Llegará un día en el que los medios de comunicación no prestarán ni un
parpadeo a las idioteces de los espabilados que, para desviar la atención de
los verdaderos problemas, recurren a la escenificación grotesca, a la
astracanada y al teatro de bartolitos para ocultar sus torpezas. Comenzamos a
estar hartos de que se magnifiquen los eructos de cualquier espabilado/a que,
carente de recursos para reconducir una situación difícil, se refugian en
propuestas estrafalarias o en respuestas testiculares, que usan como capotes
para distraer al personal… ¡Pero si ya tenemos incluso un manual del perfecto
rompedor de cristales! Ahora le ha tocado turno, otra vez, a la lideresa
madrileña, a la aristócrata de los palabros escatológicos y la sal gorda porque, cogida en la mentira
bochornosa de la situación económica de la Comunidad de Madrid, qué lista ella, salió con el zafarrancho de
suspender la final de la Copa del Rey si alguien silbaba o pitaba el himno o la
bandera de España. Provocación zafia e irresponsable porque dibujó una diana.
El resultado final ya lo vimos anoche.
Después de presumir de gestión eficaz, de austeridad y control en el
gasto, poniéndose de ejemplo ante el resto de las CC.AA, Esperanza Aguirre tuvo
que reconocer que tenía en el calcetín un roto más grande que los que enseñaba
Cantinflas, pero estuvo mintiendo hasta que, atragantada por el palo de la
realidad, no tuvo más remedio que soltar el lastre de sus mentiras y reconocer
que la deuda que había acumulado era similar e incluso superior a la de todos
los demás. A la señora lideresa se le habían distraído 2.000 millones de euros,
despiste que equivale a la deuda acumulada por Extremadura en los últimos
treinta años, después de andar presumiendo y poniendo de manirrotos y en un
brete a todos los demás.
¿Qué se le ocurrió a la cultureta que, siendo ministra de Cultura,
confundió a Saramago con una señora llamada Sara Mago? Salió con una gilipollez
y con una alternativa de repuesto. Primero, sin venir a cuento, pidió que se
reformara la Ley antitabaco, aceptada y asumida incluso por la mayoría de los
fumadores, para que se pudiera fumar en bingos y salas de fiesta, pero como
aquella patochada tuvo un recorrido muy corto, se inventó otra de mayor calado,
que fue la de amenazar con suspender, o celebrar a puerta cerrada, el partido
de anoche entre el Barcelona y el Atlético de Bilbao. ¡Bingo! Ahora sí, si lo
del tabaco pasó de puntillas, con esto dio en el clavo porque logró centrar la
atención en la estupidez y, durante toda la semana, se olvidó la mentira de sus
cuentas “ejemplares”.
Bien, doña Esperanza, pero ¿y mañana? Mañana ya ha pasado una semana desde
que se descubrió el pastel de su gran mentira y otros acontecimientos más
recientes, incluso el resultado de anoche, acapararán informativos y titulares,
permitiéndole al verso suelto del PP –¡Jo, cuanto verso suelto hay en el PP!-
seguir fraguando su leyenda de mujer firme y con ideas claras. En esta escalada
de estupideces, acabará desnuda, como lady Godiva, cabalgando sobre los leones
de la Cibeles.
1 comentario:
Ibarra alimentaba polémicas artificiales contra Maragall cuando algún problema bueno se cocía en la dehesa, y cuando el problema asomaba por Catalonia era Pascual el que cargaba contra los extremeños y su bellotero presidente por acaparar recursos. Aquellos favores entre compañeros del PSOE-PSC eran tan evidentes como lo era la avidez periodística por incitar una escalada que vendiera periódicos con información vácua y que no comprometiera la publicidad institucional. Hoy tenemos derecha arquetípica del regional-catolicismo en Catalonia y Extremhura, y la cosa marchará igual "cullóns" mediante.
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