sábado, 10 de septiembre de 2005

¿Extremadura o Fantasilandia?


Como me niego a creer en la perversión por la perversión a secas, me esfuerzo en aceptar que la Junta hace lo que sabe y lo que puede y que cuando cae en la contradicción y el disparate, es por ignorancia, por desinformación o porque son incapaces de distinguir entre continente y contenido. Pero finalmente ignorancia o perversión, son la única explicación para tanta fatuidad y tanto desparrame mental. ¿Tenemos lo que merecemos o tenemos lo que queremos? Son cosas distintas. En la Junta, como en la casa del nuevo rico, creen que, por ejemplo, cultura es comprar libros y modernidad tener muchos ordenadores. Es decir, creen en lo tangible, en lo que se ve, lo que se puede enseñar, lo que ocupa espacio y puede tocarse. Creen en lo fácil, que es anunciar, creen en la publicidad vacía y como son fervorosos de la ley del mínimo esfuerzo, se limitan a cacarear, pero sin poner el huevo. Creen en lo que se compra y no exige orden ni planificación. Pero en pocas ocasiones se hace tan verdad aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Es como si la Junta no creyera en la Junta y estuviera persuadida de que la mejor planificación es la que no hace y lo mas provechoso es la chispa verbal, la ocurrencia y la improvisación de cada día. ¿Qué de qué hablo?

Por ejemplo, ¿no los han oído presumir de bibliotecas? Dicen los muy que Extremadura es la comunidad con más bibliotecas y más libros por cabeza de España. Y lo dicen orgullosos, muy ufanos, como convencidos de que el dato, por cierto, es irrefutable muestra de eficacia. Llega después la estadística y resulta que Extremadura, con tanta biblioteca y tanto libro, es la comunidad donde menos se lee. Tener un libro no es leerlo, pero para la Consejería de Cultura, es más importante el libro que el lector y no se quieren enterar de que el libro sin lector se convierte en un ladrillo inservible. Son incapaces de fomentar la lectura, de hacer una planificación real en las escuelas, en los institutos, en la Universidad, pese a que para este menester tienen en nómina a un montón de lángaros del sistema. Optan por lo fácil, como el rico nuevo que compraba libros por metros lineales. ¿Cómo envuelven el bochorno? Comprando libros y estantes, haciendo alardes y almacenes de papel impreso que inauguran con el nombre de bibliotecas. ¿Más?

¿No los han oído presumir de ordenadores, de nuevas tecnologías, del ciberespacio o de la sociedad de la imaginación? Pues han hecho como con las bibliotecas. Compraron 60.000 ordenadores, los diseminaron por todas las aulas y salieron a presumir por toda España, hablando de la revolución tecnológica que estaban haciendo en Extremadura. E incluso son exportadores de un sistema, el Linex, que la propia Junta no utiliza. Hasta Zapatero ayudó a propagar la especie de que lo que se estaba haciendo aquí había que hacerlo en toda España. Pero, como en las bibliotecas, luego llega el dato estadístico y resulta que Extremadura es la Comunidad con menos conexiones a Internet de toda España y, pese a ser la que más ordenadores tiene por alumnos, es también la Comunidad donde los alumnos tienen un conocimiento más precario de la red. ¿Qué es un ordenador en lo alto de una mesa? Igual que el libro sin lector un estorbo, un bulto que ocupa espacio.

¿Hablamos del paro? Como con los libros, igual que con los ordenadores, Extremadura es pionera en inventos para reducir el paro y la precariedad laboral. Aquí llevamos 23 años de experimentos. Siete planes de empleo, acuerdos, firmas y convenios de distinto pelaje, incluso coincidiendo 15 años con gobiernos del mismo signo. Puestos a inventar hasta somos los pioneros universales en algo tan prometedor como la Sociedad de la Imaginación y el Gabinete de Iniciativa Joven, que preside Felipe González, Ana Patricia Botín y otros cuantos relumbrones más. Los relumbrones sirvieron para acaparar titulares y vender, vender, vender... ¿Y qué? Pues como con las bibliotecas o los ordenadores, siendo los que más programas y planes hacemos, somos también la comunidad con más paro de España y la que más empresas, casi tres mil, ha perdido en un año... ¿por culpa de la herencia recibida? Somos la única comunidad que no ha bajado sus índices de paro en los 23 años de ibarrismo benefactor... Parece que los demás no recibieron una herencia tan duradera y pertinaz.

¿Nos pasamos al turismo? Pues las promociones horteras, con visos de galopante corrupción y vayas del paleto incluidas, sitúan a Extremadura, que tanto tiene para enseñar, fuera de todos los circuitos y a la cola de visitas y pernoctaciones. Aquí lo que hacemos bien, pero que muy bien, es anunciar, vender y bla,bla,bla. Aunque tampoco se nos da mal comprar kilómetros de libros, planes de empleo, ordenadores a go-gó y vallas paletas, con errores ortográficos incluidos. ¡Algunos, después de 23 años, están más lejos de Extremadura que de Fantasilandia!

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