La
calma del encinar
EL ROLLO DE LA DECLARACIÓN DE LA
RENTA
Tomás
Martín Tamayo
La sobreactuación de Mariano
Rajoy al desmentir los cobros que figuran en la supuesta contabilidad de
Bárcenas, dio cierta credibilidad a los apuntes, porque la misma seriedad la
empleó para negar rotundamente lo que después hizo. ¿Si mintió muchas veces en muy poco tiempo y
poniendo el mismo gesto contrito, por qué teníamos que creerlo ahora? La
acusación de los papeles no se desmonta con artificios para la distracción,
como el de hacer pública la declaración de
la renta. Eso es como si te piden sangre y das la hora. ¿Qué tiene que
ver la declaración de la renta con sobres, negrísimos, supuestamente admitidos
durante once años? Bien parece que Rajoy y su equipo siguen sin enterarse del
cabreo de la calle y creen que con maniobras estratégicas van a salir del
lodazal que los señala como inquilinos. Menos palabrería y menos gestos a los
Buster Keaton, y más contundencia en la explicación y en el desmentido. ¿Se va
a querellar contra Bárcenas como artífice del supuesto complot y contra los
medios que se involucraron en el mismo? Pues todo lo demás es leche “migá”.

Si Rajoy no cobró no
puede figurar y si cobró no lo pudo declarar.
En su caso, eso sí, puede servir para ver si
consignó los viajes familiares (pago en especie) que le regaló el partido o la
trama del Gürtel. Difícil lo tiene el PP, porque está en cuestión su
presidente, y difícil lo tenemos todos porque está en cuestión el presidente
del Gobierno y España está cuestionada en toda la prensa internacional. Al
final Rajoy tuvo que contestar en Alemania lo que no quiso contestar en España
y soltó una gallegada de primer orden delante de la Merkel, que escuchaba
perpleja al traductor: “Todo es falso, excepto algo de lo que se ha publicado
en la prensa, pero todo es falso”… En fin, que si no se acepta una comisión de
investigación y no media una querella criminal contra los que supuestamente han
atentado contra su honor y credibilidad… lagarto, lagarto. Más hundido que
tocado.
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