La ventana
indiscreta
CUANDO
SUMAR ES RESTAR
Tomás Martín
Tamayo
tomasmartintamayo@gmail.com
Antes de que se propagara el palabro
“empoderamiento”, yo estaba rodeado de mujeres empoderadas. Mis abuelas, mi
madre, mi suegra, mi mujer, mi hija, compañeras, amigas más cercanas… Sin ellas
saberlo fueron unas adelantadas porque, sin gritos ni estridencias, sin
disfrazarse de nada, sin ser “ellos, ellas, elles”, con inteligencia y trabajo
lograron empoderarse dentro y fuera de sus casas. Por eso me asquean las
empoderadas de préstamo y alquiler, que han logrado empoderarse porque un tío
las ha señalado con el dedo. O con lo que sea. Ignoro la cuota de
empoderamiento personal que tenían las “pioneras” del empoderamiento antes de
que el macho alfa se fijara en ellas, pero parece que al trampolín del
estrellato político subieron en el ascensor de un dedo. La decisión personal de
uno y quedaron empoderadas de sopetón, para lucir palmito, sonrisas con
estrellitas y propagar chapuzas propias de Benito y Manolo en “Manos a la obra”.
El “Si me
queréis, irse”, de Lola Flores, lo ha cambiado Yolanda Diaz por un “Si me
queréis, venirse”, que no es más que una invitación voluntarista, a la que se
sumarán los pecios a la deriva, que ven agotada la teta que succionan. Desde
Ada Colau a Íñigo Errejón, pasando por los restos del naufragio de Podemos que,
en pocos años, pasaron de reformadores a reformados. Desde la transición,
ningún partido político, sin reformar nada, se ha reformado tanto como Podemos.
Alfonso Guerra diría que “no los conoce ni la madre que los parió”. ¿Qué
pretende Yolanda Diaz con su “Sumar”? Dar asidero a unos cuántos que ven con
estupor que el “tic-tac” imperturbable les va a señalar la puerta de salida. Eso sí, con el permiso de Pedro Sánchez, que
es el padrino de la idea. A un PSOE con las alas emplomadas le viene muy bien diluir
aún más el electorado a su izquierda, para que se visualice la dicotomía “izquierda
inútil/izquierda moderna” y recuperar parte de lo que por ahí se le fue.
Como para Pedro
Sánchez lo importante es sumar tablones que lo mantengan a flote, desde el
mismo Gobierno están alentando la idea de “Sumar”, permitiendo a Yolanda Diaz algún
desmarque, un desajuste populista, un “kikiriqui” mañanero, capaz de retener,
entre PSOE y Sumar, a la izquierda social. Por lo que vimos esta semana durante
el rifirrafe entre Sánchez y Feijóo, en el que sólo faltó el barro, el
presidente da por concluida la legislatura y nos queda un año de paridas y excentricidades.
Él sigue a piñón fijo con la pandilla multicolor que lo sostiene y Sumar es un
eslabón más en su estrategia, porque en el PSOE saben que Yolanda Diaz es la
nada con un poquito de espuma y colorante artificial.
Pero en la cocina electoral le falta al PSOE
el ingrediente esencial de la credibilidad, porque Pedro Sánchez no tiene
ninguna. No se le cree porque en su boca y en su talante, todo se hace mentira.
El tiempo que le queda hasta las elecciones es el que puede disfrutar, por eso su
plan B es la plataforma europea.
La primera
factura la pagará el PSOE en las autonómicas y municipales y cuando llegue la
cita de las elecciones generales, con el careto de Pero Sánchez el descalabro
será histórico. Haga lo que haga, está amortizado y todos los que lo sostienen,
a escote, pagarán la factura. Sin remedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario