El próximo domingo se celebrará en Mérida “la mani del presi”, una manifestación convocada por el presidente de la Junta, en defensa de nuestro Estatuto y del Estado de las Autonomías. Cuando los agentes sociales desaparecen y la sociedad civil está amuermada, es sano que alguien levante el banderín para que esto se mueva un poco, porque si seguimos así vamos a echar raíces. La convocatoria va a ser multitudinaria, ya que los colectivos sociales, sindicales y políticos se han adherido y esperan arrastrar a 30.000 personas (una por cada tres parados). ¡Hay ganas de “mani”, porque hace mucho tiempo que en Extremadura no se mueven ni las secas hojas del otoño!
Una manifestación convocada desde el poder es tan original como una liebre persiguiendo a un perro, pero Extremadura necesita un poco de “chiqui-chiqui” y cono nadie se decidía, el presidente de la Junta ha tocado a arrebato, cogiendo el testigo que se les había perdido a los sindicatos. Tomada la determinación de manifestarse, sólo quedaba decidir por qué o contra qué: ¡Por nuestro Estatuto, que siempre queda bien y como es algo que no molesta, todo el mundo puede ponerse detrás de la pancarta! Dicho y hecho. Mérida será el próximo domingo nuestra particular Plaza de Oriente! ¡Arriba España, viva Extremadura!
¿Es que corre peligro nuestro Estatuto de Autonomía? ¿Alguien está cuestionando la legitimidad de nuestras instituciones autonómicas? No, pero el colmo sería que el presidente de la Junta convocara una manifestación contra el paro que brota entre sus dedos, a favor de la pequeña y mediana empresa, contra los Presupuestos del Estado o en defensa de los autónomos, que ni pueden avanzar, ni pueden retroceder, ni pueden estarse quietos. El hombre ya cumple convocando una manifestación que, por lo menos, servirá para que durante dos horas salgamos del letargo y el silencio de los corderos. ¿Para qué? ¡Eso es lo de menos, lo importante es manifestarse!
Además, como ensayo general o simulacro, puede servir para engrasar los oxidados goznes del inmovilismo en el que estamos postrados los extremeños, porque algún día alguien convocará una gran manifestación por las familias arruinadas, contra el paro nuestro de cada día, por los que entregan al banco las llaves de su casa, por los que no logran pasar del quince de cada mes, por… Para la manifestación del próximo domingo deberían llamar a Pablo Guerrero y que volviera a cantarnos aquello tan penosamente actual de “tiene que llover/ tiene que llover/ tiene que llover/ pero tiene que lloverrrrr a cáaaaantaros”· Los manifestantes deberían hacer el coro y sería una imagen perfecta de 1970.
Está bien eso de mover las banderas para desempolvarlas y gritar para expulsar la carraspera. Y sería muy bonito que, como en los 70, todos se uniformaran con una cintita malva-resignación, y que por la megafonía sonara el “Himno de la Alegría”. Como en los 70, la alegría que no falte.
Lo peor, ay, es que entre el domingo y el lunes habrá en Extremadura 74 parados más. ¿Irán a la manifestación?
Una manifestación convocada desde el poder es tan original como una liebre persiguiendo a un perro, pero Extremadura necesita un poco de “chiqui-chiqui” y cono nadie se decidía, el presidente de la Junta ha tocado a arrebato, cogiendo el testigo que se les había perdido a los sindicatos. Tomada la determinación de manifestarse, sólo quedaba decidir por qué o contra qué: ¡Por nuestro Estatuto, que siempre queda bien y como es algo que no molesta, todo el mundo puede ponerse detrás de la pancarta! Dicho y hecho. Mérida será el próximo domingo nuestra particular Plaza de Oriente! ¡Arriba España, viva Extremadura!
¿Es que corre peligro nuestro Estatuto de Autonomía? ¿Alguien está cuestionando la legitimidad de nuestras instituciones autonómicas? No, pero el colmo sería que el presidente de la Junta convocara una manifestación contra el paro que brota entre sus dedos, a favor de la pequeña y mediana empresa, contra los Presupuestos del Estado o en defensa de los autónomos, que ni pueden avanzar, ni pueden retroceder, ni pueden estarse quietos. El hombre ya cumple convocando una manifestación que, por lo menos, servirá para que durante dos horas salgamos del letargo y el silencio de los corderos. ¿Para qué? ¡Eso es lo de menos, lo importante es manifestarse!
Además, como ensayo general o simulacro, puede servir para engrasar los oxidados goznes del inmovilismo en el que estamos postrados los extremeños, porque algún día alguien convocará una gran manifestación por las familias arruinadas, contra el paro nuestro de cada día, por los que entregan al banco las llaves de su casa, por los que no logran pasar del quince de cada mes, por… Para la manifestación del próximo domingo deberían llamar a Pablo Guerrero y que volviera a cantarnos aquello tan penosamente actual de “tiene que llover/ tiene que llover/ tiene que llover/ pero tiene que lloverrrrr a cáaaaantaros”· Los manifestantes deberían hacer el coro y sería una imagen perfecta de 1970.
Está bien eso de mover las banderas para desempolvarlas y gritar para expulsar la carraspera. Y sería muy bonito que, como en los 70, todos se uniformaran con una cintita malva-resignación, y que por la megafonía sonara el “Himno de la Alegría”. Como en los 70, la alegría que no falte.
Lo peor, ay, es que entre el domingo y el lunes habrá en Extremadura 74 parados más. ¿Irán a la manifestación?
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