¡VAMOS A POR LOS 1.400 SUSCRIPTORES!
Si deseas recibir mis artículos
directamente, envíame tu correo electrónico a tomasmartintamayo@gmail.com. Los recibirás rápida y cómodamente, sin cargo
alguno.
El son de los asombros
VA CLAREANDO EN LA RURAL
Tomás Martín Tamayo
Blog: Cuentos del día a día

Estos extraños olvidos ayudan a explicar la situación de muchas cajas
en general y la de la Caja Rural de Extremadura en particular. Y lo del deudor,
el garante y socio de Monago, es para nota. Pide un crédito personal, no
sabemos con qué avales, y el paso siguiente es olvidarse de él. ¡Qué pensaría
de sí mismo Alejandro Nogales cuando se enteraba de que la misma Caja que
“olvidaba” su deuda, estrangulaba hasta la desesperación a familias que no
podían pagar unos centenares de euros? Tan olvidado lo tenía que en la
declaración obligatoria presentada en la Asamblea no lo hizo constar. ¡Cuánta
desmemoria por parte de todos, mientras que los trabajadores de la entidad se
desfondan para evitar que “la más nuestra”, pase a ser memoria en un logotipo!
Cuando el Partido Popular llegó
a la Junta de Extremadura la integración de la Caja Rural con las dos andaluzas
estaba concluida y el proceso parecía tan irreversible que un inspector del
Banco de España, enfatizando y con evidente pedantería, repitió tres veces a
los que pretendían la revisión del SIP (Sistema de Integración Patrimonial):
“En un SIP se entra, pero de un SIP no se sale”. Bueno, para resumir, el
inspector pedante estaba confundido, porque finalmente el propio Banco de
España dio el visto bueno a la ruptura, permitiendo a la Caja Rural seguir su
camino en solitario… ¡La sombra de Montoro es alargada! Hasta aquí se sabe todo o casi todo, pero como
a veces es imposible ocultar incluso los pensamientos, poco a poco van llegando
noticias que aclaran el antes, el durante y el después de un conflicto que,
lamentablemente, “ni contigo ni sin ti, tienen sus males remedio”. El mismo
Consejo Rector que la lió y la deslió, se enroca para, pase lo que pase, seguir
liándola. ¡Oh, cuanta generosidad!
Nogales y la vicepresidenta, no se sabe en qué orden de aparición,
acordaron desmontar el andamiaje del SIP con la Caja Rural del Sur y para
alcanzar sus objetivos llamaron a Román Prieto, gran conocedor de la entidad y
con la suficiente tenacidad y temeridad como para afrontar un reto que de
entrada parecía abocado al fracaso. Sabemos que finalmente se consiguió, pero
ahora quedan muchos cabos sueltos, como es si la intervención de Alejandro
Nogales ha estado en todo el proceso ajena a sus intereses personales. Nogales
es portavoz de su grupo en la modificación del Decreto Ley de Crédito
Cooperativo, lo que parece claramente improcedente. No afirmo ni niego, pero
creo que la Caja Rural debe dar muchas explicaciones para justificar, primero
el olvido de la deuda y después la reclamación de la misma por vía judicial,
cuando parece que hay un conflicto de intereses entre su Consejo Rector/dirección
general (que viene a ser lo mismo) y el diputado de IU/ Junta de Extremadura
(que lo mismo viene a ser).
Lo único evidente es que la entidad, sus trabajadores y socios, no se
merecen estos forcejeos, estas luchas intestinas por el poder y que, además del
daño causado, pueden abocar al derrumbe total del edificio. Viéndolo así,
algunos, desde dentro, comienzan a cuestionarse el acierto de la salida del SIP
con la Caja Rural del Sur. De estas riñas tabernarias, donde las navajas
enseñan sus filos, la Caja saldrá herida, pero puede recuperarse. El diputado
Nogales no sufrirá merma de vergüenza ni de prestigio porque de donde no hay no
se puede sacar.
4 comentarios:
el agua no es tan clara...
más clara no es el agua...
La verdad es que es increíble que diga que se le había olvidado (a los desahuciados les gustaría también olvidarlos y que les olviden), y las declaraciones de Escobar son de risa, o mejor dicho de tomadura de pelo. Debe creer, como tantos otros políticos, que somos tontos.Solo por estas declaraciones tendrían que dimitir los dos.
Publicar un comentario