sábado, 24 de febrero de 2024

 

La calma del encinar

¿CACHONDEO Ó AUTOCRÍTICA?

 

                         Tomás Martín Tamayo

 

Falta poco para que los abnegados del lodazal televisivo nos convenzan de que, el pasado domingo, el PP cosechó un importante retroceso en Galicia, perdiendo dos escaños, y que la izquierda progresista fue la ganadora porque, sumados sus votos, “el avance es matemáticamente incuestionable”. La consigna la lanzó la portavoz socialista el mismo lunes, tras la reunión que tuvieron para hacer autocrítica: “El PP ha bajado en votos y escaños y la izquierda progresista ganó votos”. ¿Autocrítica o cachondeo? Para ilustrar semejante parida en TVE hicieron una composición fotográfica, uniendo a los candidatos del BNG y PSOE, con el explícito resultado de 34 escaños. Por arte de birlibirloque, el PSOE pasaba del desastre de 9 a 34 escaños. ¿Desvergüenza o gilipollez? El PSOE une sus siglas a las del BNG y en unos meses, si se dan las circunstancias, las unirá a Bildu, porque donde se ha perdido la dignidad es inútil buscar el pudor. Me da la risa pensar en la explicación de Tezanos que mantuvo el “sorpasso” y la nueva etapa que se abriría en Galicia con un gobierno progresista entre PSOE, Sumar y BNG. ¡Y el tipo sigue, cobrando y mangoneando el CIS!

 Comenzaron la campaña con los micro plásticos, volvieron a sacar la vieja foto de Feijóo en el yate de un narco, porque esta era una campaña en clave nacional y en la apoteosis, manipularon unas declaraciones para explicar que el PP había negociado hasta la santificación de Puigdemont a cambio de sus votos. El fracaso lo hubieran metido en la mochila de Feijóo y el éxito en la de Pedro Sánchez/Zapatero, pero como el gallego, además de otra cosa, les han tocado la gaita, “las elecciones han sido puramente autonómicas y sacarlas de ese ámbito es intentar engañar a la gente”. Vamos, que Pedro Sánchez ni siquiera estuvo en Galicia y, “ainda mais”, Galicia no tiene nada que ver con España. Los del BNG deben alucinar con el besuqueo que les ha caído encima por parte de un gobierno capaz de apuntarse la construcción de la Esfinge de Giza. Como se descuiden quitan a la candidata de la foto y se quedan ellos con los 34 diputados. Para explicarlo ya soltarán a la “Chiqui” o al Bolaños.

 La mayoría absoluta del PP ha aflojado la cuerda que habían puesto en el cuello de Feijóo, cerrando la puerta a la campaña sucesoria que ya tenían preparada para descabezar al partido una vez más y, de paso, ha levantado un muro de contención al gobierno antisistema de Pedro Sánchez, que soñaba con sumar una cuarta región al proceso de autodeterminación con País Vasco, Cataluña y Navarra. Buscar una lógica a lo que se cuece en la cabeza de Pedro Sánchez es tarea imposible porque ¿Cómo el presidente del Gobierno de España quiere cuartear España, alineándose y favoreciendo a los enemigos interiores de España? Pedro Sánchez, derrota tras derrota, está desdibujando el perfil de un PSOE que parece renegar de su historia y trayectoria, saltando de la trinchera de un partido de Estado a la de un antisistema. Además de las siglas ¿Qué queda del PSOE?

 Si pagar un impuesto revolucionario a los golpistas, para que Pedro Sánchez siga en la Moncloa, entra en la Constitución, me parece urgente revisarla desde el preámbulo a la disposición final. “Quién viola la Constitución está violándome a mí, está violando a 40 millones de españoles”, Rodríguez Ibarra dixit. ¿Algo más, además del bla, bla, bla?

Los gallegos sí pasaron de las palabras a los hechos.

 

 

 

 

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