Si tuviera que señalar un gesto de dignidad en el Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) y en sus cofrades de Acción Nacionalista Vasca (ANV), señalaría directamente la sinceridad en sus planteamientos porque nunca condenaron los actos terroristas de sus mentores, ETA, y jamás se invistieron de piel de cordero. Ellos se sabían y se saben acólitos de la banda y toda España sabía lo que eran y para lo que querían entrar en las instituciones municipales y autonómicas. Es decir, que jamás disimularon, aunque se dejaron querer por el talante de Zapatero, que en aquellos días parecía ignorar lo que todos sabíamos: Ellos eran ETA y ETA eran ellos. ¿Lo ignoraba el “buenazo” de Zapatero?
El asunto fue tan grotesco que después de ilegalizar algunas de las listas contaminadas, el sin par fiscal general del Estado, la jeta más desvergonzada del sistema, salió casi arrepintiéndose porque según confesó: “creo que no hemos pasado y que hemos sido excesivamente rigurosos en la purga de algunas listas de ANV y PCTV”. La razón primera y última de aquel despropósito era electoral. A Zapatero le convenía seguir alentando la esperanza de un acuerdo final con los terroristas y pese a la evidencia de la T-4 de Barajas, a principios del 2007, prefirió mirar para otro lado y no ver nada que no fuera el interés electoral. Pero mientras todo esto ocurría, el brazo político de la banda, PCTV y ANV, seguía imperturbable su marcha, porque ellos tenían un objetivo concreto y no estaban dispuestos a pararse por las estrategias electorales del Zapatero, del PSOE y de todos sus acólitos a sueldo. Sencillamente se dejaron querer.
Bueno, pues lo que ayer sabíamos todos, un año después lo aprende Zapatero, su fiscal y su PSOE. Ahora si, ahora toca de nuevo arrebato electoral y ahora conviene condimentar en cocina una platillo de ilegalización porque los que ayer eran legales y gente de paz, hoy conviene que sean otra cosa. Ahora están llegando a la conclusión de que esta gentecilla y ETA son la misma cosa y ya han iniciado un proceso que culminará cuando estratégicamente convenga. Es decir, que los cocineros electorales nos servirán el plato en su momento y cuando más se aprecie el sabor y el aroma. Para Zapatero la verdad y la evidencia son chorradas opinables y si ayer no ilegalizó porque no le convenía, hoy lo hace porque le conviene. ¡Talante se llama eso!
Pero lo curioso es que mientras tanto, en el Congreso de los Diputados, Zapatero, su PSOE y sus aliados, siguen negándose a revocar el acuerdo que perpetraron para negociar con la banda terrorista, mientras afirman que ya no habrá negociación posible. ¿Y por qué no revocar un acuerdo que posibilitaba lo imposible? Si tuviéramos la desgracia de que España cayera otros cuatro años en manos de Zapatero, el chalaneo y las cesiones a ETA serían portadas a lo largo de toda una legislatura. Amén de otros disparates que ahora guardan en la alacena. ¿Es Zapatero el único culpable? Peor que él son los que lo siguen, con una pinza en la nariz y el bolsillo abierto.
El asunto fue tan grotesco que después de ilegalizar algunas de las listas contaminadas, el sin par fiscal general del Estado, la jeta más desvergonzada del sistema, salió casi arrepintiéndose porque según confesó: “creo que no hemos pasado y que hemos sido excesivamente rigurosos en la purga de algunas listas de ANV y PCTV”. La razón primera y última de aquel despropósito era electoral. A Zapatero le convenía seguir alentando la esperanza de un acuerdo final con los terroristas y pese a la evidencia de la T-4 de Barajas, a principios del 2007, prefirió mirar para otro lado y no ver nada que no fuera el interés electoral. Pero mientras todo esto ocurría, el brazo político de la banda, PCTV y ANV, seguía imperturbable su marcha, porque ellos tenían un objetivo concreto y no estaban dispuestos a pararse por las estrategias electorales del Zapatero, del PSOE y de todos sus acólitos a sueldo. Sencillamente se dejaron querer.
Bueno, pues lo que ayer sabíamos todos, un año después lo aprende Zapatero, su fiscal y su PSOE. Ahora si, ahora toca de nuevo arrebato electoral y ahora conviene condimentar en cocina una platillo de ilegalización porque los que ayer eran legales y gente de paz, hoy conviene que sean otra cosa. Ahora están llegando a la conclusión de que esta gentecilla y ETA son la misma cosa y ya han iniciado un proceso que culminará cuando estratégicamente convenga. Es decir, que los cocineros electorales nos servirán el plato en su momento y cuando más se aprecie el sabor y el aroma. Para Zapatero la verdad y la evidencia son chorradas opinables y si ayer no ilegalizó porque no le convenía, hoy lo hace porque le conviene. ¡Talante se llama eso!
Pero lo curioso es que mientras tanto, en el Congreso de los Diputados, Zapatero, su PSOE y sus aliados, siguen negándose a revocar el acuerdo que perpetraron para negociar con la banda terrorista, mientras afirman que ya no habrá negociación posible. ¿Y por qué no revocar un acuerdo que posibilitaba lo imposible? Si tuviéramos la desgracia de que España cayera otros cuatro años en manos de Zapatero, el chalaneo y las cesiones a ETA serían portadas a lo largo de toda una legislatura. Amén de otros disparates que ahora guardan en la alacena. ¿Es Zapatero el único culpable? Peor que él son los que lo siguen, con una pinza en la nariz y el bolsillo abierto.
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