por Ibarra.
1 comentario:
Simplemente eres de los pocos políticos honrados que quedan, y además, de los que suelen ser molestos a los politicuchos como Monago, la pena de todo esto es que los buenos estan fuera y los mediocres están en el poder, un poder que le hemos dado entre todos, yo incluido.
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