La calma del encinar/la Ventana indiscreta
ÉXODO
Tomás Martín Tamayo
Durante la pasada Semana
Santa, creo que como un guiño de solidaridad hacia los ocho millones de
ucranianos desplazados, dos cadenas repusieron “Exodus”, una película
magistral, dirigida por Otto Preminger que, en su gestación, encierra muchas
curiosidades. Haremos un alto en el camino.
Otto Preminger invitó a
desayunar en un hotel de Nueva York al guionista Dalton Trumbo, al actor Paul
Newman, al compositor Ernest Golf y al novelista Leon Uris, pero a la hora
acordada solo se presentó el guionista. Tuvo que intentarlo dos veces más para
lograr el encuentro, con el que pretendía que se conocieran entre sí los
personajes claves de un proyecto cinematográfico en el que llevaba ocupado
varios meses: “Exodus”.
“Exodus” fue un trozo de
partitura que cayó fuera de la papelera y se salvó por la mala puntería de
Ernest Gold, que aquella noche no estaba para hacer canastas. Estuvo cenando
con unos amigos y, de madrugada, antes de acostarse, comenzó a teclear
distraídamente en el piano y todas las anotaciones sobre el pentagrama las fue
arrugando y tirando a la papelera. Al día siguiente, la señora que le atendía
vació la papelera, pero vio un trozo de partitura en el suelo y, prudente, la
alisó y la puso debajo de un cenicero. Cuando Golf se levantó, todavía
resacoso, comenzó a teclear lo que había escrito la noche anterior y de ahí
salió la base de “Exodus”. Su mala puntería al encestar le propició el Oscar a
la mejor banda sonora.
Dalton Trumbo era el más
interesado en el proyecto porque, por su militancia en el Partido Comunista,
estaba en el ojo del marcarthismo y, hasta la llamada para guionizar la novela,
censurado y en paro forzoso. Preminger fue uno de los primeros directores que
quebrantaron la censura por la “caza de brujas” en los Estados Unidos e impuso
a la productora que Trumbo figurara en los títulos de crédito. Para el
guionista, “Exodus” fue un “trabajo muy precipitado, sobre una base endeble”. A
pesar de eso, en España se censuró el guion original en las escenas sobre el
campo de exterminio de Auschwitz.
Leon Uris, un marine que
participó en la Segunda Guerra Mundial, licenciado con honores del Ejército de
los EE.UU, comenzó a escribir artículos
sobre la milicia, que fueron muy bien acogido por los marines. Hijo de un judío
polaco viajó a Israel, intrigado por la composición del nuevo estado y con los
apuntes construyó “Éxodus”, una novela que tardó en publicar porque no le
gustaba. A Otto Preminger le costó convencerle para que cediera los derechos.
Paul Newman ya era un
actor cotizado y en 1958 había protagonizado tres películas, entre ellas “El
largo y cálido verano”, pero llevaba dos años sin encontrar un proyecto que
diera continuidad a su éxito y acudió a la tercera cita de Preminger, más por
curiosidad que por interés. Tardó en decidirse porque no le gustaba la idea,
pero años después dijo que “Exodus” era una de sus tres películas favoritas.
“Exodus”, sobre una
novela que no le gustaba al autor, León Uris, con un guion que no le gustaba al
guionista, Dalton Trumbo, ni al protagonista, Paul Newman, y que tuvo una banda
sonora que Ernest Golf había arrojado a la papelera, fue el mayor éxito de
todos ellos, incluido Otto Preminger, el único que lo vio claro desde el
principio.
https://youtu.be/C1sSfNHghZc

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