La calma del encinar
NO HAY PEOR CIEGO…
Tomás Martín Tamayo
Blog Cuentos del Día a Día
Cierre de filas con sordina es lo único que se ha oído en el
PP tras la estrafalaria salida de Rajoy. Ni análisis ni críticas hacia la
gestión de quien, más por demérito ajeno que por mérito propio, cogió una
mayoría súper absoluta tras el
estropicio de Zapatero. En apenas una
legislatura, pese a seguir siendo el partido mayoritario, dejó un PP sumido en
la corrupción, sin norte, sin respuesta, de eterno perfil y a la deriva. ¡Menudo
fiasco! No hay peor ciego que el que no quiere ver.
A Rajoy no lo ha echado un complot judeo-masónico, integrado
de separatistas, nacionalistas, rojos furibundos y filo etarras, sino una
mayoría parlamentaria, absolutamente legítima, y porque era una vergüenza para
el parlamento y para España mantener a un presidente del Gobierno imputado,
después de haber intentado minimizar y en algunos casos bendecir las
corruptelas de su partido. Rajoy llegó tarde a todo y estuvo lento, cobarde y
pusilánime incluso para atajar a tiempo el conflicto surgido en Cataluña,
porque su máxima es no hacer nada, no dar respuesta y esperar sentado a que los
problemas los resuelvan otros o se diluyan por oxidación y agotamiento.
Pedro Sánchez, que parece el adalid de la contradicción y
está demostrando tener tragaderas de boa constrictor, capaz de engullir un
cocodrilo sin pestañear, tiene desparpajo y desvergüenza para decir una
cosa y defender la contraria en el mismo discurso pero, por mucho que lo
repitan en el PP y C´s, no ha llegado a la presidencia del Gobierno entrando
por la puerta trasera, de tapadillo, con escalo, nocturnidad y casi dando un
golpe de mano. Es presidente del Gobierno, como todos los anteriores, porque
una mayoría de los diputados así lo han querido. ¿No saben en el PP que el
electorado elige a los diputados y que son estos los que eligen al presidente
del Gobierno?
En vez de andar enredando con cacas diarreicas, deberían en
el PP poner el cuenta kilómetros a cero y hacer una buena venta de la etapa que
se abre con un Pablo Casado, que presenta otra estructura política y mental y
puede poner freno al ascenso de Ciudadanos. Creo que en el congreso que lo
eligió no perdió Soraya, sino Albert Rivera, que se estaba nutriendo del
desgaste imparable de Rajoy y solo por poner su cántaro debajo del grifo. Rajoy
era una bendición para C´s.
Además ¿no se han preguntado en el PP por qué están Pedro
Sánchez y el PSOE en el poder, sin haberlo conseguido en las urnas? Rajoy pudo
dimitir, apartarse y dejar anclada en el PP la presidencia del Gobierno,
evitando el estropicio posterior y los diez mil ceses que llegaron por su
tozudez, su egoísmo o su inopia. Contaban con un apoyo mayoritario y el propio
Pedro Sánchez se lo dijo durante el debate de la moción de censura: “Dimita
usted y todo esto acaba ahora mismo”. ¿Por qué no dimitió, permitiendo que, por
ejemplo, su vicepresidenta cogiera el timón? Eso significaba decidir y ese es
un verbo que Rajoy no sabe conjugar.
La gran inteligencia política de Rojoy sirvió en bandeja de
plata la presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez, regaló diez mil cargos al
PSOE, sumió al PP en un caos congresual guerra civilista y con un “a mi plin”
se fue a Santa Pola, como si el tema no le concerniera. Y en el PP, tan
acostumbrados a aplaudir paridas, encima, van y lo aplauden.
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