jueves, 15 de septiembre de 2005

Impudicia de dictadores


Sin solución posible, los tics de todas las autocracias se repiten y da igual que hablemos de la Manila de Marcos, la Cuba de Castro, la Rumanía de Ceaucescu, el Chile de Pinochet, el Peru de Fujimori, la Venezuela de Chávez o la Extremadura de Ibarra. Todos las autocracias concluyen por tributarse homenajes, honores y reconocimientos dispares y para envolver la idiotez todos hacen lo mismo: se inventan asociaciones, academias o corales que son las encargadas de reconocerles los honores que nadie, salvo ellos mismos han visto ni valorado.

Aquí, en Extremadura, tampoco en esto somos diferentes y con el dinero de todos, la Junta se monta sus propios tinglados para el auto aplauso para colgarse medallitas en la pechera. Esta misma semana nos hemos enterado por los medios del régimen, con gran despliegue de entrevistas y programas monográficos, que la Asociación de Mujeres Progresistas, es decir ellos mismos, que el pasado año concedió un premio a Rodríguez Ibarra, este año se lo concede a Rodríguez Zapatero. ¿Quien recogió el premio en nombre del camarada? Doña Carmen Pereira, que estaba acompaña en el acto por la directora general de la cosa y el consejero de Cultura, esposo de la mandamás de las Mujeres Progresistas. ¡Que bochorno!

La desvergüenza de estos/as progresistos y progresistas les permite legitimar con solemnes escenificaciones, actos de absoluta impudicia como el que relatamos. Pero así están las cosas. El dinero del contribuyente se utiliza para la autocomplacencia de un montón de energúmenos y energúmenas, que se reúnen bajo la advocación del progreso. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen, aunque la minutan la pagamos todos los demás. Lo que no sé y me lo pregunto continuamente, es si han llegado a la desvergüenza total y se sienten satisfechos por los reconocidos méritos; se ríen cínicamente o en el fondo sienten vergüenza de tener tan poca vergüenza.

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