La calma del encinar
¿CACHONDEO Ó AUTOCRÍTICA?
Tomás Martín Tamayo
Falta poco
para que los abnegados del lodazal televisivo nos convenzan de que, el pasado
domingo, el PP cosechó un importante retroceso en Galicia, perdiendo dos
escaños, y que la izquierda progresista fue la ganadora porque, sumados sus
votos, “el avance es matemáticamente incuestionable”. La consigna la lanzó la
portavoz socialista el mismo lunes, tras la reunión que tuvieron para hacer
autocrítica: “El PP ha bajado en votos y escaños y la izquierda progresista
ganó votos”. ¿Autocrítica o cachondeo? Para ilustrar semejante parida en TVE
hicieron una composición fotográfica, uniendo a los candidatos del BNG y PSOE,
con el explícito resultado de 34 escaños. Por arte de birlibirloque, el PSOE
pasaba del desastre de 9 a 34 escaños. ¿Desvergüenza o gilipollez? El PSOE une
sus siglas a las del BNG y en unos meses, si se dan las circunstancias, las
unirá a Bildu, porque donde se ha perdido la dignidad es inútil buscar el
pudor. Me da la risa pensar en la explicación de Tezanos que mantuvo el
“sorpasso” y la nueva etapa que se abriría en Galicia con un gobierno
progresista entre PSOE, Sumar y BNG. ¡Y el tipo sigue, cobrando y mangoneando
el CIS!
Comenzaron
la campaña con los micro plásticos, volvieron a sacar la vieja foto de Feijóo
en el yate de un narco, porque esta era una campaña en clave nacional y en la
apoteosis, manipularon unas declaraciones para explicar que el PP había
negociado hasta la santificación de Puigdemont a cambio de sus votos. El
fracaso lo hubieran metido en la mochila de Feijóo y el éxito en la de Pedro
Sánchez/Zapatero, pero como el gallego, además de otra cosa, les han tocado la
gaita, “las elecciones han sido puramente autonómicas y sacarlas de ese ámbito
es intentar engañar a la gente”. Vamos, que Pedro Sánchez ni siquiera estuvo en
Galicia y, “ainda mais”, Galicia no tiene nada que ver con España. Los del BNG
deben alucinar con el besuqueo que les ha caído encima por parte de un gobierno
capaz de apuntarse la construcción de la Esfinge de Giza. Como se descuiden
quitan a la candidata de la foto y se quedan ellos con los 34 diputados. Para
explicarlo ya soltarán a la “Chiqui” o al Bolaños.
La
mayoría absoluta del PP ha aflojado la cuerda que habían puesto en el cuello de
Feijóo, cerrando la puerta a la campaña sucesoria que ya tenían preparada para
descabezar al partido una vez más y, de paso, ha levantado un muro de
contención al gobierno antisistema de Pedro Sánchez, que soñaba con sumar una
cuarta región al proceso de autodeterminación con País Vasco, Cataluña y
Navarra. Buscar una lógica a lo que se cuece en la cabeza de Pedro Sánchez es
tarea imposible porque ¿Cómo el presidente del Gobierno de España quiere
cuartear España, alineándose y favoreciendo a los enemigos interiores de
España? Pedro Sánchez, derrota tras derrota, está desdibujando el perfil de un
PSOE que parece renegar de su historia y trayectoria, saltando de la trinchera de
un partido de Estado a la de un antisistema. Además de las siglas ¿Qué queda
del PSOE?
Si pagar
un impuesto revolucionario a los golpistas, para que Pedro Sánchez siga en la
Moncloa, entra en la Constitución, me parece urgente revisarla desde el
preámbulo a la disposición final. “Quién viola la Constitución está violándome
a mí, está violando a 40 millones de españoles”, Rodríguez Ibarra dixit. ¿Algo
más, además del bla, bla, bla?
Los gallegos
sí pasaron de las palabras a los hechos.
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