jueves, 17 de julio de 2008

¡ Socorro, quieren hacerme rico !



Mi buzón es una mina inagotable, de la que cada día extraigo muchas posibilidades para colmatar mi cuenta corriente con millones de euros. La diosa fortuna llama a mi puerta una y otra vez y si no soy un millonetis del Forbes es por mi torpeza crónica, porque es raro el día que no me llega con una oportunidad debajo del brazo. Abro el buzón y allí está el aviso urgente para que multiplique mi fortuna a cambio de nada. Es tanto el empeño que tienen en hacerme rico, que incluso me hacen recordatorios apremiantes para que les facilite la grata tarea de ingresar millones en mi cuenta. Sobres de ventanilla, caros y vistosos me traen información de mi suerte, porque entre millones de seleccionados, sólo una docena, ¡y yo entre ellos!, hemos sido señalados por la diosa fortuna.

Me ofrecen televisores de plasma, pasajes para las olimpiadas de China, un safari por África, un crucero por el Caribe, automóviles e incluso un apartamento al lado de un lago de aguas cristalinas, lindando con la playa de un inmenso mar azul… Recibo invitaciones para asistir a una presentación de fin de semana, con todos los gastos pagados y garantizándome unos gemelos de oro o una video cámara de ciencia ficción. Sólo por rellenar un impreso para solicitar una información, me regalan una semana a todo confort en un hotel de lujo. Dos o tres agencias de viaje están empeñadas en llevarme a los lugares más recónditos, perdidos entre palmerales y arenas blancas, besadas por las olas de mares ignotos. ¡Las empresas de telefonía móvil me ofrecen de todo, porque quieren tener entre su clientela a gente como yo! Un banco quiere que tenga su tarjeta visa-oro, sin límites y sin gastos, regalándome un seguro de vida y una enciclopedia universal, a cambio de nada

¡Quieren hacerme rico, que viva mejor y que disfrute de las posibilidades que una persona como yo merece! Incluso una secta religiosa, o algo parecido, la ha tomado con mi bloque y no cejan en su empeño de llevarme al cielo, a la fuerza, contra mi voluntad, señalándome el camino hacia “la ciencia del bien” para que me libere de las cadenas de un mundo que va hacia la autodestrucción. Días atrás me ha escrito el presidente de unos grandes almacenes, el de mi compañía de seguros, el de un banco, una caja, una editorial y un alto personaje político, porque se acuerdan de mi cumpleaños y no quieren que pase esa fecha tan señalada sin desearme lo mejor para mí y mi familia. ¡Tuve que contener la emoción y el llanto!

El Selecciones, Los amigos del Vino, La Tienda en Casa, Empreco, Todo Fácil, la OCU y dos “oeneges” quieren protegerme, guiarme y llevarme por el buen camino. Hoy he recibido la carta de una adivina que, por veinte euros, me hace mi carta astral, regalándome un talismán valorado en 250 euros, que me librará de las malas vibraciones y velará por mi fortuna y por mi alma. ¡Por mi alma cansada de tanta imbecilidad!

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