sábado, 19 de junio de 2021

 


 

 

                       La ventana indiscreta

                           SE COMPRA, SE VENDE, SE CAMBIA

                                                          

                                                             Tomás Martín Tamayo

 

Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno de Pedro Sánchez dice que “si  Puigdemont vuelve a España no puede ser detenido”. Acabáramos, si es su criterio debería haber dimitido diez minutos antes, pero no hay que descartar que sea una liebre que suelta maquiavelito Redondo para que vayamos familiarizándonos con su carrera, como hicieron con el anuncio de los indultos. Cucharadita a cucharadita, como el aceite de ricino. De un Gobierno/mercadillo puede esperarse cualquier aberración estratégica.

 

¿En qué idioma tienen que decirle los independistas a Pedro Sánchez que su “buenismo” falsario, hablando de reconciliación, distensión, perdón, convivencia, encuentro, solidaridad y magnanimidad,  es una antigualla que no cuela? Ellos, mucho más dignos, perseverantes y con las ideas más claras que el Gobierno,  exigen una… ¿Mesa de diálogo para dialogar? No,  mesa de diálogo para que el Gobierno ceda un referéndum pactado. “Si el Gobierno no accede el paso siguiente es la confrontación”. No se arrepienten de nada, pero el genio de la Moncloa cree que enterrando a Montesquieu para ocupar el Judicial y burlar unas sentencias firmes y razonadas, las exigencias  de los separatistas se van a disolver. ¡Para apagar el fuego, más gasolina! Eso es lo que el supremo progresista piensa hoy, porque ayer abogaba  por el cumplimiento íntegro de las condenas. ¡Cosas de Pedro Sánchez! Y los socialistas aplaudieron su rigor de estadista  con el mismo entusiasmo que su magnanimidad reciente de trilero. ¡Ay PSOE, quién te ha visto y quién te ve!

 

Y con este patatal, que se está debatiendo incluso en municipios menores, en las Cortes de Castilla y León ha surgido un nuevo Luis Mariano, pero desafinado. El procurador de Unión del Pueblo Leonés se puso de perfil en la votación para rechazar los indultos a los presos secesionistas porque, según argumentó,  “las Cortes son para hablar de otras cosas”. No dijo qué cosas, pero no votó. Con ese argumento igual puede caer en el afán reduccionista que impulsa a los jíbaros.  ¿Tampoco opinará si por un reparto caprichoso de los Fondos Europeos,  a Cataluña le asignan lo que corresponde a Castilla y León? Con la patochada de  que “mañana tocará Rociíto” ha demostrado su falta de compromiso, su inconsistencia argumental y  su puesta al día en el cotilleo. Comparte con los separatistas el criterio de que lo que ocurra en España a él se la refanfinfla.

 

Se entiende el voto en contra de Tudanca y demás porque, como se consideran procuradores del PSOE, el voto lo decide Pedro Sánchez, como consejero delegado de la empresa.    ¿Pero y la descacharrante María Montero, tránsfuga de Cs, votando sí a los indultos? ¿A quién representa más allá de su ombligo?

 

Algún freno habremos de poner a tanto desmán, que puede acabar con la credibilidad del sistema para contento de posicionamientos ultras. Es necesario sacar del Gobierno el mercadillo o al mercadillo del Gobierno. Pedro Sánchez y conmilitones ya han colocado el cartel: “Se compra, se vende, se cambia”.

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