El son de
los asombros
DERECHO
A DESPERTAR
Tomás
Marín Tamayo
Blog Cuentos del día a día


El caso es que Cataluña, tan laboriosa, emprendedora, industrializada y
rica, lleva decenios con los fuegos de artificio, arruinando su presente y su
futuro con el viaje a parte alguna de sus mandatarios, cogidos de los
cataplines por una ERC que es la que marca las rutas, arruinando a todos los
socios circunstanciales, mientras ella se catapulta en el electorado. Casi
acabó con el PSC y prácticamente ha devorado a una otrora poderosa CIU que,
entre los mangoneos trincones de los
Pujol y los devaneos de este Mas obnubilado, puede incluso desaparecer,
camino de una refundación que se avecina convulsiva. Si ellos reclaman el
“derecho a decidir” nosotros tenemos “derecho a despertar”. Mala suerte han
tenido los catalanes, pasando de las manos de un insaciable que creía que
Cataluña estaba en su ombligo, a la de una marioneta cuyos hilos mueven desde
ERC.
Implícitamente, el Tribunal Constitucional, al aceptar los recursos,
suspende todo el proceso, pero los obstinados mantiene su desafío y amenazan
con seguir su camino, al margen de una Constitución de la que se valen para
estar donde están y como están, pero de la que pretenden cachondearse
ruidosamente. Malo que nos quedemos en los cantos de sirena, fiándolo todo a
las resoluciones judiciales, porque en el fondo lo que subyace es un problema
político de difícil solución, porque, con el consentimiento cobarde de los diferentes
gobiernos de España, Cataluña lleva treinta y cinco años adoctrinando desde las
aulas para fomentar el odio y el separatismo. Si sigue el desafío y para
cumplir la suspensión cautelar del Tribunal Constitucional hay que recurrir a
la policía autonómica, a la Policía Nacional, a la Guardia Civil o al Ejército,
la confrontación puede superar cualquier previsión e incluso acelerar el
proceso. Eso es precisamente lo que pretenden sus impulsores, que buscan a la
desesperada una víctima. Entrar en Cataluña no es como entrar en la casa de un
roba bolsos para detenerlo. Si se suspende la autonomía catalana el ánimo de
secesión se incrementará y si se detiene a los culpables directos se les
victimizará y haremos héroes a mastuerzos y sabandijas. Eso solo es posible en
un estado fuerte y cohesionado. Y no es el caso. Agazapados detrás de las
matas, y a verlas venir, se frotan las manos los vascos, gallegos, canarios,
baleares… Yo no descarto presidir algún día la futura república independiente
de Campillo de Llerena, mi pueblo.
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