John McCain, el candidato republicano a la presidencia de los EE.UU, debería dedicar unas jornadas a estudiar Geografía Universal para ahorrarse algunos sofocos. El pasado domingo le preguntaron por las relaciones con Zapatero y en el apretón del momento salió por los zapatistas, mezclando a España con Méjico y a Zapatero con el “comandante Marcos”. ¡Y nosotros que nos creíamos el ombligo del mundo!
Pero no hay que atravesar el charco para encontrar estas perlas. En Extremadura tuvimos un consejero de Turismo, impuesto por Alfonso Guerra, que no tenía ni idea de Extremadura. Le preguntaron por la explotación turística de la zona de la Siberia: “Mire, mi responsabilidad es Extremadura, dejemos que los rusos se ocupen de la Siberia” ¿Más?
A Esperanza Aguirre le pidieron su opinión sobre la concesión del Premio Nobel de Literatura a José Saramago. Doña Esperanza no tenía opinión alguna, pero no se arredró: “Pues me alegro mucho de que se lo hallan dado a una escritora estupenda, como es Sara Mago”.
Federico Mayor Zaragoza y yo, fuimos a Herrera del Duque a explicar las consecuencias de la entrada de España en la Otan. Después de dos horas de explicaciones y ejemplos, abrimos un turno de preguntas y un señor que había estado muy atento se levantó y sentenció: “¡Bueno, yo creo que no debemos preocuparnos, porque por lo que han dicho ustedes, eso de la Otan cae más bien al sur! ¿Otra parida?
Jesús Delgado Valhondo, nuestro insigne poeta, fue a mitinear a Zalamea de la Serena. Como yo era consejero de Cultura, me quedé con esa parcela y a Jesús lo presentaron como un especialista en el campo. “¿Y como resolverían ustedes el problema del campo?”, nos preguntaron desde la última fila. Jesús, muy azorado, se levantó sin saber qué decir, se acercó muy despacio al micrófono y lo soltó de corrido: “¡Yo lo sembraría todo de amapolas!”
También resultó memorable el arranque de José María Montero en un mitin en Murcia. Se presentaba al Parlamento Europeo y ante la escasísima concurrencia, arrancó con aquel memorable: “He venido a explicarle a Murcia y a todos los murciélagos…” Fue elegido eurodiputado.
Javier Solana, que es un hombre de ciencias, quiso anunciar la décimo cuarta reforma que iban a hacer sobre algo, pero abrevió y dijo que era la catorceava. Un periodista le alertó: “Señor ministro, yo creo que más que catorceava, ha querido usted decir décimo cuarta”. Javier Solana no se achicó: “es lo mismo, se puede decir de las dos formas”.
Y para terminar, una parida mía: En un cierre de campaña, tenía doblete en Almendralejo y Solana de los Barros. Cuando llegué a Solana, todavía estaba con la cabeza en Almendralejo y comencé diciendo: “Queridos amigos de Almendralejo…” Desde el público me alertaron: “¡Que no, hombre, que no, que estás en Solana!” Yo tampoco me corté: “Ya lo sé, ya lo sé. ¡Lo he dicho para ver si estaban ustedes atentos!”
Pero no hay que atravesar el charco para encontrar estas perlas. En Extremadura tuvimos un consejero de Turismo, impuesto por Alfonso Guerra, que no tenía ni idea de Extremadura. Le preguntaron por la explotación turística de la zona de la Siberia: “Mire, mi responsabilidad es Extremadura, dejemos que los rusos se ocupen de la Siberia” ¿Más?
A Esperanza Aguirre le pidieron su opinión sobre la concesión del Premio Nobel de Literatura a José Saramago. Doña Esperanza no tenía opinión alguna, pero no se arredró: “Pues me alegro mucho de que se lo hallan dado a una escritora estupenda, como es Sara Mago”.
Federico Mayor Zaragoza y yo, fuimos a Herrera del Duque a explicar las consecuencias de la entrada de España en la Otan. Después de dos horas de explicaciones y ejemplos, abrimos un turno de preguntas y un señor que había estado muy atento se levantó y sentenció: “¡Bueno, yo creo que no debemos preocuparnos, porque por lo que han dicho ustedes, eso de la Otan cae más bien al sur! ¿Otra parida?
Jesús Delgado Valhondo, nuestro insigne poeta, fue a mitinear a Zalamea de la Serena. Como yo era consejero de Cultura, me quedé con esa parcela y a Jesús lo presentaron como un especialista en el campo. “¿Y como resolverían ustedes el problema del campo?”, nos preguntaron desde la última fila. Jesús, muy azorado, se levantó sin saber qué decir, se acercó muy despacio al micrófono y lo soltó de corrido: “¡Yo lo sembraría todo de amapolas!”
También resultó memorable el arranque de José María Montero en un mitin en Murcia. Se presentaba al Parlamento Europeo y ante la escasísima concurrencia, arrancó con aquel memorable: “He venido a explicarle a Murcia y a todos los murciélagos…” Fue elegido eurodiputado.
Javier Solana, que es un hombre de ciencias, quiso anunciar la décimo cuarta reforma que iban a hacer sobre algo, pero abrevió y dijo que era la catorceava. Un periodista le alertó: “Señor ministro, yo creo que más que catorceava, ha querido usted decir décimo cuarta”. Javier Solana no se achicó: “es lo mismo, se puede decir de las dos formas”.
Y para terminar, una parida mía: En un cierre de campaña, tenía doblete en Almendralejo y Solana de los Barros. Cuando llegué a Solana, todavía estaba con la cabeza en Almendralejo y comencé diciendo: “Queridos amigos de Almendralejo…” Desde el público me alertaron: “¡Que no, hombre, que no, que estás en Solana!” Yo tampoco me corté: “Ya lo sé, ya lo sé. ¡Lo he dicho para ver si estaban ustedes atentos!”
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