La calma del encinar
EXTREMADURA EN SERIO
Tomás
Martín Tamayo
¿A cuánto se cotiza el
kg de votos en Extremadura? No se cotiza, toda la cosecha se entrega gratis. No
creo que haya otra comunidad donde se regale el voto con tanta alegría como en
Extremadura. Aquí votamos
disciplinadamente y por bloques, los de derecha votan a la derecha, los de
izquierda votan a la izquierda y unos pocos residuales al centro de turno, pero
siempre gratis total y sin la más mínima contrapartida. No votamos por compromisos,
votamos siglas y partidos. ¿Conocemos a los elegidos? No, ¿para qué? Nosotros
les regalamos el escaño, ellos lo cogen, salen corriendo y lo ponen al servicio
de su partido que, si lo cree conveniente, con nuestros votos nos dan en las
narices. Y ellos, como son diputados del partido y nada tienen que ver con
Extremadura, votan lo que se les dice. Así llevamos casi cincuenta años.
Criticamos que vascos, catalanes o ETA, pongan
precio a sus votos y los rentabilicen para su comunidad, pero no aprendemos y
seguimos empecinados en votar siempre del mismo modo, para obtener el mismo
resultado. Damos el voto y nos olvidamos del que lo recibe porque no creo que
haya muchos extremeños capaces de decir el nombre de sus senadores y diputados.
Yo, que estoy un poco en la pomada, no podría hacerlo. Ni idea. No los
conocemos ni nos interesa conocerlos, porque nosotros vamos a la urna con una
venda en los ojos, tapones en los oídos, cinta en la boca y algodones en la
nariz. Felices y contentos de poder participar en eso que llaman “el gran día
de la democracia”. Qué risa.
Sabemos que el cachondeo
que se traen los diferentes gobiernos con Extremadura, no pueden mantenerlo en otras
latitudes en las que se toman en serio, saben mantener las distancias y cotizan
al alza su patrimonio electoral. ¿Imaginan al Rey, al presidente del Gobierno y
al lendakari vasco o al mol honorable catalán, inaugurando un tren de
mentirijilla? Esas bromas se reservan para minifundios electorales como Extremadura
donde, inconscientemente, seguimos girando la boina ante el señorito. Trenes
no, pero cachondeos a saco. Tenemos diputados, senadores y hasta un Gobierno autonómico,
pero sin autonomía, porque vamos bendiciendo las ocurrencias del ser supremo.
Extremadura no cree en su potencial y no se
toma en serio así misma. ¿Hay alguna otra comunidad que se refugie en “los
matices” para justificar las bochornosas decisiones de Gobierno? ¿No tenemos un
delegado y dos subdelegados del Gobierno para esos fines? Jamás vimos el careto
a alguno de nuestros diputados y senadores defendiendo los intereses de
Extremadura. Después del supremo esfuerzo de votar, pasan por ventanilla y a cobrar
porque ellos están allí para votar lo que les digan. Sea lo que sea.
Mañana
comienza un año que también es electoral y antes de que concluya todo el
pescado estará vendido, pero me temo que nada será diferente porque nada
diferente haremos. Tenemos poca representación, pero menos tienen otros que la
rentabilizan hasta cambiar lo sensato por aberraciones legislativas que parecen
propias de los inventos del TBO. No hemos escarmentado y no escarmentaremos,
llevamos decenios manteniendo a un montón de papanatas invisibles, que cogen el
voto y salen corriendo, pero sin ningún compromiso, sin contrapartida, sin
lealtad a la tierra que los ha votado. Si lo damos todo gratis, nadie se va a
tomar la molestia de pagarnos. Feliz nochevieja.
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