NO hemos vuelto a saber nada de la 'Plataforma Cultura contra la Guerra', que para el abrevadero mediático tras el 11-M se inventaron unos cuántos filósofos, pensadores e intelectuales de la farándula (perdónenme si me río) y que presidió la pacifista Pilar Bardem, mamá del nene Bardem, puño en alto vociferando a los cielos contra Aznar, contra el PP, contra el electorado popular, contra la guerra, contra Bush... ¿No lo recuerdan? «¿A-se-si-nos, a-se-si-nos, a-se-si-nos!». Montaron manifestaciones ilegales ante las sedes del Partido Popular el día de reflexión y ese mismo día llamaron a las puertas de todos los medios para lanzar consignas previas al día electoral. Se organizaron con tal celeridad que bien parece que lo tenían todo previsto, y a la de "¿ya!" tomaron la calle, sacaron consignas, pancartas, tenderetes y hasta tuvieron tiempo para ejercer la democracia interna y elegir a la Bardem como presidenta de los super-extra-mega-hiper-cabreados intelectuales. En apenas 24 horas ya tenían todo un programa de actividades, con sus correspondientes contactos y entrevistas en los medios afines, que, claro, les prestaron altavoz. ¿Qué indignación la de todos ellos en pie, manos abiertas contra la ignominia de un gobierno lleno de asesinos, chupasangres y mataniños! Doña Pilar asumió del libreto el papel de 'madre coraje' y con cara de dolorosa se paseaba por todos los tinglados llevando el dolor en el alma. ¿Cómo sufría esa mujer! Gritaba tanto que algunos temíamos que se le desencajara la mandíbula, pero por fortuna tenía siempre cerca a Javier Gurruchaga, otro intelectual de pelo en pecho que le tomaba el testigo para exigir que se abrieran los cielos y por el hueco se descolgaran los ángeles exterminadores.
Desde lejos, viendo que se le escapaba el carro del oportunismo cultural, que él va por libre, don Pedro Almodóvar montó su propio club para denunciar un 'golpe de Estado' que impediría que se celebraran las elecciones y otros conocidos miembros del pensamiento nacional, como Miguel Bosé, insigne autor de 'Amante bandido', se apresuraron a declarar que habían estado secuestrados en la España de Aznar. ¿Qué mal lo habían pasado ellos y ellas, enterrados durante ocho años en un zulo por ser progresistas, intelectuales y amantes de la paz universal! Pero si hasta la niña Anita Obregón, megaestrella, hiperguionista, superpija y bióloga señaló la causa/efecto como algo incuestionable.
¿No lo recuerdan? El motivo de tanta furia mal contenida, la causa de aquel 'Fuenteovejuna' de cartón piedra fue la guerra de Irak, en la que no participó ni un solo soldado español pero que, siguiendo lo escrito en el imaginario libreto de la representación, desencadenó el sangriento atentado del 11-M. Luego los culpables del atentado no fueron los terroristas sino el gobierno de Aznar, que los había empujado a perpetrar una respuesta legítima, por participar activamente en una guerra en la que no se había participado. La foto de las Azores la esgrimieron como una bandera y, aunque España no participara de ella, hicieron toda una declaración de principios.
Bueno, pues el caso es que de la tal Plataforma 'Cultura contra la Guerra' no se ha vuelto a saber nada y ninguno de sus egregios intelectuales ha reclamado al gobierno de Zapatero que explique su colaboración activa con Bush. Se sabe de una fragata española, la 'Álvaro de Bazán', bien pertrechada de tecnología bélica, que está sirviendo de apoyo logístico a un portaaviones norteamericano mientras bombardea Irak, e incluso se distribuyen fotografías y entrevistas con marineros de la tripulación, pero la señora Bardem todavía no se ha repuesto del quebranto que le produjeron aquellos tres días de intensa actividad y, además, anda ahora muy ocupada con la fatigosa interpretación de la serie que tiene en TVE. Y, por favor, que nadie vea en esto relación causa/efecto. Ella está ahí porque es muy buena actriz. Sí, la Obregón también.
Cuando Felipe González ordenó al Ejército español participar en Kosovo, sin ONU y sin Congreso, aquello estaba justificado por la etnia intelectual de los 'culturetas', porque era una «guerra para la paz», pero no es lo mismo participar en la guerra con Felipe que no participar en la guerra con Aznar, porque Aznar, en todo caso, siempre será culpable. ¿De qué? Eso da igual, es culpable y ya está. La Plataforma de la Bardem, su nene y Gurruchaga montó su propia página 'cultura-contra-la-guerra', que está desactivada pero no enterrada porque no hay que descartar su resurrección si vuelve al gobierno algún sanguinario, como Rajoy.
Mientras tanto, y a la espera de ser necesitados de nuevo, como un retén de bomberos (pero de los que ponen bombas fétidas), la cultura oficial está agazapada y haciendo el agosto. ¿La verdad os hará libres? ¿Qué risa!
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