El intelecto de mayor trascendencia de la música española-universal, Miguelito Bosé, ha decidido suspender un concierto que NO iba a dar en Venezuela, en solidaridad con el Rey y contra Hugo Chávez y además ha mandado un serio aviso a los venezolanos: “Si quieren verme y oírme, que no voten a Hugo Chávez”. Este puede ser el final de don Hugo, porque no creo que en Venezuela soporten la ausencia de Miguelito, que es como el sol de la mañana que entra por la ventana, que entra por la ventana. Entre el presidente de la república venezolana y el bell canto y la fina estampa de Miguelito, seguro que la gente apostará por el amante bandido, porque no se concibe una vida sin ver y oír al de las faldas y, sobre todo, sin extasiarse con sus reflexiones filosóficas y sin que nos cuente otra vez que Picasso lo sentaba en su regazo.
Que tiemblen todos los papanatas caribeños, porque ahora el mundo cuenta con un arma verdaderamente destructiva de dictaduras y populismos banales: Miguelito Bosé. Él sólo puede acabar con el sarpullido mesiánico que está creciendo en Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia…Si en lugar de tanto embargo y tanta tontería hubieran acudido a las soluciones de Miguelito, Fidel Castro ya llevaría décadas fuera de Cuba y hasta los mismos iraquíes e iraníes habrían enseñado las puertas a sus respectivos sátrapas, con lo que nos habríamos ahorrado mucho sufrimiento y no pocos fracasos. Ni ONU, ni OTAN, ni perrito que ladre, la solución estaba en manos de Miguelito, que con una sencilla arenga puede resolver conflictos universales y expulsar a todos los que nos incordian: “O sois buenos o no canto”. Moratinos debería llevarlo siempre a su lado.
¿Lo de Israel y Palestina? Pues va don Miguelito y les da un ultimátum a ambos: “Si no os ponéis de acuerdo en una semana, os borro de mi lista de conciertos y no podréis verme ni oírme”. Conflicto resuelto. Él solito, con un sencillo ultimátum, puede ser el bálsamo reparador para tanta herida abierta como hay en el mundo. Miguelito es en sí mismo la bandera de la paz universal y donde él niega su presencia no crece la hierba.
Ahora, tras el órdago lanzado por don Miguelito Bosé al pueblo venezolano, Hugo Chávez no tiene escapatoria y la única salida que le queda es pedir perdón, “urbi et orbis”, y suplicar al vocalista-pensador y filósofo que no castigue a Venezuela con su ausencia y levante el veto que puede arruinar las ilusiones de todo el Caribe. De momento, desde que se han conocido las “soluciones Miguelito”, Daniel Ortega, Ebo Morales y hasta el mismo Fidel Castro han comenzado es escurrir el bulto y mirar para otro lado, que una cosa es la solidaridad y la simpatía que sienten hacia Hugo Chávez y otra bien distinta es la felicidad de sus pueblos. Felicidad que como bien saben jamás llegará si Miguelito escatima su presencia
¿Miguelito Bosé for president universal? ¡Bien, coño, bien ¡
Que tiemblen todos los papanatas caribeños, porque ahora el mundo cuenta con un arma verdaderamente destructiva de dictaduras y populismos banales: Miguelito Bosé. Él sólo puede acabar con el sarpullido mesiánico que está creciendo en Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia…Si en lugar de tanto embargo y tanta tontería hubieran acudido a las soluciones de Miguelito, Fidel Castro ya llevaría décadas fuera de Cuba y hasta los mismos iraquíes e iraníes habrían enseñado las puertas a sus respectivos sátrapas, con lo que nos habríamos ahorrado mucho sufrimiento y no pocos fracasos. Ni ONU, ni OTAN, ni perrito que ladre, la solución estaba en manos de Miguelito, que con una sencilla arenga puede resolver conflictos universales y expulsar a todos los que nos incordian: “O sois buenos o no canto”. Moratinos debería llevarlo siempre a su lado.
¿Lo de Israel y Palestina? Pues va don Miguelito y les da un ultimátum a ambos: “Si no os ponéis de acuerdo en una semana, os borro de mi lista de conciertos y no podréis verme ni oírme”. Conflicto resuelto. Él solito, con un sencillo ultimátum, puede ser el bálsamo reparador para tanta herida abierta como hay en el mundo. Miguelito es en sí mismo la bandera de la paz universal y donde él niega su presencia no crece la hierba.
Ahora, tras el órdago lanzado por don Miguelito Bosé al pueblo venezolano, Hugo Chávez no tiene escapatoria y la única salida que le queda es pedir perdón, “urbi et orbis”, y suplicar al vocalista-pensador y filósofo que no castigue a Venezuela con su ausencia y levante el veto que puede arruinar las ilusiones de todo el Caribe. De momento, desde que se han conocido las “soluciones Miguelito”, Daniel Ortega, Ebo Morales y hasta el mismo Fidel Castro han comenzado es escurrir el bulto y mirar para otro lado, que una cosa es la solidaridad y la simpatía que sienten hacia Hugo Chávez y otra bien distinta es la felicidad de sus pueblos. Felicidad que como bien saben jamás llegará si Miguelito escatima su presencia
¿Miguelito Bosé for president universal? ¡Bien, coño, bien ¡
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