La calma del encinar
LA MISA, LA MISA,
LA MISA
Tomás Martín Tamayo
Pedro Sánchez fue
categórico hasta enfadarse con el entrevistador que, incrédulo, insistía en la
posibilidad de que el Gobierno pactara con los proetarras: “Con Bildu no vamos
a pactar, con Bildu no vamos a pactar, con Bildu no vamos a pactar, si quiere
se lo repito cinco o veinte veces v más, con Bildu no vamos a pactar…”. Y como la palabra de Pedro Sánchez es oro
pulido, las negociaciones ya estaban en marcha para transferir las competencias
penitenciarias, exigencia de Bildu para seguir sosteniéndole. Esta semana el
Gobierno ha concretado el pacto con Bildu y ha sido “el hombre de paz”, Arnaldo
Otegui, el que ha anunciado el voto favorable de los herederos de la banda
terrorista a los PGE.
¿Veremos en la bancada
socialista muchas pinzas en la nariz? Quita, quita, las pinzas las gastaron al
elegir a otro Arnaldo, al magistrado del Tribunal Supremo propuesto por el PP,
algo que torturaba la estrecha conciencia del beatífico Odón Elorza. Vaya tipo,
ahora pide a gritos que olvidemos los asesinatos de ETA y enfatiza que
recordarlos es propio de fascistas. Pactar con Bildu y Otegui no les produce
ningún retortijón de tripas a los diputados socialistas que, para no molestar,
tampoco preguntaran a los pro etarras por los 315 asesinatos de ETA sin
resolver. Ya si eso… ¡Mañana!
Sabiéndose dueño del escenario, Otegui no
cabía de gozo en el atril, agrandando la letra pequeña de un pacto que incluye
la reagrupación de los presos de ETA en las cárceles vascas y la posterior
liberación de los mismos porque “nuestro objetivo no ha cambiado y lo tenemos
muy claro…”. Por eso, mientras Pedro Sánchez negaba, Marlaska pasteleaba para
ceder una competencia nacional (con excepción de Cataluña), que reclaman de los
nacionalistas vascos y no consiguieron ni con Zapatero.
Poniendo sordina mediática al pacto con Bildu,
los focos de esta pasada semana iluminaban el escenario de una misa a la que
asistió Pablo Casado y en la que el sacerdote oficiante rogó por el eterno
descanso, entre otros muchos nombres, de José Antonio y Francisco. ¡La bomba
atómica se queda chica, Pablo Casado en una misa en la que se nombraba a Franco!
¿Y el pacto con Bildu? Lo importante es lo de la misa, que nadie se distraiga
con bagatelas.
En el PP, con su
guerrilla civil permanente, después de desvirtuar el Congreso de los populares
andaluces, se dedican a darse collejas unos a otros, mientras Pedro Sánchez -¡chin-chin!-
se frota las manos porque la fúnebre perorata de Otegui apenas traspasó
pantalla. En el PP, prietas las filas, todos a justificar la presencia de su
líder en la misa… Es que ignoraba, no sabía, nadie le avisó… ¡La misa, la misa,
la misa! Superar el momento de extrema gravedad es prioritario y todo lo demás
puede esperar. Reunión de urgencia, alerta los asesores y estrategas, respuestas
medidas para que nadie crea que ellos tienen algo que ver con el franquismo…
¡Maricomplejines!
Y ahora toda la semana
para preparar la comparecencia que tienen en el Congreso, dando cumplidas
explicaciones sobre la misa, la misa, la misa…Tienen que hacerse perdonar y que
la sangre no salpique las patas de los leones. Divertido. Negociar con Bildu
bien vale una misa… Ite missa est.
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