Cuando algo no funciona o resulta de
difícil aplicación, parece que lo más razonable es modificarlo, pero la razón
tiene difícil acomodo en algunas decisiones políticas. Montoro, que cada día
habla con más arena en la boca, aseguraba que era inevitable subir el IVA
porque se cobraba poco: “Si el IVA lo pagaran más los que tienen que pagarlo,
no habría que subirlo, pero no es así”. Monago, con su habitual sutileza,
aseguró que “aquí el IVA no lo paga ni Dios” Debe creer el ministro que, al
subirlo, los que hasta ahora se distraían se van a aplicar para pasar en fila
india por ventanilla. ¿Alguien entiende algo? Ante semejante paparrucha, cabe
pensar si Montoro pretende reírse del personal o se le han juntado los cables y
le están cortocircuitando la sesera. ¿El que escabullía el pago del IVA al 14%
lo pagará ahora porque lo suban al 21%? Pues ésa es la explicación que han
dado. Si lo suben porque no lo cobran, lo que han hecho es subirlo a los que lo
pagaban, porque los otros ahora tienen siete razones más –del 14 al 21%- para
ponerse de perfil.
¿El resultado final? Los que no lo pagaban seguirán sin pagarlo, a los
que se sumarán muchos de los que pagaban para no seguir siendo los gilis del
sistema, y porque las declaraciones de Montoro han dejado claro que no se persigue, no se quiere o no se puede
perseguir el fraude. Al final el IVA será un impuesto residual porque en lugar
de perseguir su cumplimiento por procedimientos coercitivos, se está castigando
a los que cumplen. Es decir, como el cura que en misa echaba la bronca a los
que no iban a misa. Al final el IVA lo
pagarán los niños que compren chuches y porque se me antoja complicado que el
“chuchero” les pregunte: “¿Con IVA o sin IVA?”.
A algunos les da igual que el IVA suba, porque poco dolor debe llegar
al que esté muerto, aunque sea de asco, por subir un pico los gastos del entierro pero
¿y los que venden directamente, fontaneros, médicos, abogados, albañiles…?
¿Suben los precios con el riesgo de perder a la cada día más mermada clientela
o los mantienen y pierden ellos? Pagar y cobrar en “negro” es el recurso que
algunos vienen practicando desde que se puso la primera piedra del invento. ¡Siempre
quedará la posibilidad de que el Gobierno regale otra amnistía fiscal que los
redima de Hacienda! Así, al fraude del IVA que no se pagó, se suma al fraude de
lo que no se declaró y el dinero negro, con una multa testimonial, se blanquea
con absoluta impunidad.
¡Para los evasores, España es
una lavadora! La subida del IVA puede ser la puntilla de muchas pequeñas
empresas, va a fomentar el escapismo, va a castigar a las economías domésticas,
va a incrementar el paro y no se va a recaudar más. Rajoy decía que “la subida
del IVA es una medida “antisocial” porque va directamente contra las clases
media/bajas y ensancha aún más la brecha entre ricos y pobres”. Preocupante,
salvo que ése sea el objetivo.
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