jueves, 12 de mayo de 2005

Doña Manuela sí que sabe


Doña Manuela Martín, la arriesgada “todolosabe/ losabetodo” del periódico HOY, es el no va más del sentido común, el criterio acertado y la sabiduría política. Donde otros ponemos la duda, ella sitúa la opinión certera, porque es el “tirofijo” del criterio político universal. Cada domingo sus opiniones en HOY sientan cátedra y jurisprudencia, porque doña Manuela más que escribir sobre política, lo que hace es sentar cátedra y dictar con antelación el rumbo de todo lo que piensa el mundo mundial. No se precisan encuestas ni sondeos, sólo hace falta esperar a que cada domingo doña Manuela destape el frasco de sus esencias, para tener la nota final de cada paso que se da en la política. Los dioses le han regalado a doña Manuela un sentido especial y hemos de creer que ella se lo cree así, porque es así como escribe. ¡Qué seguridad la de esta mujer!

Cualquier estornudo político ella lo disecciona y, de una forma u otra, siempre llega a la conclusión de que Ibarra -(¿síndrome de Estocolmo?)- es invencible, todo lo digiere y todo le beneficia, porque la oposición, es decir el PP, está desquiciada y es torpe, cegata y tardía. Si Ibarra inicia la legislatura prescindiendo del vicepresidente, doña Manuela se pone delante de su bola de cristal y ve en ella la fortaleza de quien es capaz de llevar todo el peso de la Junta, pero si unos meses después Ibarra nombra vicepresidente, ella lo juzga como un intento de ir delegando cosas pequeñas para poder dedicarse a la gran política. Si la oposición se calla y es formalita, doña Manuela dice que por ahí no se llega a parte alguna, pero si forma algo de algarabía y se mueve un poco, doña Manuela la tilda de “oposición gamberra”. Si el PP toma alguna iniciativa, es porque está desesperado ante la fortaleza de Ibarra, pero si el PP se calla es porque Ibarra está hecho un brazo de mar, más fuerte que nunca y muy alejado del agotamiento que los populares vaticinan.

¿Qué le pasa a doña Manuela? De una u otra forma lleva dos años escribiendo el mismo artículo, porque al margen de los personajes y las situaciones, siempre empieza y termina igual: Ibarra es el no va más, porque no hay nadie tan capacitado, tan listo, tan fuerte y tan astuto como él. Para doña Manuela no hay otro semejante, porque Ibarra encierra todas las virtudes que en su manual se exige al político: es eficaz, es valiente, es rotundo, tiene olfato, sabe lo que dice y hasta cuando eructa a doña Manuela le parece que es un eructo especial. Los pedos de Ibarra a doña Manuela le huelen a “chanel” y cuando Ibarra desbarra es porque lo tiene todo medido y calculado. En todos sus análisis, Ibarra no se confunde nunca y el PP no acierta jamás. ¡Y sigue, y sigue, y sigue...!

Si doña Manuela pusiera una academia, todos tendríamos que pasar por ella... ¡Para aprender a entender a doña Manuela!

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