lunes, 26 de diciembre de 2005

Zapatero es una mierda


Cuando desde la oposición, es decir desde el PP, se hace alguna adjetivación ruidosa del “bobo solemne”, la feligresía más progre del Gobierno, es decir, María Teresa Fernández de la Vogue, sale para que se abra el cielo y caigan chuzos sobre los crispados que osan tocar a su protector, escudándose en todo ése rollo prosaico de que el que descalifica se descalifica… La modelito gubernamental no quiere enterarse de que las mayores “calificaciones” que se han dicho de Zapatero y desde luego las más afortunadas, han partido de las filas del propio PSOE, de los que bien lo conocen porque tienen razones para conocerlo. ¿Cambia el apelativo según quien lo diga? Si, pero para peor, porque no es lo mismo que desde la oposición Rajoy tilde a Zapatero de “bobo solemne” a que lo haga, como así fue, Alfonso Guerra. Si, porque Rajoy en este caso se limitó a recoger la andanada que el ex vicepresidente le envió: “¿Que qué opino de Zapatero?¡Es un bobo solemne! Ya antes lo había tildado de “bambi” y cuando el tema trascendió, pretendió arreglarlo con un “bambi de hierro”.

Pero si Alfonso Guerra demuestra poco/nada respeto por Zapatero, lo de otros insignes compañeros roza lo escatológico. Felipe González lo denomina directamente como “una mierda”. La frase completa fue: “El Estatut es una cagada y Zapatero una mierda”, pero hasta ahora, la maniquí oficial de Gobierno no ha salido para replicar a los epítetos del ex presidente ni del ex vicepresidente. Para los anales quedan otras calificaciones no menos despreciativas, como la definición que de Zapatero hizo Ernest Lluch: “Zapatero es la nada más absoluta”. Y eso que el ex ministro no sabía que aquella “nada” que el definía, iba a buscar su escapatoria apostando por el compadreo con los que le pegaron un tiro en la nuca:ETA. Cada día está más claro que en España seguimos pagando el atentado del 11-M.
¿Cómo podemos adjetivar la ausencia de Zapatero del Congreso Nacional de Víctimas del Terrorismo? Durante el mismo se han dado muchas definiciones, desde cobardía hasta entregado. A mi, por aportar algo, sólo se me ocurre una definición: gilipollez. Los gestos de complacencia de Zapatero hacia ETA no tienen nada que ver con los gestos que ETA devuelve, todos envueltos en paquetes bombas. Esperar la salvación personal y política, intentando caer simpático a los del tiro en la nuca, no es propio de un “bambi”, ni de un “bobo solemne” ni de “una mierda”, ni de “la nada más absoluta”. El calificativo que ése señor me merece no cave en esta columna, pero es exactamente el que ustedes están pensando.

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