Alejo Fernández Pérez
El ambiente de la Navidad y de fin de año es un ambiente propicio a los sentimientos religiosos, al amor y a la bondad. Tiempo de regalos. Un buen amigo pone en mis manos un libro: “EL ENIGMA DE PONCIO PILATOS” de Tomás Martín Tamayo. Tecnigraf editores, Badajoz
Conozco a Tomás desde hace tiempo. He leído buena parte de su obra original, precisa, cortante y tan valiente en sus artículos como en su vida social y política. Tomás no se parece a nadie, ¡es Tomás! Pensé disfrutar de su obra como es habitual. Pero…
Más que leerla sobrevolé por encima de sus letras, de sus personajes y de una lejana historia con resonancias familiares. ¿ Es verdad? ¿Es falso? Ni lo se, ni me importa. Es una verdad que se impone a cualquier historia más o menos real con la pasión eterna de los personajes míticos.
Todo lo que se mueve alrededor de Cristo está dotado de una luz y un brillo de eternidad. Cualquiera de los hombres o mujeres que tropezaron con Jesús, importantes o sin importancia, han pasado a la historia humana con un relieve extraño. Pilatos también. ¿ Fue cobarde? ¿Fue valiente? ¿Se vio impelido por circunstancias políticas, y la miseria humana a firmar la muerte de Cristo, que intentó evitar? ¿ El Sanedrín estaba tan podrido como los de cualquier nación actual?
Una galería de personajes romanos como Antonina, Quinto Cornelio, Rino Galo, Albión, Nemenio, Tiberio, Calígula,…se cuelan entre nosotros como viejos conocidos. Las ambiciones de los políticos de todos los tiempos están presentes ayer como hoy y como siempre. El alma humana con sus defectos y virtudes se muestra heroica o bajuna según las circunstancias. En el alma del pueblo romano, como en la del pueblo judío; en la del pueblo dominante como en la del dominado están presentes las invariables corrientes de odio, de amor, de miedo, de valor,…que determinan el entramado del devenir humano, que se muestra difuso e impreciso en la historia escrita.
Todo ello engarzado en una trama insuperable con un ambiente irreal, de ensueño que nos prende hasta el final de la obra. Como todo lo que mueve alrededor de Cristo, esta obra también esta tocada por su presencia.
Mérida (España) 30 de diciembre de 2008
Alejo Fernández Pérez
Alejo1926@gmail.com
El ambiente de la Navidad y de fin de año es un ambiente propicio a los sentimientos religiosos, al amor y a la bondad. Tiempo de regalos. Un buen amigo pone en mis manos un libro: “EL ENIGMA DE PONCIO PILATOS” de Tomás Martín Tamayo. Tecnigraf editores, Badajoz
Conozco a Tomás desde hace tiempo. He leído buena parte de su obra original, precisa, cortante y tan valiente en sus artículos como en su vida social y política. Tomás no se parece a nadie, ¡es Tomás! Pensé disfrutar de su obra como es habitual. Pero…
Más que leerla sobrevolé por encima de sus letras, de sus personajes y de una lejana historia con resonancias familiares. ¿ Es verdad? ¿Es falso? Ni lo se, ni me importa. Es una verdad que se impone a cualquier historia más o menos real con la pasión eterna de los personajes míticos.
Todo lo que se mueve alrededor de Cristo está dotado de una luz y un brillo de eternidad. Cualquiera de los hombres o mujeres que tropezaron con Jesús, importantes o sin importancia, han pasado a la historia humana con un relieve extraño. Pilatos también. ¿ Fue cobarde? ¿Fue valiente? ¿Se vio impelido por circunstancias políticas, y la miseria humana a firmar la muerte de Cristo, que intentó evitar? ¿ El Sanedrín estaba tan podrido como los de cualquier nación actual?
Una galería de personajes romanos como Antonina, Quinto Cornelio, Rino Galo, Albión, Nemenio, Tiberio, Calígula,…se cuelan entre nosotros como viejos conocidos. Las ambiciones de los políticos de todos los tiempos están presentes ayer como hoy y como siempre. El alma humana con sus defectos y virtudes se muestra heroica o bajuna según las circunstancias. En el alma del pueblo romano, como en la del pueblo judío; en la del pueblo dominante como en la del dominado están presentes las invariables corrientes de odio, de amor, de miedo, de valor,…que determinan el entramado del devenir humano, que se muestra difuso e impreciso en la historia escrita.
Todo ello engarzado en una trama insuperable con un ambiente irreal, de ensueño que nos prende hasta el final de la obra. Como todo lo que mueve alrededor de Cristo, esta obra también esta tocada por su presencia.
Mérida (España) 30 de diciembre de 2008
Alejo Fernández Pérez
Alejo1926@gmail.com
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