Según dijo Kafka, “todo lo que puede ocurrir ocurre” y se ha cumplido
una vez más, aún sobrepasando los límites del decoro político: La Mesa de la
Asamblea ha acordado bajar un 5% el sueldo de los diputados para hacer caridad
con ese dinero, unos 12.000 euros mensuales. Produce desasosiego constatar que
el órgano de gobierno del parlamento extremeño se deslice por esa pendiente
demagógica, evidenciando, además de una absoluta carencia de escrúpulos,
lejanía de la realidad que camina por la calle. Para no agotar las neuronas se
han limitado a copiar el eslogan de una cadena televisiva, “doce meses, doce
causas”, y será la propia Mesa, presidida por la mente preclara de Manzano, la
que se encargue de vender caridad a las ONGs, según el criterio distributivo
que ellos mismos establezcan. Después de este gesto de vomitiva impudicia, sólo
nos puede consolar pensar que es límite creciente y que la espiral de las
obscenidades gestuales ha alcanzado su “non plus ultra”.
¿Con estos mimbres tenemos que hacer el cesto? Pues no ignoremos que el
futuro se está cimentando hoy y que, como ha ocurrido con Federico Suárez, ex
presidente de la Asamblea que ahora ha pedido, por derecho, su asiento en el
Consejo Consultivo de Extremadura, mañana será Manzano el que exija lo propio
para aferrarse a la garlopina de los casi 6.000 euros mensuales que hasta su
jubilación cobrará, “analizando y dictando” los correspondiente dictámenes
sobre las leyes que lleguen desde la Junta de Extremadura. Es una tomadura de
pelo que ya tiene antecedentes viejos, pero que en estos tiempos cobra
relevancia porque al personal le faltan muy poquitas gotas para colmar el vaso
de la indignación de tanta burla, tanto cachondeo y tanta canonjía reservada
por ellos y para ellos. Sin una base jurídica mínima resulta grotesco
investirse de jurista y caer en el atrevimiento de firmar dictámenes sobre
temas que se ignoran. ¿Porque lo acredita un papel? Pues ese papel hay que
quemarlo, antes de que se quemen otras cosas.
Y lo curioso es que los tres partidos parecen estar de acuerdo y que la
única diferencia es la cantidad a descontar,
que PP e IU, otra vez juntos hasta en el ridículo, han optado por el 5%,
mientras que el PSOE apostaba por el 10% de reducción lineal. ¿Es que no son
conscientes de la indignación real y justificada que tanta estupidez produce? No deberían
seguir ordeñando una teta de la que apenas sale sangre.
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