El arte de
enseñar y divertir
El peluquero
de Franco. Llama la atención la facilidad con la que Alonso de la Torre plasma
escenas que parecen extraídas de los álbumes fotográficos de nuestras abuelas
- Hoy
- 14 May
2022
- TOMÁS
MARTÍN TAMAYO
JORGE REYJosé Ramón Alonso de la Torre con su segundo libro de
la trilogía ‘El peluquero de Franco’.
Sigo ‘Un país que nunca se acaba’, la serie que Alonso de la Torre publica
en HOY, porque me reporta información, enseñanza y divertimento, tres columnas
que no suelen darse en el mismo edificio. Resulta paradójico que mucho de
Extremadura me lo haya enseñado un gallego, casi extremeño y medio portugués.
Alonso de la Torre es uno de nuestros escritores más prolíficos, pero por la
abundancia no renuncia al rigor y deja siempre sobre su obra una pátina de
humor y cazurra sabiduría. Los treinta y nueve días de Franco en Cáceres le han
dado para tres tomos, casi dos mil páginas. ¡Y, como Cervantes y Valle Inclán,
con una mano! Después de esta declaración se entenderá que, cuando salió el
primer tomo de la trilogía ‘El peluquero de Franco (Nunca te fíes de un militar
gallego)’, quedara en expectativa de lectura. Ya ha salido el segundo tomo, con
el subtítulo de ‘El general se pone nervioso’ y, esperando el tercero, creo que
es hora de comentar los dos primeros.
Llama la atención la facilidad con la que Alonso de la Torre plasma escenas
que parecen extraídas de aquellos álbumes fotográficos, que repasábamos en las
casas de nuestras abuelas. Son trazos breves, que no solo sirven para tapar
huecos en la escena principal, porque, sin ellos, las figuras estelares
quedarían desasistidas. Tomás Llorens, estudioso de Velázquez, decía que en el
perro estaba el equilibrio de Las Meninas. En estos dos tomos de la trilogía,
Alonso de la Torre deja muchos perros a pie de cuadro, que son los que ponen el
pellizco de humanidad del que carecen los principales. Reparen en la brevedad y
concisión de estas pinceladas iniciales: «–Don Alfonso, militares, don Alfonso,
tres militares muy serios, en la puerta. Lo van a pasear, don Alfonso, estos
vienen a pasearlo como hicieron con su primo. No salga, por Dios, no salga que
le van a dar paseo». Es Antonia, la asistenta, situada en el centro de la
escena, acaparando el protagonismo.
Una de las características más conocidas de Franco era su mirada fija,
insistente e inquietante. El autor lo sabe, conoce al personaje y da una
explicación que pone en boca de la madre del general: «Paquito, tú, hijo, mira
fijamente a las personas, no bajes la mirada nunca, siempre fija. Tus ojos
intimidan y tienes que aprovecharlo».
De pasada, usando al peluquero, deja sobre el lienzo otras pinceladas
definitorias de Franco: «tiene la mano húmeda y la mirada fría». Si después de
tanto masajearle la cara, el peluquero solo puede decir eso, queda claro que el
general no era hombre que se comprometiera con una gestualidad estridente, ni
con el derroche de la palabra.
Es conocida la estancia de Franco en el palacio de Los Golfines, pero en la
novela cobra una dimensión especial, porque se nos presenta al general rodeado
de su inicial Estado Mayor, en los preparativos previos al alzamiento militar y
hasta distribuyendo las estancias del palacio. Cáceres se hace lugar de
encuentros, enclave privilegiado en el que se perfiló la Guerra Civil y el
futuro de Europa. Seguro que los enviados de Hitler y Mussolini tuvieron que
consultar mapas para localizar el enclave provinciano en el que Franco había
establecido su cuartel general. Las visitas de Millán Astray o el general Mola,
pudieron ser decisivas para señalar al que lideraría el bando nacional durante
la Guerra Civil.
Además del peluquero, pasan por el escenario una espía, un guerrillero
comunista, un periodista ingenuo, una ama de llaves de genio e ingenio… Se
perfilan intrigas políticas y amorosas, con unos guardias civiles que se dejan
engañar por un temprano travestido. Treinta y nueve días en los que Cáceres se
hizo centro en una España a la deriva, a la espesa sombra de una interrogante
sobre su destino.
Descripciones de Extremadura y su paisaje, amplia bibliografía, datos
puntuales para los estudiosos y habilidad para sostener el interés del lector.
Una obra divertida, didáctica y trascendente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario