Se confundió gravemente el PSOE al despreciar la mano que IU le ofreció para elegir al presidente del Parlamento extremeño. Ese gesto desafiante e infantiloide, fruto de la arrogancia del mal perdedor, pretendiendo que se visualice una “pinza” inexistente entre PP e IU, empaña el buen tono que mantuvo durante el mes en el que Izquierda Unida estuvo deshojando la margarita. Lo que sí se visualizó ayer es que toda la templanza que el PSOE demostró durante el tiempo de las deliberaciones, se cimentaba en la seguridad de que IU iba a ejercer nuevamente el mamporrerismo político, regalándoles los tres votos a ellos. La pataleta de escolares maleducados, negándose a presentar candidato para evitar que se le sumaran los diputados de IU es un error de libro que, por sí mismo, demuestra que los socialistas necesitan un largo tiempo de meditación y reciclaje.
Aquel destemplado “que ellos se lo guisen y ellos se lo coman” de Fernández Vara, fue antesala de la postura ridícula que el PSOE demostró en la primera sesión de la legislatura, practicando un enrocamiento que le impidió hacerse con la presidencia, a cambio de algo tan insustancial como poder señalar que IU y PP lo tenían todo “atado y bien atado”. Extraña la postura mansurrona de la coalición que con un evidente complejo de culpabilidad, se apresuró a vocear que el PSOE y el PP también habían alcanzado acuerdos importantes durante la pasada legislatura. Parece que, todavía, ni uno ni otro se han percatado de que el “apestado” Partido Popular ha ganado holgadamente las elecciones, que el electorado ha elegido a Vara para que ejerza la oposición y a Monago para que gobierne. Eso es así de simple y así de tozudo. Y el que no lo quiera entender, debe aprovechar el verano para hacer algún cursillo sobre democracia.
Si los socialistas se ponen así por perder, después de treinta años de mando en plaza, ¿cómo deberíamos estar los que llevamos treinta años soportando las sucesivas mayorías socialistas, aderezadas de altanería, prepotencia y mucha ignorancia? Estaban tan seguros de que iban a ganar que el actual gobierno en funciones se ha quedado fuera de la Asamblea, ya que ningún consejero es diputado. Otro error, porque en la Junta hay consejeros solventes, como Ángel Franco, José Luis Navarro o Juan María Vázquez, que podían aportar al grupo socialista en la oposición, un plus de conocimiento y buen parlamentarismo. En otros casos lamentables, como el de la consejera de la mala educación, lo mejor es perdonar y olvidar, aunque en los diarios de sesiones se perpetúe su chulería portuaria.
Un poco de calma, señores socialistas, que el mundo no se acaba porque se produzca la saludable alternancia política. Deberían mostrarse muy agradecidos a un electorado que se puso en sus manos durante tres decenios. ¡No se enfaden tan pronto, ni pretenden cobrarle a IU la factura que les ha dejado el óxido de treinta años de caciquismo y la patología de un inepto como Zapatero!
Unos años en la oposición, pasando por la ITV democrática, aprendiendo y corrigiendo vicios, les vendrá muy bien. Y a Extremadura también.
Aquel destemplado “que ellos se lo guisen y ellos se lo coman” de Fernández Vara, fue antesala de la postura ridícula que el PSOE demostró en la primera sesión de la legislatura, practicando un enrocamiento que le impidió hacerse con la presidencia, a cambio de algo tan insustancial como poder señalar que IU y PP lo tenían todo “atado y bien atado”. Extraña la postura mansurrona de la coalición que con un evidente complejo de culpabilidad, se apresuró a vocear que el PSOE y el PP también habían alcanzado acuerdos importantes durante la pasada legislatura. Parece que, todavía, ni uno ni otro se han percatado de que el “apestado” Partido Popular ha ganado holgadamente las elecciones, que el electorado ha elegido a Vara para que ejerza la oposición y a Monago para que gobierne. Eso es así de simple y así de tozudo. Y el que no lo quiera entender, debe aprovechar el verano para hacer algún cursillo sobre democracia.
Si los socialistas se ponen así por perder, después de treinta años de mando en plaza, ¿cómo deberíamos estar los que llevamos treinta años soportando las sucesivas mayorías socialistas, aderezadas de altanería, prepotencia y mucha ignorancia? Estaban tan seguros de que iban a ganar que el actual gobierno en funciones se ha quedado fuera de la Asamblea, ya que ningún consejero es diputado. Otro error, porque en la Junta hay consejeros solventes, como Ángel Franco, José Luis Navarro o Juan María Vázquez, que podían aportar al grupo socialista en la oposición, un plus de conocimiento y buen parlamentarismo. En otros casos lamentables, como el de la consejera de la mala educación, lo mejor es perdonar y olvidar, aunque en los diarios de sesiones se perpetúe su chulería portuaria.
Un poco de calma, señores socialistas, que el mundo no se acaba porque se produzca la saludable alternancia política. Deberían mostrarse muy agradecidos a un electorado que se puso en sus manos durante tres decenios. ¡No se enfaden tan pronto, ni pretenden cobrarle a IU la factura que les ha dejado el óxido de treinta años de caciquismo y la patología de un inepto como Zapatero!
Unos años en la oposición, pasando por la ITV democrática, aprendiendo y corrigiendo vicios, les vendrá muy bien. Y a Extremadura también.
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