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El son de los asombros
CAJA RURALios
Tomás Martín Tamayo
Blog: Cuentos del día a día
La Caja Rural de Extremadura parece sentenciada a la injerencia política que, sin cuidarla ni
protegerla, la tiene como un juguete al que poder manipular a su antojo. Así
fue, así es y así será si los saludables brotes de rebeldía no erradican
definitivamente el mangoneo habitual. No hemos avanzado nada y si antes el
manigero era Manuel Amigo, ahora pretende serlo Antonio Fernández, dos caras de
la misma y despreciada moneda, empeñados en un “juego de tronos” pueblerino. El
último presidentes de largo recorrido que tuvo, Mariano Señorón, el único
mérito que tenía acreditado para ocupar
el cargo era, además de saber mucho de
cochinos, ser amigo de Rodríguez Ibarra, algo equivalente a una macro
titulación, superior a másteres, doctorados y cátedras, porque Ibarra dotaba a
sus protegidos ciencia infusa. La misma que él tiene. Digamos suavemente que
tuvo que irse y hasta ahí puedo leer. Y más de lo mismo le ocurrió al
siguiente, hasta la llegada de Román Prieto. Desde la Junta mangoneaban la Caja
Badajoz, la Caja Extremadura y la Caja Rural, salvándose de la quema la Caja de
Almendralejo que, consecuentemente, es la que pervive en solitario y con
acreditada solvencia.
Hubo un tiempo en el que estuve muy involucrado en la Caja Rural de
Extremadura, pero después de dejarme trabajar libremente durante unos meses,
compatibilizando mi trabajo con la publicación de mis artículos, siempre
críticos al poder, en la Junta se cansaron y dieron a la directiva de la
entidad un ultimátum que me trasmitieron literalmente: “O Tomás se calla o
Tomás se va”. Tomás se fue. No necesitaron señalarme la puerta porque yo sabía
dónde estaba y, una vez más -como sucedió años antes en Caja Badajoz y por las
mismas razones-, recogí un transistor de pilas, que es la única propiedad que
me acompaña desde los lejanos días de la mili y salí de allí con menos dinero,
pero contento y liberado porque el tufillo ya había pasado por debajo de la
puerta de mi despacho. Mi transistor y
yo nos fuimos y allí quedó aquello, en la agonía permanente de una gestión
errática y sometida a la ingerencia política que se cocinaba en la consejería
de Economía. Yo me fui con la cabeza alta, otros… Poco antes se había ido también
Román Prieto, su secretario general y,
sin duda, la persona más ética y capacitada de la Caja Rural. Perdió el pulso
frente a la Junta y si yo salí con un transistor, él se fue con una carpeta.
Amén.
La Rural ha ido de mal en peor, hasta el punto de que, cuestionada su
viabilidad por el Banco de España, entró en una SIP en la que prácticamente se
entregaba sin dote, en una operación vergonzante para sus directivos, que demostraron
desconocimiento, egotismo, precipitación y ganas de salir por pies pero llevándose
el riñón bien cubierto. Alguno con casi dos millones de euros como premio a la
entrega y rendición incondicional. ¡Ay, cuantos voluntarios para servir en
bandeja de plata la cabeza del Bautista! Es curioso, pero los que ahora se
desgañitan por permanecer en el Consejo Rector, son los mismos que ayer votaron
fervorosos por su una SIP que regalaba La Rural envuelta en papel de celofán y
con un lazo muy vistoso. ¿Qué es lo que pretenden, que quieren salvaguardar con
ese numantinismo ridículo que puede estrangular el desarrollo de la entidad?
Y en esa situación vuelven a acordarse de Román Prieto que, con una
generosidad que no se estila ni se valora, ha necesitado quince meses para recuperar
la Caja y devolverla a sus verdaderos propietarios. Misión cumplida por su
parte, porque desde el principio dijo que llegaba para resolver pero no para
quedarse, aunque finalmente se haya ido sin lograr la esterilización interior. La Rural es una entidad privada en la que
mandan sus socios, sus empleados, su consejo rector, pero la Junta de
Extremadura, responsablemente, debería evitar el enrocamiento de un Consejo
Rector a todas luces incapacitado para afrontar los retos del futuro. Román
Prieto se ha ido y lo ha hecho a su forma, como un señor. A mi transistor y a
mí nos parece muy bien.
1 comentario:
Pues nada a ficharle por Tomix(Tomates de Miajadas) haber si se la devueve a los socios tomateros y no al ya monopolio del tomate(conesa)
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