¿ESTO POR QUELLO?
Tomás Martín Tamayo
Espero y deseo
que la revisión del callejero en muchos pueblos -Madrid incluido-, para bajar
del mismo a próceres históricos del PSOE, haga reflexionar a algunos
socialistas que, con ardor guerrero, mucha temeridad y poca reflexión, se
impusieron la tarea de purificarlo personalmente, llegando a excesos
caprichosos, como etiquetar de “fascistas/franquistas” a personas que nunca
estuvieron en el ideario franquista ni fascista. En la provincia de
Badajoz la purga saltó de pueblo en
pueblo y con la presión de retirar subvenciones, se forzó a bajar de calles y
plazas nombres que ni remotamente
entraban en el espíritu de la Ley de Memoria Histórica. Un juez paró el furor
revisionista y desde entonces, menos mal, se hizo el silencio. Da para una
serie este capítulo, lo sé, pero prefiero ser condescendiente y no pasar de
aquí. Punto.
“Hoy la Avenida Primo de Rivera de Cáceres ha
pasado a llamar Clara Campoamor y el Parque de Calvo Sotelo, Gloria fuertes.
Hoy nuestro callejero es un poquito más digno”.
Lo escribió Luis Salaya, alcalde de Cáceres, en su cuenta de Twitter. Al
margen de la penosa y delatora “dejadez”
en la redacción, demostraba haber leído poco, que en historia está pez o que
quien le asesora no le quiere bien. Coger la antorcha de un revisionismo cegato,
fiándose de “expertos” parecidos a los que tuvo el Gobierno durante el primer
confinamiento, es un disparate, pero como algunos creen que “todo vale para el
convento”, estos sarpullidos redentores
seguirán alterando la convivencia… ¿Para ordeñarlos electoralmente? Te
equivocas, Luis Salaya.
Me aseguran
que la Avenida de Primo de Rivera de Cáceres no rinde homenaje a José Antonio
Primo de Rivera, fundador de la Falange Española, sino a su padre, el general
Miguel Primo de Rivera. Pero, aunque así fuera, la Ley de Memoria Histórica no
hace señalamientos a periodos anteriores al 18 de Julio de 1936. La Ley hace
una proclamación general sobre motivos
inequívocamente políticos o ideológicos, DURANTE la Guerra Civil, extensivos a
los que tuvieron lugar en la dictadura POSTERIOR.
José Antonio
Primo de Rivera, fusilado el 20 de noviembre de 1936, fue detenido y
encarcelado el 14 de marzo, cuatro meses antes. ¿Todos los “Primo de Rivera” están
contaminados y deben ser perseguidos? Ah, bueno, si es cuestión de apellidos pongámonos de perfil, pero ni el padre,
Miguel, ni el hijo, José Antonio, tuvieron participación alguna DURANTE la
Guerra Civil, ni “en la dictadura POSTERIOR”. Los muertos no entran en guerras
ni participan en represiones, aunque haya mucho “vivo” aferrado a los muertos.
Y si resbalón
es lo de Primo de Rivera, patinazo a lo grande lo de Calvo Sotelo, asesinado de
un pistoletazo por un socialista, guardaespaldas de Indalecio Prieto, el 13 de
Julio de 1936. El inicio de la Guerra Civil lo vio Calvo Sotelo desde la tumba y desde ella debió
participar en la represión posterior.
¿Por bajar esos nombres es el callejero de Cáceres más digno? ¡Háztelo mirar, Luis Salaya!
Retirar de
calles, parques y plazas los nombres de
Largo Caballero, Indalecio Prieto y otros muchos, es el “ojo por ojo” que nos
dejará a todos bizcos. Y romper placas y bajorrelieves con la sutileza de una maza, es caer en los mismos excesos redentores. ¿Hasta
cuándo el ordeño de la Guerra Civil? ¿Esto por aquello? Gilipolleces, España
está en otros afanes.
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