Los dichos y desdichos de los dos mocitos sevillanos, Miguelín y Samuelín, cachondeándose de la policía y de toda España al cambiar, un día si y el otro también, su declaración sobre qué fue lo que hicieron y dónde escondieron el cuerpo de la niña Marta del Castillo, dan justa medida de nuestra penosa indefensión frente a los desalmados de cualquier pelo. Nunca pensé que la policía pudiera estar tan atornillada como para no poder sacarle una declaración veraz a dos monigotes sinvergüenzas, que no aguantan media torta. Con sonrojo y sin ironía, sugiero a quien competa que acerquen a los dos tipillos a Francia o a Portugal y antes de que se enfríe un café, la policía francesa o portuguesa nos dirán el lugar exacto dónde está el cadáver de la muchacha. Esto puede ser vergonzoso, pero más vergonzoso resulta que esas dos cagalutas sigan burlándose de todos y gastando un dinero con el que se les podía aplastar.
Todavía no ha concluido el suma y sigue de lo que costó el rastreo de todo el Guadalquivir, de Sevilla a San Lucar de Barrameda, pero se especula que aquella costosísima operación, en la que intervinieron más de doscientos efectivos durante sesenta días, superará los tres millones de euros. Y ahora tendrán que añadir el análisis, bolsa a bolsa, de 60.000 toneladas de basura, porque el Miguelín juega a suicidarse, mientras se descojona de risa en la celda de la prisión, donde tienen muy protegidita su miserable existencia ¡Qué vergüenza, un niñato estirado, ignorante, palurdo y despiadado, utilizando los vericuetos del sistema y circulando por ellos con la maestría del más experimentado leguleyo!
Si los encierran en una habitación con un guardiña portugués, antes de comenzar el rasgueo de la guitarra, estarían cantando por soleares. Después sería necesario fumigarlos con zz a presión, para que se les despegara la zurrapa de los pantalones. ¡Pero ahí los tenemos, ahí siguen, con un par, saltando de declaración en declaración y acaparando titulares, con amagos de suicidio y carta incluida al juez! Y como conocen el sistema a la perfección, antes de ser juzgados ya andan sembrando atenuantes a su paso, porque dicen que habían fumado marihuana, que se habían tomado siete pastillas de éxtasis y que lo habían mezclado todo con alcohol.
¡Mentiras, mentiras, mentiras y mentiras! La burla macabra que se han montado estos dos peleles es tan dolorosa como la desaparición de la niña y nos están demostrando, por la vía de los hechos, que este sistema hace aguas por los cuatro costados. ¡Los grilletes son para los chorizos y no para la policía! Aquí nos han impuesto el camelo de poner la otra mejilla y si un caco entre en nuestra casa para robarnos o matarnos, parece que nuestra obligación es besarlo en la mejilla, mientras le preparamos un chocolate con churros.
En España hay 14.000 desaparecidos y 4.500 cadáveres sin identificar, pero esto de los dos jovencitos sevillís, que se han declarado autores de haber violado y asesinado a Marta del Castillo, pero que no dicen dónde está el cuerpo porque no les da la gana, abre un capítulo nuevo, porque están jugando al escondite con el cadáver de la muchacha, mientras se ríen de sus padres, de la policía y de toda España. ¡Veremos si ellos o sus cercanos, no saltan de plató en plató para hacer caja!
Todavía no ha concluido el suma y sigue de lo que costó el rastreo de todo el Guadalquivir, de Sevilla a San Lucar de Barrameda, pero se especula que aquella costosísima operación, en la que intervinieron más de doscientos efectivos durante sesenta días, superará los tres millones de euros. Y ahora tendrán que añadir el análisis, bolsa a bolsa, de 60.000 toneladas de basura, porque el Miguelín juega a suicidarse, mientras se descojona de risa en la celda de la prisión, donde tienen muy protegidita su miserable existencia ¡Qué vergüenza, un niñato estirado, ignorante, palurdo y despiadado, utilizando los vericuetos del sistema y circulando por ellos con la maestría del más experimentado leguleyo!
Si los encierran en una habitación con un guardiña portugués, antes de comenzar el rasgueo de la guitarra, estarían cantando por soleares. Después sería necesario fumigarlos con zz a presión, para que se les despegara la zurrapa de los pantalones. ¡Pero ahí los tenemos, ahí siguen, con un par, saltando de declaración en declaración y acaparando titulares, con amagos de suicidio y carta incluida al juez! Y como conocen el sistema a la perfección, antes de ser juzgados ya andan sembrando atenuantes a su paso, porque dicen que habían fumado marihuana, que se habían tomado siete pastillas de éxtasis y que lo habían mezclado todo con alcohol.
¡Mentiras, mentiras, mentiras y mentiras! La burla macabra que se han montado estos dos peleles es tan dolorosa como la desaparición de la niña y nos están demostrando, por la vía de los hechos, que este sistema hace aguas por los cuatro costados. ¡Los grilletes son para los chorizos y no para la policía! Aquí nos han impuesto el camelo de poner la otra mejilla y si un caco entre en nuestra casa para robarnos o matarnos, parece que nuestra obligación es besarlo en la mejilla, mientras le preparamos un chocolate con churros.
En España hay 14.000 desaparecidos y 4.500 cadáveres sin identificar, pero esto de los dos jovencitos sevillís, que se han declarado autores de haber violado y asesinado a Marta del Castillo, pero que no dicen dónde está el cuerpo porque no les da la gana, abre un capítulo nuevo, porque están jugando al escondite con el cadáver de la muchacha, mientras se ríen de sus padres, de la policía y de toda España. ¡Veremos si ellos o sus cercanos, no saltan de plató en plató para hacer caja!
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