Los Presupuestos Generales del Estado son un espejo de la crisis económica y reducen casi todas sus partidas de forma notoria. Podíamos hablar de Extremadura, especialmente afectada por estos recortes que no lo son tanto en otras comunidades, pero como la Junta está conforme con lo que nos va a llegar, el PSOE extremeño está contento y la delegada del Gobierno casi tira cohetes, pues mejor será no aguarles la fiesta para que sigan brindando de alegría. De todos modos, si Extremadura está contenta con ellos y ellos están contentos con estos Presupuestos, pues “miel sobre hojuelas, que sarna con gusto no pica”.
Siguiendo el ceremonial de Zapatero, todos los apolo-jetas del sistema aseguran que los Presupuestos se adaptan a las necesidades, pero que son eminentemente sociales. Sale Zapatero, se pone serio, arruga el entrecejo, mira de soslayo, junta los dedos índice y pulgar –que es como un rictus que precede a sus mentiras- y enfatiza: “Estos Presupuestos no reducen ni en un euro el gasto social”
¿Qué quiso decir? Pues si consultamos el diccionario “Zapatero/Español-Español/Zapatero” llegaremos a la conclusión de que lo que dijo es que el mayor recorte está precisamente en el gasto social. Entender a Zapatero no es muy complicado si uno oye lo contrario de lo que dice. “No hay crisis”, significa que la crisis es muy preocupante y “acabaremos con el paro” quiere decir que en sólo nueve meses habrá 700.000 parados más.
Sanidad, Dependencia, Educación, pensiones y empleo pierden más de 5.000 millones de euros. El Gobierno ha eliminado el Plan de Acción para las personas mayores, ha dividido por cuatro el presupuesto para la plazas escolares de 0 a 3 años, ha anulado la contratación de las empresas que colaboraban con el Sistema Nacional de Salud, ha recortado en 200 millones el Plan de Dependencia que iba a aumentar en 500, ha suprimido los anticipos de tesorería para la financiación de la Sanidad en las CCAA, ha reducido el gasto dedicado a las políticas de fomento de empleo…
¿Es que no ha subido ninguna partida? Si, ha subido el “gasto social” destinado al Fondo de Protección de la Cinematografía. Casi 100 millones de euros para los coleguillas de la farándula. ¿No se acuerdan? Fue memorable aquella asamblea general de culturetas que, al cierre de la campaña electoral, se dieron cita para apoyar a su protector, poniéndose el dedito índice en la ceja, para agradecer el canon digital y el momio de las ayudas cinematográficas.
Ha aumentado notablemente la partida para proteger la adormidera de un cine que, en sólo un año, perdió seis millones de espectadores, precisamente cuando sube el número de cinéfilos en España ¡No hay un solo proyecto cinematográfico sin subvención! Recaudan 70 y reciben ayudas por 100 millones, que permiten que esa especie protegida pueda seguir con sus dispendios y mirando al mundo desde arriba. ¡De esta penosa realidad sí que saldría un buen guión y una buena película!
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