DISIMULANDO EN DIFERIDO
Tomás
Martín Tamayo
Hasta ahora había dos
discursos políticos que me parecían insuperables, el de Pepe Isbert en Bienvenido
Mr. Marshall: “Vecinos de Villar del Río: Como alcalde vuestro que soy, os debo
una explicación y esa explicación que os debo, como alcalde vuestro que soy, os
la voy a dar. Porque yo os debo una explicación y, como alcalde vuestro que soy,
os voy a dar esa explicación que os debo, como alcalde vuestro que soy…” El discurso ha pasado a la historia como una
alocución desternillante de la vaciedad de algunas comunicaciones políticas
pero, en su aparente y exagerada parodia, Berlanga se quedó muy corto porque, a
fin de cuentas, todos sabíamos lo que el
alcalde quería decir a sus vecinos. El otro es el de Antonio Ozores, como
candidato a alcalde en “¡No, hija, no!”:
“Cercofores de esprenzules a gaitano sorcapasona y los autobuses de una sola
rueda. Ricamente estráguela, a remocazos, que es lo fundamental por pequeño que
sea y el en sorcaten de esplanduras, como es la cesta de la compra…”
Se les entendía todo,
demasiados explícitos. Isbert y Ozores se han bajado del pedestal, porque, en
apenas una semana, Mariano Rajoy y Maria Dolores Cospedal los han desplazado a
empujones. La señora Cospedal, una de las cabezas mejor amuebladas de la
política nacional (Mariano Rajoy, dixit), capaz de dirigir el PP y la comunidad de
Castilla la Mancha al mismo tiempo, estando en Toledo y Madrid a la vez, y sin
dejar ese aire de abadesa del convento, nos ha explicado perfectamente la
relación laboral y la extinción del contrato que el PP tenía con Bárcenas: “Vamos
a ver, eh, la indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido. Y
como fue una indemnización en difi…en diferido en forma, efectivamente, de
simulación de… simulación o de lo que hubiera sido en diferido. En partes de
una lo que antes era una retribución. Tenía que tener la retención a la seguridad
social que si hubiera sido… ahora se habla mucho de pagos que no tienen
retenciones en la seguridad social, ¿verdad?, pues aquí se quiso hacer, como
hay que hacerlo”. O sea, lo de Ozores: “cercoferes de esprenzules a gaitano
sorcapasona y los autobuses de una sola rueda…”
Días antes, Mariano Rajoy
marcó la senda de la transparencia y si la Cospedal desplazó a Ozores, Rajoy se
atrevió con el mismísimo Isbert: “Desde
luego todo lo que se refiere a mi y que figura allí y a los compañeros del
partido mío que figuran allí no es cierto, salvo alguna cosa, que es la que han
publicado los medios de comunicación, o dicho de otra manera, es total y
absolutamente falso”. Vamos, algo parecido a “como presidente vuestro que soy
os debo una explicación y esa explicación que os debo os la voy a dar, como
presidente vuestro que soy, porque os debo una explicación y…”
¿Y todos estos enredos, los
silencios, las desastrosas puestas en escena del primero, la segunda y el
tercero del PP, (no me paro en Carlos Floriano porque le sigo teniendo afecto),
para hacer creíble a Bárcenas? Con el “ricamente estráguela, a remocazos, que
es lo fundamental, en el sorcaten de esplanduras, como es la cesta de la compra”…
bien parece que Bárcenas los tiene cogidos de ahí mismo. De pena.
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