sábado, 7 de abril de 2012

DESPACITO Y BUENA LETRA


Esta Semana Santa se ha puesto de moda entre los políticos hablar de la “pasión” de Arnaldo Otegui, al que todos quieren ver en la calle. Es un paso más, porque no necesitamos una bola de cristal para adelantarnos a un futuro que se está levantando pacientemente, con inteligencia, y mucha complicidad. Despacio,  dejándolo caer como algo inocente que no debe preocupar a nadie, Cataluña está ultimando la pista para iniciar el despegue de su independencia en el 2014, con referendo o con una cesión total de soberanía. Para entonces, tras las elecciones de 2013, la izquierda abertzale estará asentada en el parlamento vasco y uno de los suyos, posiblemente Arnaldo Otegui, “el hombre de paz”, jurará bajo el árbol de Guernica como nuevo lehendakari.
 ¿Pura imaginación? Creo que no, porque esa es la ruta que nos están metiendo con calzador. Despacito y buena letra, esto tiene unos antecedentes que abocarán en los consecuentes que se persiguen: la independencia de las dos comunidades, contando con la bendición de lo que ellos llaman despectivamente España. Para lograr su objetivo, vascos y catalanes cuentan con poderosos aliados que están extendiéndole alfombras capaces de poner sordina a cualquier estridencia. Sin ruido de sables, sin frus-frus de togas y con mucha complicidad mediática para hacernos ver que ese camino es natural e incluso consecuencia de mucha “visión de Estado”.
 ¿Fue una insignificancia la sentencia del Tribunal Constitucional, anulando la decisión de Supremo, para que Amaiur pudiera presentarse a las elecciones municipales? Los aliados de ETA nunca le dieron importancia a la sentencia del Tribunal Supremo porque, según dijeron, “tenían garantías de que el Constitucional les daría luz verde”. El PP, en la oposición, cogió la antorcha de la rebeldía frente a una jugada tan burda, pero ahora en el Gobierno se ha opuesto a tramitar la ilegalización de Amaiur que pedía UPy D en el Congreso de los Diputados. La claudicación va sumando adeptos. 
 Las encuestas que, que curioso, no se han hecho públicas, señalan un vuelco espectacular en el País Vasco en las elecciones autonómicas del 2013, en las que Batasuna, Amaiur, Bildu o “Anda y que os den”, lograría la mayor representación, que podría llegar a mayoría absoluta con la ayuda de los partidos nacionalistas. PSOE y PP quedarían reducidos a fuerzas testimoniales e incómodas, extranjeras, pero ya se sabe que “sarna con gusto no pica”. Está tan aceptada la hoja de ruta que el propio lehendakari, Patxi López, ha exonerado a los etarras de la obligación de pedir perdón a las víctimas porque “el perdón es un concepto cristiano”. En ese escenario cercano, sí o sí, se oficiará la claudicación del Estado español. “¿Por qué lo llaman amor, cuando quieren decir sexo?”.Siguiendo la representación a la que estamos asistiendo, en apenas diez años podremos analizar quien, tras esta aparente “rendición de ETA”, ha sido el vencedor y quien el vencido. A pesar de lo que se dice, los terroristas tienen motivo para la alegría porque su objetivo primigenio lo ven cercano. Su “esfuerzo” habrá merecido la pena. ¿Y el nuestro?  Se verá.

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