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Como buen hombre de Estado, en su mensaje de fin de año, José Antonio Monago, presidente de la Junta de Extremadura (a él le gusta que le llamen presidente del Gobierno de Extremadura) ha dedicado un largo trayecto a autobesarse por el acierto de dar mil euros a los jóvenes que quieran volver a las aulas para concluir la ESO, en un tiempo récord de siete meses. Incluso vaticinó que otros le copiarán la genial idea que podría rebajar las listas del paro de una sola tacada. Al margen del disparate educacional que supone semejante agravio comparativo con los jóvenes que cursan la ESO en la enseñanza reglada, de una duración de cuatro cursos, esta última ocurrencia de la factoría pone en evidencia el desconocimiento del medio sobre el que se opera y la cerrazón para desoír al colectivo de profesionales, padres, sindicatos… La medida no premia el esfuerzo ni el interés de unos jóvenes que abandonaron la ESO y que si hoy vuelven a ella es por eso, por los mil euros y porque en unos meses conseguirán lo que a otros les cuesta cuatro años.
¿Se acuerdan del gran Zapatero cuando dijo aquello de que “los que están en cursos de formación no están parados”? Pues más de lo mismo, pero a peor porque la medida cuestiona los calculados tiempos de la enseñanza reglada y permite a los peores alumnos, a los que la abandonaron, hacer un corte de mangas a los compañeros de aula que apostaron por continuar con sus estudios. Incluso se ha conocido el caso de dos hermanos que iniciaron la ESO juntos, uno abandonó a principio de curso y el otro continuó, esforzándose en el día a día, comprando su material escolar, renunciado a ganar algo de dinero y a tener una motocicleta para repartir pizzas a domicilio, como su hermano… Dos años después el “prófugo” vuelve a las aulas para concluir el ciclo antes que el que continuó los estudios, y con la gratificación de los mil euros. ¿Se imaginan la cara del hermano que apostó por el esfuerzo para poder formarse?
Esta engañifa demagógica, de corte chavista, haciendo caridad con nuestro dinero, es un claro desprecio al sistema educativo en general y al Sistema Extremeño de Educación de Adultos en particular, mientras se rebaja en 100 millones de euros el presupuesto del departamento. Es un desprecio a los 800 maestros despedidos, a los 7.000 alumnos a los que se les ha suprimido el transporte escolar, a las 70.000 familias que han agotado las prestaciones sociales y a los 167.000 parados, miles de ellos con formación universitaria, pero presentando solicitudes para entrar en las bolsas de basureros, barrenderos, jardineros… Si gobernar es priorizar, está muy claro que lo prioritario para la Junta son las ocurrencias y camuflar la insostenible cifra de un paro creciente que evidencia su fracaso. ¿El empleo, lo primero?
Pues a pesar de las facilidades y de los mil euros de propina, se está produciendo un alarmante goteo de abandonos en las aulas por parte de los inicialmente inscritos. Algunos, ni aunque le manden el título a casa envuelto en mil euros, pican el anzuelo. Lástima.
1 comentario:
Muy buena opinión sobre una de las ocurrencias más aberrantes que se hayan visto. Y mira que en este país es fácil encontrarlas. Yo, por lo menos ya no sé ni donde estoy, ni como se come esto....... Feliz año-
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