Sin saber porque, ni puñetera falta que me hace, Victor Casco, el paseante cuentachismes de IU, anda con una fijación patológica hacia mi persona y de oca a oca va de tocapelotas profesional, mintiendo como un bellaco, inventándose patrañas y sacando pecho en el recuento de la historia que quiere moldear a su capricho.
Este extraño personaje, que mira de reojo, incapaz de dar la cara y gusta de pisar incluso a los propios de IU, sale ahora con un articulito en Extremadura al Dia, en el que, cómo no, vuelve a mostrar su fijación y como además de plasta quiere el pobre hombre pasar por graciosillo, se permite la gracieta de tildarme de “censor mayor del reino”. ¿Cuándo he censurado algo o cuando he censurado a alguien? Que el tocapelotas de vocación no pretenda engañar con sus embustes al desprevenido, porque, en el caso de las fotos pornoblasfemas, jamás, nunca, me he posicionado contra la libertad del presunto artista. A mi esas fotos me dan asco, pero nada más y desde luego jamás impediría que alguien pudiera hacer eso o sacar a Victor Casco entre San Roque y su perro.
Me parece infumable, tan infumable como las mentiras de Victor Casco, que el dinero público se utilice para ofender a la gente. Mi crítica, que no censura, es hacia el consejero de Cultura que ha usado nuestro patrimonio para publicar unas fotografías pornográficas y blasfemas, que ofenden no sólo a los católicos. El único que va de Torquemada es este personaje extraviado empeñado en colocar sus embustes como si fueran verdades de acero.
Y , además, ¿que tiene que ver un libro de relatos eróticos, como el mío, con un libro de fotografías pornoblasfemas? ¿Tan ignorante es Victor Casco, tan embrutecido están por su diarrea de cotilla oportunista? Por mentir incluso miente en al inventarse la trama de uno de mis relatos de “Cuentos en verde aceituna”
Dice que yo sitúo a los personajes “fornicando al paso de una procesión de Semana Santa” ¿Dónde ha leído eso? Si se me hubiera ocurrido lo podría haber escrito, pero resulta que lo que escribí fue sobre la procesión de los Afligidos portugueses, “dos hermanos de la localidad a los que consideraban santos, atribuyéndoles muchos milagros”.
Victor Casco es un embustero y por su tono deja muy claro que si pudiera se pondría sobre su abultado pecho el medallón de los santones censores, pero conmigo se confunde una vez más. Y van…
Este extraño personaje, que mira de reojo, incapaz de dar la cara y gusta de pisar incluso a los propios de IU, sale ahora con un articulito en Extremadura al Dia, en el que, cómo no, vuelve a mostrar su fijación y como además de plasta quiere el pobre hombre pasar por graciosillo, se permite la gracieta de tildarme de “censor mayor del reino”. ¿Cuándo he censurado algo o cuando he censurado a alguien? Que el tocapelotas de vocación no pretenda engañar con sus embustes al desprevenido, porque, en el caso de las fotos pornoblasfemas, jamás, nunca, me he posicionado contra la libertad del presunto artista. A mi esas fotos me dan asco, pero nada más y desde luego jamás impediría que alguien pudiera hacer eso o sacar a Victor Casco entre San Roque y su perro.
Me parece infumable, tan infumable como las mentiras de Victor Casco, que el dinero público se utilice para ofender a la gente. Mi crítica, que no censura, es hacia el consejero de Cultura que ha usado nuestro patrimonio para publicar unas fotografías pornográficas y blasfemas, que ofenden no sólo a los católicos. El único que va de Torquemada es este personaje extraviado empeñado en colocar sus embustes como si fueran verdades de acero.
Y , además, ¿que tiene que ver un libro de relatos eróticos, como el mío, con un libro de fotografías pornoblasfemas? ¿Tan ignorante es Victor Casco, tan embrutecido están por su diarrea de cotilla oportunista? Por mentir incluso miente en al inventarse la trama de uno de mis relatos de “Cuentos en verde aceituna”
Dice que yo sitúo a los personajes “fornicando al paso de una procesión de Semana Santa” ¿Dónde ha leído eso? Si se me hubiera ocurrido lo podría haber escrito, pero resulta que lo que escribí fue sobre la procesión de los Afligidos portugueses, “dos hermanos de la localidad a los que consideraban santos, atribuyéndoles muchos milagros”.
Victor Casco es un embustero y por su tono deja muy claro que si pudiera se pondría sobre su abultado pecho el medallón de los santones censores, pero conmigo se confunde una vez más. Y van…
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