La cesta de la compra sorprende cada día y hay productos básicos, como la leche, los huevos o el pollo, que están vistiéndose de etiqueta y pasando a la categoría de bienes de deseo. La inflación en noviembre ya superó el 4%. Con un déficit exterior que supera el 10% del IPC, España entra en una crisis financiera que, como siempre, afectará más a los que menos tienen. Son muchos los desinformados que no prestan atención a estas variables y sólo se resienten cuando acuden a un mercado y vuelven con la mitad de lo que tenían previsto. Pues ese es el caso, ya hemos llegado, y las alegrías de Zapatero comienzan a reflejarse en los estantes del supermercado. ¿Toca llorar ahora?
La inflación es el impuesto más injusto, porque perjudica a todos los ciudadanos por igual. Da igual el mendigo que duerme bajo el cartón en un portal que el ricacho que ni se entera porque a él eso no le afecta lo más mínimo. A la hora de comprar la leche el precio es genérico para todos, aunque unos tienen que prescindir de ella y los otros, como Cleopatra, pueden bañarse en leche de burra cada mañana. Pero es que, además, la presión fiscal no deja de aumentar y si tenemos en cuenta que el 70% de los extremeños son “mileuristas”, en comunidades como la nuestra el encarecimiento galopante de la cesta de la compra acabará por asfixiar a muchas familias que no encuentran salida para sus agobios económicos, ni bancos que acudan en su socorro.
Es verdad que cuando el barco se hunde, todos al agua, pero la mayoría cae y se ahoga mientras que otros pueden chapotear un tiempo agarrados a las cuerdas de sus recursos. A pesar de todo, los beneficios empresariales comienzan a estancarse, creciendo por debajo de la inflación y el rosario de cierres y quiebras parece imparable. Hoy son muchos los promotores inmobiliarios que comienzan a replantearse el futuro y que, de momento, están hibernando como los osos, a costa de la grasa acumulada. Las empresas españolas han ganado cuatro veces menos que el año pasado y están aumentando su endeudamiento.
¿Y todo esto no es noticia de portada? No, claro, lo verdaderamente noticiable es que Bono vuelva a la política o que el genio de Solbes tenga garantizada la reposición si Zapatero vuelve a lograr zurcir una mayoría para seguir en el machito. Lo importante es que la vicepresidenta también tenga garantizada su pasarela para seguir luciendo modelitos y si eso no es suficiente para llenar las portadas, siempre están ahí las bravuconadas del Hugo Chávez o las ayudas por el segundo hijo. ¿No es paradójico que sea el mundo de la comunicación el que menos se resiente? Mientras peor, más publicidad, más chalaneo y más compraventa de titulares. ¿A cuanto está el centímetro de portada hoy?
¿Y qué ocurre por allí arriba? ¿Se ha enterado el extremeñito medio de que hay una ministra tan chulapa como inútil por la que acabamos de pagar todos 65 millones de euros a gallegos y vascos? La iban a recusar y el voto estaba garantizado porque esta señora ha superado incluso al propio Zapatero, pero, poderoso caballero es don dinero, a la hora de pulsar la teclita, los gallegos del BNG y los vascos del PNV pasaron por taquilla y el gobierno les compró el voto. Todos tendremos que abonar el precio de la compra, que irá en los Presupuestos Generales del Estado.
La inflación es el impuesto más injusto, porque perjudica a todos los ciudadanos por igual. Da igual el mendigo que duerme bajo el cartón en un portal que el ricacho que ni se entera porque a él eso no le afecta lo más mínimo. A la hora de comprar la leche el precio es genérico para todos, aunque unos tienen que prescindir de ella y los otros, como Cleopatra, pueden bañarse en leche de burra cada mañana. Pero es que, además, la presión fiscal no deja de aumentar y si tenemos en cuenta que el 70% de los extremeños son “mileuristas”, en comunidades como la nuestra el encarecimiento galopante de la cesta de la compra acabará por asfixiar a muchas familias que no encuentran salida para sus agobios económicos, ni bancos que acudan en su socorro.
Es verdad que cuando el barco se hunde, todos al agua, pero la mayoría cae y se ahoga mientras que otros pueden chapotear un tiempo agarrados a las cuerdas de sus recursos. A pesar de todo, los beneficios empresariales comienzan a estancarse, creciendo por debajo de la inflación y el rosario de cierres y quiebras parece imparable. Hoy son muchos los promotores inmobiliarios que comienzan a replantearse el futuro y que, de momento, están hibernando como los osos, a costa de la grasa acumulada. Las empresas españolas han ganado cuatro veces menos que el año pasado y están aumentando su endeudamiento.
¿Y todo esto no es noticia de portada? No, claro, lo verdaderamente noticiable es que Bono vuelva a la política o que el genio de Solbes tenga garantizada la reposición si Zapatero vuelve a lograr zurcir una mayoría para seguir en el machito. Lo importante es que la vicepresidenta también tenga garantizada su pasarela para seguir luciendo modelitos y si eso no es suficiente para llenar las portadas, siempre están ahí las bravuconadas del Hugo Chávez o las ayudas por el segundo hijo. ¿No es paradójico que sea el mundo de la comunicación el que menos se resiente? Mientras peor, más publicidad, más chalaneo y más compraventa de titulares. ¿A cuanto está el centímetro de portada hoy?
¿Y qué ocurre por allí arriba? ¿Se ha enterado el extremeñito medio de que hay una ministra tan chulapa como inútil por la que acabamos de pagar todos 65 millones de euros a gallegos y vascos? La iban a recusar y el voto estaba garantizado porque esta señora ha superado incluso al propio Zapatero, pero, poderoso caballero es don dinero, a la hora de pulsar la teclita, los gallegos del BNG y los vascos del PNV pasaron por taquilla y el gobierno les compró el voto. Todos tendremos que abonar el precio de la compra, que irá en los Presupuestos Generales del Estado.
¿Y Extremadura? Extremadura no tiene nada que vender, nada que negociar, nada que exigir y nada que reivindicar. Aquí lo regalamos todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario